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Uruguay se prepara para enfrentar lo peor del virus, mientras otros países están rezagados

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Personal de la salud espcializado atiende a un paciente en el CTI el hospital Nossa Senhora da Conceiçao, en Porto Alegre. Foto: Reuters

EL COVID-19 EN AMÉRICA LATINA

Los sistemas de salud han emprendido su preparación y contención del coronavirus en medio de un déficit de recursos médicos, que hoy luchan por mejorar en tiempo récord.

Los informes de todos los países consultados (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Uruguay, Venezuela, El Salvador, Costa Rica, México y Puerto Rico) reflejan que el número actual de camas de hospital, infectólogos, respiradores, mascarillas y personal médico en la región es insuficiente para hacer frente a la pandemia por el coronavirus. Así, los sistemas de salud han emprendido su preparación y contención en medio de un déficit de recursos médicos, que hoy luchan por mejorar en tiempo récord.

En Uruguay, el diario “El País” afirma que “pese a que los más optimistas piensan que los focos de coronavirus están controlados, el sistema de salud se preparara para lo peor”. Según los datos del Ministerio de Salud Pública, hay 650 camas de cuidados intensivos disponibles en Uruguay, de las cuales 150 pertenecen al sector público. “La idea es llevar este número al menos a 900, además de comprar 400 respiradores y crear centros especializados”, señala el medio.

En la misma línea, “O Globo” de Brasil apunta que los datos sobre la disponibilidad de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en el país son preocupantes: de las 16 mil camas para adultos en el Sistema Único de Salud (SUS), el 95%, o 15.200, están ocupadas. Para satisfacer la creciente demanda en un escenario de avance de la epidemia en el país, la capacidad debería aumentar en un 20%, es decir, se necesitarían al menos 3.200 nuevas camas de UCI.

Coronavirus en Brasil. Foto: AFP
Coronavirus en Brasil. Foto: AFP

En tanto, según el diario “El Nuevo Día”, se estima que en Puerto Rico hay unas 10,000 camas hospitalarias y 500 unidades o camas de cuidados intensivos, mientras que en toda la red hospitalaria de El Salvador hay aproximadamente 5.000 camas, que incluyen el sistema privado y el Seguro Social, en muchos lugares algunas ya en malas condiciones.

Por su parte, Colombia tiene un índice de camas hospitalarias de 1,7 por cada 1000 habitantes y específicamente en los servicios de cuidados intensivos, este índice varía, dependiendo de las regiones.

Coronavirus. Foto: AFP
Coronavirus. Foto: AFP

En tanto, Chile cuenta con 214,34 camas por cada 100.000 habitantes.

Capacidad.

En el Perú, hay en total 820 camas de cuidados intensivos y 900 ventiladores mecánicos. De esta cifra, 504 camas UCI están disponibles para la emergencia del COVI-19. En promedio, el país tiene 2 camas UCI por cada 100 mil habitantes. “Lo ideal es tener 10 camas UCI por cada 100 mil habitantes”, indica “El Comercio”.

El diario “La Nación” de Argentina señala que en el país hay 5 camas de hospital por cada 1000 habitantes (cifras del 2019), además de entre 3 y 4,5 camas de terapia intensiva por cada 1000 habitantes.

En México, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, informó en enero pasado que el país debería tener 18 camas hospitalarias por cada 10 mil habitantes pero solo cuenta con ocho. Sin embargo, el funcionario afirmó que para atender el COVID-19, el país tiene un protocolo de reacción inmediata que consiste en habilitar 2 mil 187 camas de terapia intensiva y poner a disposición 3 mil 11 ventiladores.

La situación más dramática está una vez más en Venezuela, donde el Ministerio de Salud ni siquiera emite información oficial sobre la situación de los hospitales del país. Sin embargo, se ha constatado que en cuanto a las mascarillas y guantes, en la mayoría de hospitales que disponen del material solo lo usan para emergencias y áreas críticas. En otros, el personal optó por elaborar topabocas de tela y material de uso quirúrgico. En varios hospitales no disponen de mascarillas.

Medidas.

