LA EPIDEMIA SE EXTIENDE

El coronavirus sigue extendiéndose. Por ello la comunidad científica está estudiando varias pistas de tratamientos contra el nuevo virus que surgió en China a fines de diciembre. Yazdan Yazdanpanah, director del Instituto de Inmunología, Inflamación, Infección y Microbiología del Inserm de París, y experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dio cuenta de tres estrategias que están a un nivel avanzado de estudio.

La primera consiste en utilizar únicamente el Kaletra, un medicamento anti-VIH/SIDA que asocia dos moléculas antivirales (lopinavir y ritonavir). “Varios colegas chinos lo utilizaron en China en el marco de ensayos clínicos, de los que todavía no se tienen los resultados”, aclaro Yazdanpanah.

La segunda opción es asociar este medicamento con el interferon (antiviral e inmonoterapéutico), una combinación utilizada contra el coronavirus MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio), en un ensayo clínico todavía en curso.

La tercera se basa en el remdesivir, otro antiviral que sirvió para el ébola. Se disponen de muy pocos datos sobre su eficacia, pero según un artículo de la revista Nature, “parece mayor que la del Kaletra”.

Otra pista posible son tratamientos a base de “anticuerpos monoclonales”, pero su estudio está “menos avanzado”, según Yazdanpanah.

Los investigadores pueden apoyarse en los trabajos sobre los otros dos coronavirus que originaron epidemias mortales (SRAS y MERS). Pero la posibilidad de cultivar este nuevo coronavirus “permite además poner a prueba moléculas, de las cuales algunas ya están disponibles para otras patologías”, agregó Yazdanpanah.

Por ahora, el tratamiento que mejor se conoce y el único disponible es el Kaletra, al haber sido empleado sobre todo durante una posexposición al VIH.

Hay otras preguntas abiertas: “¿Por qué la enfermedad se agrava al séptimo día?”. Se trata de un elemento capital para poder diseñar una estrategia terapéutica, según este médico.

El jueves la OMS lanzó el alerta mundial por este virus.

Ayer viernes varios países mostraron su disposición a adoptar las medidas de emergencia que sugiere la OMS.

El 90% de los fallecidos (unos 260 hasta ayer), procede de la región china de Hubei, donde se encuentra la ciudad de Wuhan, lugar de origen de este agente infeccioso, y desde donde continúan los esfuerzos para evacuar a extranjeros.

China ha decidido repatriar a aquellos ciudadanos chinos que están fuera del país y que proceden de la región de origen del virus. La portavoz del ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, aseguró que se ha tomado esta medida “en vista de las dificultades prácticas con las que se han topado en el extranjero los ciudadanos de la provincia de Hubei, en especial los de la ciudad de Wuhan”.

La Comisión Europea indicó que destinará diez millones de euros al programa de investigación e innovación “Horizonte 2020” para financiar “entre dos y cuatro proyectos que “avancen en el entendimiento” de este virus y “contribuyan a una gestión clínica más eficiente de los pacientes infectados”.

Por su lado, un equipo de científicos en Australia ha desarrollado con éxito una versión cultivada en laboratorio del nuevo coronavirus, el primero en ser recreado fuera de China, un avance que podría ayudar en la creación de una vacuna.

Los investigadores del Instituto Peter Doherty para Infecciones e Inmunidad en Melbourne dijeron esta semana que compartirían la muestra, obtenida de un paciente infectado, con la OMS y laboratorios de todo el mundo.

Un laboratorio en China ya había cultivado con éxito el virus pero había lanzado solo la secuencia del genoma, no la muestra en sí, informó la Australian Broadcasting Corp.

Raina MacIntyre, que dirige el Programa de Investigación de Bioseguridad del Instituto Kirby, dijo que la creación e intercambio de la muestra del virus acelerarían el desarrollo de posibles vacunas, ya que los medicamentos podrían ser probados en animales a los que se les inyectó la enfermedad.

Johnson & Johnson se sumó a los fabricantes de medicamentos que están trabajando en el desarrollo de una vacuna para el coronavirus. J&J dijo que su programa de vacuna usaría las mismas tecnologías de su vacuna experimental contra el ébola, que actualmente se administra en la República Democrática del Congo y Ruanda.

J&J también dijo que había donado su medicamento contra el VIH Prezcobix a China para que se use en la investigación de una solución contra el brote.

