Jorge Nirenberg, prosecretario de Peñarol, dialogó en exclusiva con Ovación: elogió el liderazgo de Diego Aguirre, habló de la "magia" que ve en el entrenador mirasol y reveló una anécdota para definirlo. También hizo una comparación entre Leonardo Fernández y Matías Arezo por una situación particular y dio su opinión acerca de la titularidad de Randall Rodríguez frente a Montevideo City Torque por la semifinal de Copa AUF Uruguay.

- Tenés un vínculo personal con Diego Aguirre de muchos años, ¿cómo describirías su tipo de liderazgo?
- Para mí Diego Aguirre tiene una magia con la que logra los objetivos, y se arregla con lo que tiene, no te pide cosas extraordinarias. La prueba está en que hubo ofertas de jugadores de renombre mundial y no cayó en eso de tener nombres que muchas veces te protegen. Priorizó tipos de futbolistas antes que nombres y por ahora vemos que no se ha equivocado. De hecho, nos suele hacer una broma diciendo: ‘¿qué te parece este jugador? ¿vos pensabas que iba a rendir lo que está rindiendo? Ja‘. Con Diego estoy tranquilo porque no se pierde un detalle. Él tiene una magia, por no decir suerte, como siempre le dicen, pero él la entrena todos los días. El otro día le hice una broma sobre eso.

Foto: Nicolás Pereyra.

- ¿Alguna anécdota que lo defina?
- Una de las primeras que me contó Diego Aguirre cuando empezamos a entrar en confianza fue lo que estaba pasando en la final contra América de Cali en la que salimos campeones de América. Creo que fue Perea que ni bien empezó el partido le pegó con el puño cerrado en el oído, lo dejó 10 o 15 minutos mareado y él estaba con una bronca que volaba. Como todos sabemos, si el partido terminaba empatado, el campeón iba a ser América de Cali. Faltaban unos minutos y Diego le dijo al Tito Goncálvez que se quedara cerca suyo porque ni bien terminara el partido se iba a cobrar ese golpe de puño que recibió en la cancha. Pasó el partido mirando más a Perea que a la pelota. Yo recuerdo que Diego hacía los goles adentro del área chica en Peñarol, pero no recuerdo que agarrara la pelota afuera del área y pateara prácticamente desde adentro del área como lo hizo en ese gol de 1987. Estaba ahí pensando en otra cosa prácticamente, recibió y pasó lo que todos ya sabemos. Lo que es el destino... de estar ahí, donde no era su ubicación, y cómo terminó todo.

Foto: Leonardo Mainé/Archivo El País.

- Ante el gran nivel de Leo Fernández, ¿iniciaron gestiones para renovarlo?
- Yo lo comparo con el caso de Arezo. Es distinto porque los dueños del pase son clubes diferentes, pero cuando vino Arezo tenía un año de contrato, pero con la cláusula por la que se podía ir a mitad de año. Y bueno, como empezó a hacer goles de todos lados, era muy factible que lo hubiéramos perdido a mitad de año, pero se hicieron las gestiones en su momento y se pudo quedar hasta fin de año. Y bueno, en el caso de Leo Fernández también incide su amor por Peñarol. Seguramente si fuera por él se quedaría, pero bueno, hay que hacer las tratativas en el momento en que esté por vencer el contrato para ver si el dueño de la ficha nos lo deja hasta fin de año. Ojalá que sí porque verlo pegarle a la pelota da gusto y cada vez que hay un tiro libre cerca del área se nota la preocupación de los rivales.

- ¿Qué opinás del debut de Randall Rodríguez como titular, que se dará hoy ante Montevideo City Torque?
- Los técnicos son los que deciden quiénes juegan y tendrán sus razones, pero me parece bárbaro que Randall Rodríguez tenga la oportunidad de mostrarse en la Primera División de Peñarol. Ya sabemos lo que nos da, hemos notado su jerarquía, su estado de ánimo y la forma que tiene de sentirlo. Es joven y tiene mucho más para aprender. Quiero que su debut en Primera sea bueno porque, teniendo tanta competencia, siempre es importante tener a todo el plantel en condiciones.