En cuanto a los protocolos adoptados ante la pandemia, los países siguen, en general, lineamientos muy similares que incluyen medidas de prevención con cierre de fronteras y aeropuertos, confinamiento obligatorio en casa, medidas de higiene tanto a nivel personal, como laboral y en el hogar , además de estrategias específicas de distanciamiento social, higiene y aislamiento para casos sospechosos y asintomáticos.

Coronavirus. Foto: AFP
Coronavirus. Foto: AFP

Asimismo, las prioridades para realizar la prueba de descarte son para pacientes hospitalizados con signos y síntomas compatibles con COVID-19, personas sintomáticas, como adultos mayores de 65 años o más y personas con condiciones crónicas o un sistema inmunológico comprometido y cualquier persona, incluyendo personal de cuidado de la salud, que dentro de los 14 días del comienzo de síntomas tuvo contacto cercano con un paciente sospechoso o confirmado por laboratorio de COVID-19 o que tiene un historial de viaje desde las áreas geográficas afectadas dentro de los 14 días de su aparición de síntomas.

Uruguay optó por un camino diferente sin cuarentena obligatoria. El presidente Luis Lacalle Pou, que tomó medidas preventivas incluso con anticipación de algunas de las recomendadas por la OMS, exhortó a los ciudadanos a mantenerse en los hogares para contribuir a frenar la expansión del virus y la respuesta mayoritaria fue positiva.

El viernes, volvió a destacar la manera como los uruguayos cumplieron el aislamiento voluntario. “Apelo a la libertad. Creo que el uruguayo es una persona que ama la libertad y que en momentos difíciles de su historia se abraza a ella y la cuida. Tengo que decir con orgullo que por ahora lo ha sabido hacer”, afirmó al anunciar que se irá paso a paso de una etapa de aislamiento a la fase de distancia social.

La peste.

En cambio, Argentina eligió el camino de la cuarentena obligatoria. El presidente Alberto Fernández ahora se apresta a liberar a algunos sectores puntuales para ir normalizando sin apresurarse varias actividades.

Ayer, Fernández sostuvo una conversación telefónica de una hora con su par de Francia Emmanuel Macron, en la que recoró al novelista francés Albert Camus, autor de La Peste, informa La Nación. El presidente, que viene destacando el efecto de la cuarentena en la curva de contagios en comparación con otros países del mundo, le transmitió a Macron su preocupación por lo que sucede en Europa en general y en Francia en particular.

Hubo espacio para reafirmar el apoyo de Francia en la negociación con los acreedores de la deuda argentina, indicó La Nación. Fernández agradeció el acompañamiento de Francia a la propuesta argentina ante el FMI y el Club de París.

La situación de Venezuela
Carencias básicas en hospitales
Personal médico en Caracas. Foto: Reuters

Un caso que requiere mención aparte, en la perspectiva de enfermedades que afectan a Latinoamérica, es Venezuela, donde la crisis social, económica y política que vive el país desde hace años ha hecho mella también en el sistema de salud, donde los hospitales sufren de carencias de lo más básico.

Es un país que no está en condiciones de abordar el peligro que crea el avance del COVID-19.

Un factor agravante de la situación es que desde 2015 el Ministerio para la Salud no publica ningún boletín epidemiológico, por lo que no existen cifras oficiales al respecto.

Aun así, se sabe que la malaria es endémica en el sur del país, y migró ya al norte. En 2019 se diagnosticaron más de 320 mil casos, en su mayoría en el estado de Bolívar. Dengue, chikungunya y zika son otros padecimientos que afectan a los venezolanos, al igual que la tuberculosis.

En entrevista para El Nacional, Carlos Luis Goneto, investigador que se desempeña en el centro de estudios y doctorado de salud pública de la Universidad de Carabobo, señala que ya se han detectado casos “en el metro de Caracas. Esto tampoco se divulga y el sistema de transporte continua trabajando con normalidad sin tomarse las debidas precauciones”.

El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es otro grave problema en esta nación sudamericana, donde hay unas 300 mil personas diagnosticadas, pero sólo 7% usa antirretrovirales, de acuerdo con las cifras de la ONG Stop VIH. La falta de medicamentos y los costos lo explican en un país que está en crisis económica y con una inflación que se dispara.

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