El proyecto para 18 de Julio: veredas más anchas, velocidad máxima de 30 km/h y prioridad a los peatones

La reforma que el gobierno nacional y las intendencias de Montevideo y Canelones prevén para el transporte público del área metropolitana incluye ambiciosos cambios como soterrar un corredor exclusivo para los ómnibus BRT en 18 de Julio.

Pero si el transporte público colectivo estuviera bajo tierra, ¿qué pasaría en superficie? La misma reforma prevé una serie de modificaciones en el ancho de la calle y de las veredas, también para la ciclovía y para los locales gastronómicos.

La reforma aún está en proceso de discusión. El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) como representante del gobierno de Yamandú Orsi, así como la Intendencia de Montevideo (IMM) y la de Canelones están llevando adelante un proceso de conversaciones y estudios para ver qué es lo más beneficioso y factible.

En los últimos días recibieron un espaldarazo a su intención de reforma porque el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un crédito de US$ 500 millones para las obras.

Foto: proyecto enviado al BID

Una de las cuestiones en discusión es cuánto soterrar el transporte público en 18 de Julio. La propuesta que se impulsa desde el gobierno nacional es a partir de Daniel Fernández Crespo o Eduardo Acevedo hasta la Plaza Independencia. La IMM planteó la posibilidad de discutir que el inicio del túnel sea en Barrios Amorín, es decir, acortar un kilómetro el tramo bajo tierra.

La iniciativa que evaluó el directorio del BID para aprobar la línea de crédito lleva el túnel hasta la Terminal Intercambiadora Tres Cruces, donde desembocarán tanto la línea A como la B, es decir, las que provienen desde Zonamérica por 8 de Octubre y desde El Pinar por Avenida Italia.

Todas las alternativas que se están barajando tienen una misma base: un proyecto presentado por el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) en octubre de 2024 y que contó con la colaboración de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República.

Foto: Cinve.

Este proyecto ya hablaba de una reforma en la superficie de 18 de Julio, por encima del corredor por el que iría el transporte público. También el resumen ejecutivo del documento que Uruguay le envió al BID menciona una reforma en superficie.

Se cree que esta es "una oportunidad para repensar integralmente el espacio urbano desde una lógica contemporánea". Se trata de "una de las apuestas más ambiciosas y necesarias del Montevideo del siglo XXI".

"Uno de los elementos más visibles del nuevo diseño" es el ensanche de las veredas. La acera sur, que es la que recibe más horas de luz solar, se ampliará entre cinco y seis metros. De ese lado estarán las bajadas al túnel para acceder a los ómnibus articulados y se colocarán "jardines de lluvia, zanjas vegetadas, áreas permeables, arbolado de alineación con especies nativas y otras soluciones basadas en la naturaleza".

En la vereda del norte el ensanche será de entre un metro y un metro y medio, con otro tipo de vegetación. "Se promueve una experiencia urbana donde el andar a pie deja de ser una actividad subordinada al tránsito vehicular para convertirse en la forma preferente de desplazamiento dentro de este eje", dice el informe.

Para ello se incorporan "sendas peatonales continuas" con "cruces seguros al nivel del peatón", lo que quiere decir que para cruzar las calles perpendiculares el peatón no tendría que bajar el cordón porque el cruce estaría a la altura de la vereda. Esto ya sucede en algunas calles de la capital, por ejemplo en Ciudad Vieja.

La velocidad máxima permitida para los autos pasaría a ser de 30 kilómetros por hora, como también sucede en Ciudad Vieja, para "priorizar la seguridad y la movilidad peatonal". Se trata de "una nueva lógica urbana centrada en la caminabilidad".

La ciclovía, que hoy está en el carril central, se correrá hacia la vereda norte. Además, está previsto que los locales gastronómicos puedan expandir sus lugares de mesas y sillas hacia el espacio público.

La reforma que está a estudio del gobierno y las intendencias consiste en un sistema basado en BRT (una sigla del inglés bus rapid transit), es decir, ómnibus eléctricos y articulados con capacidad de circular a mayor velocidad con hasta 220 personas. La idea es garantizar "viajes más rápidos, frecuentes, cómodos, conectados y de bajo impacto ambiental".

Foto: render del proyecto enviado al BID.

El proyecto consta de dos corredores de alta frecuencia (líneas A y B), un corredor soterrado exclusivo por 18 de Julio y una Estación Intercambiadora Tres Cruces de tres niveles. De esta forma se pretender "eliminar la superposición de servicios de transporte por dichas arterias", lo que va a repercutir en "una disminución de los tiempos de traslado".

Con la línea A, que va de Ciudad Vieja a Zonamérica, se pretende acortar el viaje en transporte público unos 25 minutos (desde los 68 actuales a 43). Con la línea B, que iría hasta El Pinar, la reducción de tiempo de viaje se prevé de 27 minutos (desde los 81 actuales a 54).

La flota de los ómnibus articulados sería 100% eléctrica y habría paradas cerradas cada 600 metros en las que habría que pagar el boleto antes de entrar (y no al subir al ómnibus).