La palabra que usan en el gobierno de Yamandú Orsi para intentar describir la andanada de críticas que los principales partidos de la oposición lanzaron esta semana contra el presidente de ASSE es “histeria”. Lo que se entiende en la Torre Ejecutiva es que tanto el Partido Nacional como el Colorado -y también el Independiente- tienen por estos días “una sensibilidad muy elevada” o simplemente accionan una estrategia que busca la más grave de las consecuencias -la renuncia al cargo de Álvaro Danza- mientras el resultado que se terminará consiguiendo es, a priori, el contrario al buscado.
“Danza no va a renunciar al cargo ni a las mutualistas, y ahora menos que nunca”, dijo a El País una fuente de Presidencia, horas después de que los partidos de la coalición republicana plantearan en la comisión de Diputados que discute el Presupuesto Quinquenal que el titular de ASSE -con este presente en la sala- debía renunciar al cargo o a los centros privadas donde atiende como médico, por entender que, de lo contrario, está en contradicción con la Constitución y otras leyes.
Ese planteo hecho este martes, que implicó un intercambio duro entre oficialismo y oposición -que además ya anunció que tiene arriba de la mesa más medidas contra el jerarca que van desde una interpelación a la ministra Cristina Lustemberg, quien lo respalda (ver recuadro), hasta juicio político y denuncia penal- y altos niveles de “tensión” reconocidos por los propios legisladores, corrió en paralelo a otro tipo de conversaciones entre las partes. Fue una comunicación subterránea y en un tono muy distinto, que buscó dar conclusión al asunto, aunque sin éxito. Según supo El País, lo que conversaron dirigentes de un bando y otro fue sobre la posibilidad de que todo podía volver al punto cero si Danza renunciaba a las mutualistas, una alternativa que, naturalmente, no terminó prosperando.
“Cuanto más lo critiquen, más soldado a la silla estará”, agregaron en este sentido desde la casa de gobierno, donde no tienen la menor duda de la regularidad de la situación de Danza, sostenida en un informe encargado al jurista Carlos Delpiazzo -considerado en Presidencia como “la Constitución hablante”-, que concluyó que “la tarea de consultante de Medicina Interna en un prestador privado (...) no tiene relación directa ni indirecta alguna con ASSE”.
Para varios dirigentes de la oposición la postura del oficialismo constituye un “error político”, porque “da pie” a los legisladores de la coalición a mantener el tema en agenda, y obliga al jerarca a “laburar condicionado y con la marca arriba” durante todo el período, dijo a El País un dirigente blanco al respecto.
“ASSE merece un presidente que dedique el 100% de su tiempo a la tarea, y que esté enfocado en sus usuarios, y hoy el presidente es part time”, cuestionó el diputado José Luis Satdjian, que promovió nuevas consultas jurídicas en el Parlamento (ver aparte). “Va a ser el principal responsable de cualquier cosa que suceda con el funcionamiento de ASSE”, avisó el ex subsecretario de Salud Pública.
En el Partido Colorado, mientras tanto, su dirigencia definió que el caso Danza ya está entre las prioridades políticas a la hora de cuestionar al oficialismo.
Derrota y renuncias
Un razonamiento compartido en la Torre Ejecutiva y en filas del Frente Amplio es que en la oposición predomina un discurso duro y confrontativo porque varios blancos y colorados “no asumieron la derrota” en el balotaje del 24 de noviembre.
El senador de la Vertiente Artiguista, Eduardo Brenta, lo dice así: “Hay una parte que todavía no internalizó que perdieron las elecciones o no iniciaron el duelo, y esa parte es la que utiliza el lenguaje más duro”.
Pero para la izquierda también tiene incidencia otro grupo de dirigentes que, dándose cuenta de la realidad, “igualmente utilizan una lija en forma permanente para desgastar al gobierno, que tuvo dificultades al inicio, como se ha reconocido, pero ahora se afirmó, y lo cierto es que en este momento tiene una alta aprobación de parte de los votantes del Frente Amplio y una porción relevantes de quienes no lo votaron que no lo ve mal”, dijo a su vez Brenta, en línea con lo que también piensan en Presidencia.
