LA CRISIS EN VENEZUELA

Así como Estados Unidos siempre dijo que no quiere otra Cuba bajo un régimen comunista en el Caribe, Jair Bolsonaro dice que no quiere una Venezuela como la de Nicolás Maduro en Sudamérica.

Citando la “degradación moral y política” que padece Venezuela, el presidente brasileño destacó la importancia de “luchar para que otros países de nuestra América del Sur no experimenten lo que están experimentando, lamentablemente, nuestros hermanos venezolanos”.

Bolsonaro abrió ayer lunes con estas palabras un seminario empresarial en el centro de Miami, donde garantizó a los empresarios locales que “la desconfianza” hacia Estados Unidos que caracterizó a los gobiernos brasileños anteriores, “cambió”. Se refería, claro, a los gobiernos de Luis Inácio Lula Da Silva y Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores.

“No queremos esa experiencia para nadie más y eso solo se puede lograr restableciendo un sentido de confianza y buscando establecer todo lo que podamos como parte de nuestros esfuerzos conjuntos”, manifestó durante el foro que reúne a cerca de 300 líderes empresariales de ambos países.

Bolsonaro manifestó que a diferencia de Venezuela, Brasil tuvo éxito en las elecciones que lo llevaron al poder, porque “las Fuerzas Armadas siguen siendo el principal aliado y uno de los pilares clave”, sin intervenir en la política partidista.

También dio un espaldarazo a su ministro de Economía, Paulo Guedes, quien está bajo presión por la desaceleración del crecimiento económico en 2019 (1,1%) en Brasil, el impacto del coronavirus y la caída de los precios de petróleo.

Los temores por el virus COVID-19 provocaron este lunes un nuevo desplome de las bolsas mundiales, entre ellas la de San Pablo, con una caída de 10%.

Con la visita a Florida y el encuentro el sábado con el presidente Donald Trump, “estamos mostrando que vamos por buen camino”, insistió.

Trump y Bolsonaro hablaron en privado sobre la crisis venezolana y luego reiteraron su apoyo al líder opositor Juan Guaidó, a quien reconocen como presidente encargado al considerar ilegítimo el gobierno de Maduro.

El domingo, Bolsonaro firmó un acuerdo de defensa que abre la vía para el intercambio de suministros militares entre ambos países.

En Caracas, Maduro acusó el viernes a Estados Unidos de fraguar planes contra su régimen con la ayuda de Colombia y Brasil.

El presidente colombiano, Iván Duque, también se reunió con Trump la semana pasada en Washington.

Ayer lunes, Bolsonaro fue recibido en el seminario por Marco Rubio y Rick Scott, dos senadores republicanos por Florida con gran influencia en la política de la Casa Blanca hacia Venezuela.

Guaidó convocó a una protesta masiva para hoy martes contra Maduro, en una manifestación que buscará ser contrarrestada por otra marcha del oficialismo alentada por el régimen chavista.

Canciller venezolano espera bloqueo naval

El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, dijo ayer lunes que Estados Unidos planea un bloqueo naval contra su país. “Se ha comenzado a hablar de nuevo de un bloqueo naval contra Venezuela, el bloqueo naval es reconocido por Naciones Unidas como una modalidad del uso de la fuerza”, dijo Arreaza durante una reunión con el cuerpo diplomático acreditado en Venezuela. Lamentó que a pesar de que se trata de “un acto de guerra”, este supuesto bloqueo naval “se plantea en la Oficina Oval, se plantea en el Departamento de Defensa, se plantea en el Departamento de Estado, se plantea en visitas de presidentes de Gobiernos latinoamericanos a Estados Unidos”, y mencionó la reunión del brasileño Jair Bolsonaro este fin de semana con Donald Trump en el estado de Florida.

Al respecto, advirtió que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FABN) “está desplegada” en el ejercicio denominado Escudo Bolivariano que tiene carácter indefinido y que la pasada madrugada se reactivó en al menos cuatro estados del país, además de Caracas.