Redacción El País
"El Pistolero se convirtió en ídolo, el ídolo en leyenda y la leyenda en arte. Por siempre en nuestra historia. Inmortal". En esos simples términos, la cuenta oficial de Gremio resumió la importancia que tuvo Luis Suárez en su año de pasaje por el club, a falta de dos partidos para que se marche.

Lo dijo, también, el pasado jueves el entrenador Renato Portaluppi, cuando lo elogió en un tono de despedida: "Lo vamos a extrañar, seguro. Era muy querido por todos. Tuve el placer de trabajar con un gran profesional, uno de los cuatro mejores delanteros del mundo. Va a quedar el vacío", señaló.

Y añadió: "No es fácil encontrar un jugador con el talento y la capacidad que tiene él".

Por todo eso y porque sus 26 goles y 17 asistencias en 52 partidos hablan por sí solos, el Pistolero fue homenajeado a las afueras del Arena do Gremio con un mural que grabó su figura celebrando un gol de espaldas y exhibiendo la camiseta número 9.

Seguido de la publicación, múltiples hinchas sugirieron en tono de broma cerrar las puertas del estadio antes de que finalice el partido de este domingo entre el tricolor gaúcho y Vasco da Gama para que Suárez no pueda salir y siga más tiempo en el club.

"El aeropuerto debe estar cerrado, no dejen ir a este hombre", suplicó otro de los aficionados a través de Twitter.

Suárez, por su parte, dijo antes del partido: "Estoy agradecido por el cariño, por toda la confianza. Traté de hacer mi mejor trabajo y pienso que tengo que estar feliz porque fue un año muy bueno para todos".

Es sabido que el goleador histórico de Uruguay no jugará en el conjunto brasileño en la próxima temporada. Durante una conferencia de prensa desarrollada el 29 de julio quedó claro que se irá con un destino ya encaminado que sería el Inter Miami de la MLS, donde se reencontraría con su amigo Lionel Messi.