premium

Pasado más de medio siglo bueno sería que nos deshiciéramos definitivamente de deformaciones partidistas espurias.
La nueva División creada por el Directorio de la ANP entra en colisión con la Ley de Puertos.
La demonización del prejuicio va junto con esa idea tan aséptica y pseudohumanista de que no juzgamos porque juzgar es malo. “¿Y quién soy yo para juzgar?”.
El mundo se está reacomodando (o desacomodando) con un resultado final aún incierto.