La Clave
El ministro Negro es una muestra de que la soberbia es inversamente proporcional a la ejecutividad. A medida que la gente pierde la paciencia con los resultados de su gestión, el jerarca muestra acciones cada vez más agresivas y autocomplacientes. En las últimas horas el ministro presentó algunos indicios de su famoso plan de seguridad, que empezaría a aplicarse recién el año que viene. Y volvió a la carga con que ha logrado mejores resultados que nadie. Nadie se enteró.
Mientras que el ministro Oddone afirma en cuanto foro tiene voz, que el país necesita crecer, y esa es la prioridad de su gobierno, en el seno del mismo parece tener gente que le juega en contra. Es que no pasa semana sin que algún miembro del mismo tire alguna propuesta delirante, que golpea en la línea de flotación de la intención del ministro. El impuesto a los “ricos”, el “diálogo social”, ahora los cambios al régimen de despido. Parece haber algo de fondo atrás de todo esto.
El gremio de los transportistas decidió cortar el ingreso al puerto de Montevideo por “falta de avances” en los consejos de salarios. Se trata de algo ilegal, que no puede ser tolerado por las autoridades. El derecho de huelga no habilita a restringir el derecho de otras personas a circular o a trabajar. Y permitir eso, no sólo es desamparar a una mayoría de ciudadanos que no tienen nada que ver. Es fomentar la violencia ya que ¿cómo impiden que la gente circule si no es con amenazas?
En las últimas horas crecen las voces del gobierno que anuncian cambios en el tono de la comunicación presidencial. Esto implica, antes que nada, un reconocimiento de que esa área del actual gobierno no viene funcionando bien. Y no hace falta ser muy sagaz para darse cuenta de eso. A las conocidas limitaciones del presidente Yamandú Orsi en esa área, se suman permanentes desinteligencias de su equipo, que muchas veces lo dejan expuesto innecesariamente.
Un tribunal de Apelaciones acaba de revertir la condena contra el ex intendente de Soriano Agustín Bascou. Lo hizo por motivos formales, ya que la fiscal Stella Alciaturi presentó la acusación fuera de plazo. El nombre de la jerarca es conocido, ya que fue la que también imputó al actual intendente Besozzi, tras lo cual “saltaron” posteos suyos en redes sociales muy afines al Frente Amplio y despectivos del Partido Nacional. Otra muestra de los problemas que tiene la Fiscalía.
Las declaraciones del ministro Castillo planteando que debería haber una ley que obligue a las empresas a avisar previamente al estado que van a despedir a una persona es un dislate que solo puede surgir de una persona que no entiende cómo funciona la economía. Lo único que va a hacer eso, es poner otro incentivo más a las empresas para no contratar gente. Si lo que el país precisa son más puestos de trabajo, lo que menos ayuda es tener a gente como Castillo en el gobierno.
En Uruguay se ha informado poco sobre las elecciones en Honduras, pero lo que allí está sucediendo es clave para toda la región. Resulta que hay un cabeza a cabeza entre los dos candidatos de la centroderecha, Asfura y Nasralla. Pero más importante todavía es que la candidata oficialista, Rixi Moncada, ha salido tercera lejos. Esto es clave porque la actual presidenta, esposa del ex presidente Zelaya, era muy funcional a Nicolás Maduro. El cambio de viento se siente en toda la región.
La caída del valor del dólar en Uruguay ya empieza a ser alarmante. No se trata de que esto afecte solo a exportadores y al sector agropecuario, cuyos altos precios les permiten sostener por ahora esta sangría. El problema ya empieza a afectar a la inversión. Es difícil explicar a una casa matriz en Europa o EE.UU. el sistemático aumento de costos que implican consejos de salarios, más dólar en caída. El dolor en pérdida de fuentes de trabajo ya se empieza a sentir.
La Intendencia de Montevideo, desesperada por más dinero, está buscando extender la zona de estacionamiento tarifado. El intendente Bergara ya habló de que este podría alcanzar a barrios como Pocitos, Punta Carretas o Carrasco. Sería interesante, que además de ver sus problemas de caja, el intendente viera cuáles fueron las consecuencias de cobrar estacionamiento en el Centro. Un barrio en decadencia, al que cada vez va menos gente. ¿Queremos más de eso?