Opinión
Cada vez que un burócrata se pone a hacer ingeniería social, y a pretender determinar lo que le debe tocar a cada uno, siempre termina mal. Hay mil ejemplos, y ni uno que haya salido bien.
Los bueyes mansos no hacen patria ni historia.
Para Milei y la plana mayor de su gobierno, la canciller debía rodearse de exégetas abocados a interpretar como se aplican sus filias y fobias.
La Coalición llegó para quedarse y, desde lo electoral, es la única manera de ser competitivos.
En un país donde los extremos exigen alta temperatura, el desafío del centro tibio radica en avanzar con pragmatismo y reformas.
Editorial
Mucho antes de empezar, y según su propia definición, Gabriel Oddone no es el ministro de economía del próximo gobierno. Ya ha quedado desautorizado por el presidente antes de asumir.
Si nada menos que la presidenta de la Unión Europea hizo el gesto de venir a la cumbre del Mercosur es porque aunque países tan fuertes como Francia se oponen, otros igualmente fuertes lo apoyan.
Más temprano que tarde Francia deberá resolver su tensión política, en un sentido que abra el juego gubernativo ya sea a la izquierda de Mélenchon, o ya sea a la derecha de Le Pen.
La Coalición Republicana funcionará como lema en tres departamentos que lo aprobaron en las internas: Montevideo, Canelones y Salto y ya está lista para comenzar a funcionar.
Las señales de Orsi han sido claras: revivir aquella idea de Mujica de “ir en el estribo de Brasil” en materia internacional. Perder, por tanto, cualquier voluntad independiente en materia internacional.
La ciudadanía coalicionista no reclama a sus representantes que practiquen una catarsis shakespeariana; los necesita para defender los valores de libertad política y económica.
Desde la Siberia que puede ser la presidencia del Senado, en un período con mayorías propias, habrá que ver cómo hace Cosse para mantener la visibilidad, un esquema de poder. Y la paciencia.
Una de las lecciones de este episodio, y otros similares, de los que debería aprender todo el sistema político, es que la compra de votos clientelista afortunadamente no funciona.
El drama de la basura en Montevideo viene de muy atrás y nadie le encuentra solución. Intendentes y jerarcas prometen arreglar la situación en su gestión o la siguiente y no lo hacen.
¿Estaremos nuevamente frente a oportunidades perdidas, como ocurrió ya en 2006 con el tratado de libre comercio propuesto por EEUU a un FA mucho menos radical que el actual?
Hay más de un millón de ciudadanos que votaron por la Coalición Republicana que tienen derecho a ejercer la oposición democrática a este gobierno frentista y la van a ejercer.
El futuro de la CR es incierto porque hay que esperar el cierre del ciclo electoral completo para poder ver más claro cuáles serán los posicionamientos de los partidos que la conforman.
Ecos