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Fin de año con 1.200 casos de COVID-19 por día y CTI camino al desborde

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Conferencia del GACH. Foto: Estefanía Leal

EL AVANCE DE LA PANDEMIA

El sistema de testeo y rastreo ya es “insuficiente”, y la saturación de las camas de CTI es “cuestión de tiempo”, alertó el Grupo Asesor Científico Honorario.

El Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) trazó su diagnóstico ayer. En una conferencia aparte de la del gobierno, los coordinadores del grupo pronosticaron que, de seguir la tendencia actual -sin contemplar el incremento adicional que pueden representar las celebraciones de fin de año y el ingreso de uruguayos no residentes del exterior-, Uruguay terminará este 2020 con 1.200 casos nuevos por día y una ocupación de 120 camas de CTI (de las 753 disponibles) con enfermos de COVID-19.

El análisis de la evolución de los indicadores claves en los últimos días confirmó lo que se percibía: las medidas anunciadas el 1° de diciembre no tuvieron efecto. De hecho, un informe específico del grupo que hace análisis de datos, compartido ayer en la web de Presidencia, muestra con claridad que entre el 2 y el 11 de diciembre hubo una coincidencia casi absoluta de los casos proyectados en el modelo predictivo utilizado y los casos efectivamente registrados. Es decir, las medidas implementadas el 1° de diciembre no modificaron la tendencia.

El GACH confirmó ayer que, mientras a nivel global la mayoría de los países atraviesan la segunda y la tercera ola de la epidemia, Uruguay está en la primera. “Por el conjunto de medidas” desarrolladas hasta ahora eso se había evitado, dijo el coordinador del grupo, Rafael Radi. “Tendremos que trabajar para ahora sí aplanar la curva”, agregó.

El experto graficó que si Uruguay hubiera seguido el camino de los países de la región, tendría al momento 3.000 muertos por COVID-19, cuando hasta ayer iban 102. “Hemos ganado mucho tiempo y nos hemos podido preparar”, dijo Radi. Ahora viene “una etapa importante de muchos meses donde no podemos comprometer lo logrado”. ?

Otro informe del GACH difundido ayer, esta vez elaborado por los epidemiólogos del grupo, advierte que “el punto de inflexión en la tendencia”, es decir en el aumento de casos, “podría estar vinculado a las elecciones departamentales”. Por su parte, el matemático Fernando Paganini apuntó ayer en la conferencia que “en noviembre hubo un cambio de fase” y se pasó a un crecimiento exponencial de los contagios.

Radi explicó que, siguiendo el modelo predictivo SEIR (susceptibles, expuestos, infectados y recuperados), el 99% de los uruguayos entran hoy en la categoría de susceptibles al virus, ya que solo se infectó entre el 0,3% y el 0,6% de la población. El experto destacó que en el “único lugar donde cada uno puede actuar” es en la exposición. Una vez infectado, el curso de la enfermedad puede ser “leve, moderado o grave”.

¿Qué dicen los indicadores?

Todos los indicadores reflejan un “deterioro sistemático”, dice el informe de los matemáticos del GACH.

La aceleración de los contagios se manifiesta en que el tiempo de duplicación de casos nuevos diarios se mantiene constante, en el entorno de los 10 a12 días, lo cual lleva a un “crecimiento exponencial” de la epidemia.

“Nos encontramos en situación de circulación comunitaria del virus, con un epicentro en la capital del país y la zona metropolitana”, dice el informe.

Gente en la calle usando tapabocas. Foto: Estefanía Leal
Gente en la calle usando tapabocas. Foto: Estefanía Leal

Y advierte: “El trazado de contactos no es suficiente para el control de la diseminación de la enfermedad”, ya que se observa una “saturación del sistema de trazado y testeo, con el consiguiente retardo de detección de nuevos casos”.

El porcentaje de positivos sin un nexo epidemiológico claro es de 25% a nivel nacional, y en Montevideo y Canelones crece a 29% y 30% respectivamente. El aumento progresivo de esta cifra esconde una certeza: “la pérdida de identificación de nuevos casos”. A su vez, aumentan los casos “en investigación” -actualmente son unos 800-, lo cual “evidencia un retardo en identificar nuevos contactos que deban ser puestos en cuarentena”.

En la conferencia, Paganini expresó que de continuar este ritmo, en una semanas “se podría comprometer la cosa”, porque aunque se consiguiera duplicar las camas de CTI, “eso compra 12 días en el ritmo que estamos”.

Disponibilidad de camas en CTI.

Un tercer informe del GACH pone el foco, justamente, en la disponibilidad de camas en los centros de tratamiento intensivos para el 1,8% a 2% de los infectados que lo requieren.

“La ocupación actual por COVID-19 es baja (5%), pero esta cifra incrementará rápidamente, con un retardo de días o pocas semanas, siguiendo la curva exponencial del país. De continuar de esta manera, el desborde en la capacidad de camas es un evento predecible y una cuestión de tiempo”, alertan los intensivistas del grupo asesor.

