Opinión
Nuestro calendario electoral es de otro siglo. Cuando se definió que las elecciones fueran en noviembre y la asunción en marzo del año siguiente, no había internet ni la rapidez del mundo digital.
La mentira y el embuste son las armas preferidas de la exintendenta de Montevideo.
Libre mercado sí y capitalismo también, pero con libertad; todo sometido al escrutinio público.
La Democracia no es un privilegio que nos ha sido dado y que se las arregla sola.
Nadie invierte en un país que de un plumazo echa por tierra un sistema de seguridad social equilibrado y sostenible.
En un escenario abierto en torno a quién puede quedarse con la mayoría parlamentaria, El País presenta un simulador de bancas para explorar en profundidad los distintos escenarios.
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