También investigadores del Instituto Nacional de Salud (NIH) de Estados Unidos comenzaron a desarrollar posibles vacunas contra el nuevo coronavirus. “Ya hemos lanzado el desarrollo de una vacuna y con muchos de nuestros colaboradores”, dijo esta semana el director de enfermedades infecciosas del NIH, Anthony Fauci, en una conferencia de prensa en Washington junto al secretario de Salud, Alex Azar.

El desarrollo se lleva a cabo en colaboración con la firma de biotecnología Moderna, con sede en Cambridge, Massachusetts, también financiada para este proyecto por la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations, una organización de asociación público-privada.

Anthony Fauci admitió que es posible que la epidemia entre en declive antes de que la vacuna esté lista, como fue el caso con la epidemia de SARS en 2002 y 2003.

Tomará tres meses lanzar un ensayo de fase 1 y tres meses más para obtener datos, antes de eventualmente lanzar un ensayo de fase 2 con un mayor número de personas, dijo el funcionario.

Pero “estamos avanzando como si debiéramos implementar la vacuna”, dijo y agregó que “avizoramos el peor escenario, en el que esto se convierte en una epidemia más grande”.

Enojo de China con EE.UU. por recomendar no viajar

Estados Unidos desató la ira de China ayer viernes por advertir a sus ciudadanos sobre las consecuencias de viajar al gigante asiático, en un momento en que las empresas chinas enfrentan problemas de suministro por la epidemia de coronavirus, que ha sido declarada una emergencia mundial.

“No viajen a China debido al nuevo coronavirus”, dijo el Departamento de Estado, que puso a China en el mismo nivel de riesgo que Afganistán e Irak.

China, que recién había comenzado a restablecer los destrozados lazos comerciales con Estados Unidos, calificó la medida de “verdaderamente vil”, señalando que la OMS había elogiado sus esfuerzos para contener el virus y no había recomendado imponer restricciones a los viajes ni al comercio.

“La Organización Mundial de la Salud pidió a los países evitar restricciones al viaje y al poco tiempo Estados Unidos hizo lo contrario”, dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunying. “Es verdaderamente vil”.

Japón también aconsejó a sus ciudadanos que pospongan los viajes no urgentes a China, la segunda economía mundial.

Singapur, uno de los principales puntos de conexión de Asia, detuvo el acceso de pasajeros con un historial reciente de viajes a China y también suspendió los visados para titulares de pasaportes chinos. La prohibición se extiende a los que están de paso por el país.

Las teorías falsas en las redes

La pandemia de coronavirus surgida en Wuhan (China) ha dado pie a teorías conspirativas sobre el supuesto origen del brote, por oscuros motivos económicos o políticos, que carecen de base científica.

A través de Twitter y Facebook se ha extendido una idea falsa que atribuye el brote de este virus a un complot promovido por el empresario y filántropo Bill Gates, cofundador de Microsoft, y planificado a través de un laboratorio británico.

Esta teoría ha sido alentada por integrantes de la comunidad anti-vacunas y el movimiento QAnon, fundado por simpatizantes de Donald Trump que creen que el presidente, con la ayuda discreta de las Fuerzas Armadas, se enfrenta a “élites globalistas” que pretenden socavar las esencias del país.

El multimillonario George Soros y Bill Gates serían algunos de sus miembros destacados, según este movimiento. Entre los mensajes que más han contribuido a difundir esta teoría destaca un hilo de Twitter publicado la semana pasada por un seguidor de QAnon, que responsabiliza de la planificación del coronavirus de Wuhan (2019-nCoV) a una institución científica británica, el Pirbright Institute, por una patente que solicitó en 2015 para desarrollar un coronavirus, concedida en 2018. Lo cierto es que esta patente, la número 10130701, no tiene nada que ver con el brote de Wuhan: El objetivo del Pirbright Institute es usar esa “forma atenuada de coronavirus” como una vacuna para tratar o prevenir enfermedades respiratorias en animales de granja, especialmente pollos.

Otros amantes de las teorías conspirativas afirman que el brote de Wuhan es en realidad una invención de los medios para sembrar el pánico. ¿Su argumento? Que los coronavirus causan catarros y millones de infectados en todo el mundo padecen solo síntomas leves. “Que se lo digan al 2,2% de muertos que produce este virus...”, reflexiona el doctor José Pérez Molina, de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. (En base a EFE)