En los primeros 10 días de diciembre se observó “un incremento significativo” de ingresos en CTI, pasando de 22 a 37 pacientes, dice el informe. Ayer, puntualmente, el Sinae reportó que las personas con COVID-19 en CTI son 44. De continuar la tendencia, a fin de año serán entre 110 y 150, lo cual representa entre 15% y 20% de la ocupación de las camas del país. Y advierten que, para fines de enero, posiblemente habrá el doble de casos y de ocupación de camas.

Aumentó el número de pacientes que se encuentran internados en CTI como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Foto: AFP
Foto: AFP

La distribución de las unidades de cuidados intensivos es una preocupación aparte. La concentración en el área metropolitana, un viejo problema que arrastra el país, aumenta el desafío. El informe de los intensivistas muestra que hay 51 unidades (37 privadas, 10 públicas y tres de otra índole), y que 17 de estas se encuentran en Montevideo. En el resto de los departamentos hay una o dos unidades, salvo en Salto y en Canelones, donde cuentan con tres.

“Se destaca que existe una debilidad relativa de camas de CTI en la frontera norte, donde se despliegan unidades chicas, con poca cantidad de camas disponibles, frente a la constante amenaza epidemiológica desde Brasil, que ha motivado múltiples brotes”, advierten los especialistas. Por este motivo, alegan, “es importante implementar programas de complementación público-privada, regionalización, centros de referencia, coordinación de traslados”, entre otras medidas.

Pero la capacidad de respuesta a los casos graves depende no solo del equipamiento, alertan, sino “particularmente de la disponibilidad de recursos humanos capacitados”. Y aquí aparece otra de las debilidades históricas: la cantidad de médicos intensivistas y de personal de enfermería especializado en esta área.

El gobierno ya anunció que hará capacitaciones a enfermeros para reforzar la dotación, pero la inquietud persiste. El multiempleo médico y de enfermería “debilita el sistema, ya que cada falta por certificación o licencia de cualquier tipo, se replica en dos o tres lugares de trabajo”, advierten.

“Existe una gran incertidumbre y preocupación por el impacto de las cuarentenas por contactos con casos positivos o las certificaciones por contagio que pudieran ocurrir en el personal de salud de los CTI”, señalan. Y agregan un dato adicional: entre 10% y 30% del personal de salud puede resultar contagiado con el virus. Esto implica un impacto adicional sobre los recursos humanos ya comprometidos.

Detectan focos en dos centros carcelarios

Se detectaron contagios de COVID-19 en dos centros carcelarios. Hay 30 enfermos y 213 cuarentenados en Punta de Rieles y el ex Comcar.

Luis Mendoza, director del Instituto Nacional de Rehabilitación, dijo al informativo Telemundo que la situación “está controlada” porque “en coordinación con ASSE se han cumplido los protocolos establecidos”. En el penal de Punta de Rieles son 24 casos positivos y 77 reclusos en cuarentena, que serán hisopados hoy. A los positivos se les hará el segundo hisopado el fin de semana. En el ex Comcar hay seis positivos, cinco de ellos aislados en el módulo 12 y uno internado en el Hospital Español. Según pudo saber El País, los 134 cuarentenados fueron hisopados ayer. Además, hay tres policías y dos operadores penitenciarios positivos, y seis policías y 15 operadores en cuarentena.

Burbujas de hasta 10 personas para bajar riesgo
Henry Cohen. Foto: Estefanía Leal.

Del “quedate en casa” que pidió el gobierno en marzo y abril, se pasó a la “idea superadora” del confinamiento que planteó el coordinador del GACH, Rafael Radi, en entrevista con El País el 7 de noviembre. Ahora, el grupo de científicos se aferra al concepto de “burbuja” como forma de mantener calidad de vida pero con un nivel de interacción social bajo y controlado.

“Una burbuja es un grupo que se conecta mínimamente con otros grupos”, dijo Henry Cohen, coordinador de salud del GACH. Cohen dijo que así se podría “reducir el riesgo, sobre todo en las personas más vulnerables, y disfrutar de nuestros familiares más cercanos”, en especial ante las fiestas de fin de año. “Es muy importante mantener la burbuja en el tiempo, no podemos tener una hoy y otra mañana”, comentó. La recomendación es que estas “burbujas” sean de entre 6 y 10 personas y que el contacto con otros grupos sea lo más limitado posible.

Los miembros del GACH se refirieron también a la expectativa en torno a las vacunas que están bajo investigación en el mundo. “En esta hora tan difícil, en esta hora oscura, aparece una esperanza, que es la vacunación”, comentó el coordinador del grupo, Rafael Radi. Se trabaja en forma “intensa” para “lograr en tiempo y forma” y con “vacunas de calidad” una salida “lo más rápido posible”, señaló.

Radi dijo que Uruguay está “lejísimos” de haber alcanzado la inmunidad de rebaño, por lo que solamente resta evitar la exposición al virus. “Debemos saber y aprender a convivir con el virus”, concluyó.

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