Ahora bien, además de apuntar a Danza, y como informó El País días atrás, blancos y colorados han arremetido también contra el ministro del Interior, Carlos Negro, una figura del gabinete de Orsi que “está en la mira“ de la oposición porque entre otras cosas lo consideran “débil” políticamente, algo de lo que en la Torre Ejecutiva son conscientes, pero remarcan que el secretario de Estado cuenta con el respaldo directo del presidente de la República.
Pero los dardos se lanzan, además, por diferencias de fondo con la gestión en seguridad que el exfiscal está llevando adelante, y por eso las críticas contra él son algo de todos los días. El propio ministro también se refirió esta semana a esa idea extendida en la izquierda de que “algunos dirigentes” opositores todavía no se dieron cuenta de “cómo salieron las elecciones”, lo que le valió nuevos cuestionamientos de nacionalistas y colorados, que insinuaron que la posibilidad de interpelarlo es alta.
Todavía nadie pidió directamente su renuncia -como fue solicitada al canciller Mario Lubetkin, tras el episodio con los nuevos pasaportes uruguayos-, pero en la bancada frenteamplista dan por hecho que eso ocurrirá de un momento para otro, porque “la lógica es desgastar al gobierno planteando cualquier cosa”, dijo así Brenta, que agregó: “El gobierno no se tiene que mover, ellos ya empezaron a pedir renuncias y se la van a pedir a Negro, por lo que escuché; están buscando uno a uno a los ministros”.
En el gobierno asumen que eso es probable, pero que “el período” de las renuncias -como la de Cecilia Cairo al Ministerio de Vivienda, bien al inicio del gobierno, o la de Eduardo Viera a Colonización- “se terminó”.
En las filas oficialistas, mientras tanto, dan por descontado que el respaldo a Danza y a Negro se mostrará “en todos los términos”, ante el objetivo de la oposición de “distraer al gobierno del tema central, que es desarrollar políticas para la gente”, dijo por su parte el senador Gustavo González.
Blancos apuntan a declaración de ministra
Gran parte de los cuestionamientos de la oposición están también dirigidos a que, además del conflicto constitucional, Danza no está en condiciones de dedicar el 100% de su tiempo a la tarea, y para eso varios se remiten a una declaración que hizo al respecto la ministra Cristina Lustemberg el pasado 9 de setiembre. Consultada la titular de Salud Pública por los medios, afirmó ese día que Danza tenía una dedicación “casi full time”.
Se esperan posturas de la Udelar, la Universidad Católica y la Jutep
Luego de que la oposición cuestionara en directo a Álvaro Danza cuando este compareció al Parlamento, presidiendo la delegación de ASSE que este martes defendió en la Cámara de Representantes el proyecto del Presupuesto Nacional, el Partido Nacional planteó en la comisión de Salud Pública que se continuara ahondado en la situación jurídica en que se encuentra el presidente del prestador estatal.
Como hay informes que sostienen posturas contradictorias -los solicitados por el gobierno, que no encontraron la incompatibilidad constitucional señalada, y los que tienen en la oposición, que sí consideran que Danza no puede ser jerarca de ASSE y atender en mutualistas privadas al mismo tiempo-, los diputados blancos José Luis Satdjian y Amin Niffouri pidieron a la comisión que se solicite un informe al Instituto de Derecho Constitucional de la Universidad de la República, lo que fue aceptado.
Por contrapartida, a iniciativa del Frente Amplio, se pedirá lo mismo al Departamento de Derecho de la Universidad Católica del Uruguay.
Asimismo, y a iniciativa también de la oposición, la comisión de Diputados resolvió que la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep) también se expida sobre esta situación, aunque, tal como solicitaron los blancos, eso debe ocurrir “una vez que esta se encuentre integrada con todos sus miembros”, es decir, con el representante de los nacionalistas, el abogado y exjerarca del Ministerio del Interior, Luis Calabria, ya cumpliendo funciones como director opositor del organismo.
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