Opinión
La polémica en torno al llamado Proyecto Arazatí es reveladora de un problema de fondo en este país, que hace que se desperdicien esfuerzos valiosos en discusiones totalmente estériles.
Muchos inversores se preguntan que irá a pasar con los beneficios fiscales respecto de la construcción.
Blancos y colorados deambulan con parecido propósitos.
Ojalá el “maquinista Orsi”, que está bien inspirado y su entorno, nos lleve por derroteros de libertad, de apoyar la iniciativa privada, sin ánimo refundacional.
Se cerraron las urnas. Ahora veremos si hay especialistas que sanen esta enfermedad o hay que pedir hora para dentro de cinco años más.
Editorial
Para que la democracia del país sea fuerte y plena, se precisa un gobierno que conduzca el país y una oposición firme que deje claro que existe un rumbo diferente posible.
Poner por estos días al frente del sistema de protección social a un integrista marxista, a alguien que insiste en que su “rol model” político es el kirchnerismo, parece casi una tomadura de pelo.
Probablemente Civila no tenga ninguna mala intención. Quizás sea tan solo un cristiano que le gustaría haber nacido varias décadas antes para vibrar en el auge de la teología de la liberación.
Intentar hace pronósticos hoy es todo un desafío. Tal como lo demostró Donald Trump en su anterior Presidencia, es un hombre imprevisible. Nunca se sabe cuál será su próximo paso.
Si se termina efectivizando un TLC bilateral Washington- Buenos Aires, el esquema proteccionista con el que se entiende al Mercosur desde Brasilia habrá volado por los aires.
El período político de transición ha permitido ver algunas reacciones y comentarios que alientan los peores temores de cara al próximo gobierno. Ojalá no se conviertan en realidad.
El FA que llegará al poder en marzo, qué tan crítico fue de la gestión en seguridad de Lacalle Pou, a pesar de sus buenos resultados, deberá bajar radicalmente la cantidad de asesinatos.
Los frentistas demócratas saben que no pueden convencer a estos personajes del apego al sistema republicano ni bajarlos de sus pedestales estalinistas. Se limitan a pedirles que mejor se callen.
Este tipo de acción es una respuesta ante la pasividad de las autoridades para enfrentar el problema de la cantidad de adictos y gente con problemas psiquiátricos serios, que vive en la calle.
Lacalle Pou ganó en 2019 fruto del hartazgo con un pésimo gobierno. Pero el FA seguía controlando el sentido común de las grandes mayorías a las que les volvió el frenteamplismo al cuerpo.
Hay quienes dicen que las experiencias educativas de iniciativa privada son un pérfido intento de privatizar la enseñanza pública. No es así, ni siquiera pretenden competir con ella.
Estamos ante uno de los Presidentes menos empoderados y gabinete más improvisados en décadas. Debemos esperar muy pocas cosas de fondo y muchos gestos y convocatorias al diálogo.
Ecos