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Anestesistas ofrecen 150 respiradores al gobierno

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Anestesistas, respiradores. Foto: Darwin Borrelli.
Darwin Borrelli

PANDEMIA

El Ejecutivo acaba de comprar otros 150 aparatos pero, por la situación mundial, demorarán en llegar al país.

Hace unos días el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ordenó confiscar respiradores en los centros de salud privados de esa ciudad. “La gente se está muriendo por la falta de ventiladores. Si hay unos centenares por ahí sin uso, no lo voy a permitir y vamos a desplegar a la guardia nacional para hacerse con ellos”, dijo Cuomo. Nueva York es el epicentro de la pandemia en Estados Unidos y, como ha sucedido en Europa, la falta de respiradores es un problema grave. Uruguay está hoy lejos de una situación crítica como esa, al menos por ahora. ¿Pero qué sucedería si eso llega y se disparan los casos graves, con los primeros fríos? En el país hay unos 600 respiradores disponibles y el miércoles pasado el Ministerio de Economía adjudicó la compra directa de 52 respiradores de uso médico y 100 monitores de signos vitales.

La cifra aún está lejos de los 400 nuevos respiradores que se habían manejado semanas atrás, pero además demorarán en llegar, por lo cual pueden llegar a faltar aparatos. “Los plazos de entrega son largos y va a demorar varias semanas, más en este contexto donde hay falta de respiradores en todo el mundo”, dijo a El País el presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva, Luis Núñez. A la compra directa hay que agregar cien aparatos que fueron donados, indicó Núñez.

En ese marco, la Sociedad de Anestesiología del Uruguay realizó la semana pasada un relevamiento de equipos de ventilación de salas de operaciones y áreas de recuperación postoperatoria y cuántos de ellos están aptos para pacientes con COVID-19. Sus integrantes llegaron a la conclusión de que con su aporte podrán ampliar la disponibilidad de ventiladores para pacientes graves afectados por el coronavirus.

¿Por qué? Los anestesistas cuentan con unas 300 máquinas de anestesia que incluyen un respirador, de las cuales al menos 150 podrían utilizarse en un escenario de crisis, reservando el resto para las cirugías de urgencia y emergencia. “Esto permitiría aumentar en más de un 20% la dotación de respiradores en todo el país”, dijo a El País el presidente de la sociedad, William Baptista.

De hecho, trabajan en la elaboración de protocolos para cada especialidad, identificándose las situaciones que requieren una atención inmediata como las embarazadas, los pacientes oncológicos que no pueden diferir su cirugía y toda urgencia o emergencia que requiera intervención.

Marcos Schioppi, vicepresidente de la Sociedad de Anestesiología del Uruguay, dijo a El País que en un hipotético escenario de que los CTI estén “totalmente desbordados” y que no se posean ventiladores, “podríamos llegar a parar incluso a los pacientes oncológicos”, siempre en acuerdo con el Ministerio de Salud Pública (MSP).

Agregó que el relevamiento sirvió porque las autoridades “no estaban al tanto de ese posible recurso, que aumenta un 20% la capacidad de ventiladores”. ¿Por qué no se contaban? “No son máquinas pensadas para ventilar. Por eso, el gobierno relevó cuántas camas con CTI había y cómo podía aumentar el recurso”.

En este escenario, se dejarían entre una y tres máquinas por institución para pacientes no COVID-19, según el tamaño de la institución médica. Pero, llegado el momento, el MSP debe dar las directivas. “El ministerio se alegró bastante, al igual que los médicos intensivistas”, dijo Schioppi.

Pero Núñez, vocero de los intensivistas, matizó el concepto y explicó que, de los respiradores que ofrecen, “no todos sirven para todos los pacientes con COVID”, aunque en condiciones de emergencia y para algunos pacientes “se pueden usar”.

Los anestesistas, en tanto, también instrumentan con la Sociedad de Medicina Intensiva un plan de capacitación online con actualización de aspectos técnicos de ventilación mecánica, con el objetivo de reforzar el entrenamiento en el manejo específico de pacientes graves. Porque saben que, quizás, eso se puede precisar.

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En el peor escenario, anestesistas cambian rol

Si en el país se llega a un escenario tres (lo que implicaría que estén desbordados los CTI en su capacidad de atención), los anestesistas pueden asumir ese rol en el block quirúrgico, según dialogaron con las autoridades de la Sociedad de Medicina Intensiva. “Se destinaría un área donde atenderíamos a pacientes de CTI no COVID-19, supervisados por un intensivista”, dijo Marcos Schioppi a El País. Eso reduciría riesgos de “contaminación cruzada” con coronavirus.

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