"Viva La Internacional"

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Si algo tuvo de elogiable el acto de ayer del Pit-Cnt es que no incluyó la oratoria de ningún sindicalista cubano oficialista, como acostumbraban hacer en anteriores ediciones.

Por lo demás, fue más o menos lo de siempre: muchas reivindicaciones maximalistas. Mucha tergiversación de la obra del gobierno de la Coalición Republicana. Mucha insistencia en rechazar la reforma de la seguridad social que no solo fue votada por mayoría en la legislatura anterior, sino además consolidada por el voto ciudadano mayoritario en una consulta de democracia directa.

Todo empezó con el cantautor Andrés Stagnaro, habitual invitado artístico a estas instancias sindicales, evocando con emoción que “este año se cumplieron 80 años de la derrota del nazifascismo por el ejército rojo”, como si Inglaterra, Francia y Estados Unidos no hubieran tenido nada que ver con el asunto. Después, un puñado de funcionarios sindicalizados del Sodre cantaron los dos himnos que reconoce el Pit-Cnt: el uruguayo y La Internacional, que un sinnúmero de asistentes entonó con los puños izquierdos en alto, con la vicepresidenta Carolina Cosse incluida. Parece que la central está teniendo el tino de no pegarse tanto a la dictadura cubana pero sigue encariñada con el símbolo musical de un totalitarismo que tiñó de sangre buena parte del siglo XX, matando por hambre, guerras y ajusticiamientos masivos a más de cien millones de seres humanos, en su inmensa mayoría trabajadores.

Si a esto se suma la condena del orador Sergio Sommaruga (dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Educación Privada e integrante del Secretariado del Pit-Cnt) a “la aberración del genocidio contra el pueblo palestino llevado adelante por la extrema derecha nazifascista de Israel”, el menú flechado de las simpatías internacionales queda completo. Se podrá discrepar con la política que aplica el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, pero calificar a un judío de nazifascista excede largamente los límites del decoro y respeto por una colectividad tan profundamente ligada a nuestro país.

En dos oportunidades, tanto la oradora Lorena Luján, en representación de la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE), como el dirigente de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea Enrique Méndez, se refirieron a la pérdida salarial del primer año del pasado gobierno diciendo que prácticamente la emergencia sanitaria “se usó como excusa”, como si el propio Pit-Cnt no hubiera firmado en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en aquella oportunidad, un convenio de recuperación salarial diferida que la Coalición Republicana cumplió a total cabalidad, dejando además el gobierno con cien mil puestos de trabajo más que en 2019 y aumento de la formalidad de 4 puntos respecto a aquel año.

Sommaruga acusó a la administración de Lacalle Pou de “hostigar a las ollas populares” en esa oportunidad, como si no hubiera quedado meridianamente claro que a lo que se puso fin fue a una organización delictiva que recibía insumos pero incumplía las tareas para las que les eran entregados.

También dedicó un pasaje encendido de su discurso a quienes hoy se encuentran desocupados, diciendo en forma rimbombante que la central está junto a ellos. Es difícil atar esa aspiración con el reclamo permanente de aumento del salario real independientemente de la productividad: si durante la pandemia, el plan del gobierno pasado no hubiera priorizado el empleo sobre el salario, claramente los desocupados hubiesen sido muchísimos más.

En un momento de su alocución, Lorena Luján espetó que la gestión anterior “no respetó la negociación colectiva”, pasando por alto que sí lo hizo en tres rondas salariales entre 2020 y 2024, la última de las cuales rige hasta junio de 2025. Y esto desmintiendo a los agoreros que asustaban con que la Coalición Republicana eliminaría los consejos de salarios.

En otro momento, Enrique Méndez manifestó que, a pesar de haber sido derrotados en su (disparatado) proyecto de reforma constitucional, “la inmensa mayoría de la población está de acuerdo en rechazar el lucro de la Seguridad Social”. ¿De dónde lo saca?

Así construyen su relato, sin base de credibilidad ninguna pero tirando fruta para embaucar a incautos.

Reclamaron luego una “reforma tributaria de segunda generación” y uno no puede menos que recordar la advertencia de quien fuera candidato de la Coalición en las últimas elecciones: “te la van a dar”.

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