El procesamiento interno de todo el caso de Gustavo Penadés no está siendo nada fácil para el Partido Nacional. No es para menos: el senador que muchos destacan como el principal articulador entre el gobierno y la bancada, y entre la bancada y el Frente Amplio, es señalado como presunto explotador sexual de menores -enfrenta ocho testimonios en este sentido en la Fiscalía-, y la cámara alta se apresta a votar su desafuero para que el legislador enfrente de lleno el proceso judicial y emprenda así un camino que difícilmente tenga retorno.

La situación genera una indisimulable “tensión” interna que ha llevado a los blancos a cometer una serie de “innumerables errores no forzados” en las últimas horas, como reconocieron a El País fuentes de esta colectividad.

Esos errores -que van desde declaraciones equívocas a la prensa o incluso discrepancias políticas que se hacen públicas- fueron abordados ayer en la reunión de senadores que se hizo en la tarde para analizar los últimos pasos dados por el partido sobre este truculento tema y también los que se darán hoy -cuando la comisión de Constitución y Código inicie el proceso del desafuero (ver recuadro)- y mañana, cuando el plenario del Senado dé por concluido todo el proceso y Penadés pase a ser senador suspendido, tal como se espera.

Uno de los episodios que estuvo arriba de la mesa en una reunión que distó de ser ordinaria y tranquila, fue la declaración pública que hizo la vicepresidenta Beatriz Argimón poco antes de entrar al encuentro, en la que cuestionó la decisión del Directorio blanco de aguardar a que el Senado concrete el desafuero antes de elevar el caso de Penadés a su Comisión de Ética.

Fue un asunto que había generado discordia en el propio órgano de conducción partidaria -los tres representantes de Por la Patria no votaron esa resolución porque pedían un trámite rápido-, que por mayoría entendió que el partido debía “facultar” a su presidente, Pablo Iturralde, a “realizar el seguimiento de la situación del proceso que involucra” a Penadés, en consulta con sus legisladores y su comisión de Asuntos Políticos, y solo “en función de la evolución de dicho proceso, resolver si se dará paso a la Comisión de Ética”, como se lee en la declaración adoptada.

En lenguaje simple: el Directorio determinó no actuar “al grito de la tribuna” (ver aparte), y tomar una determinación con los “elementos” que brinde la discusión que darán los senadores en base a los insumos elevados por la Fiscalía, indicaron otros dirigentes consultados por El País.

Y esto no le gustó a Argimón, que fue clara al respecto en rueda de prensa. “Generalmente, cuando había un tema determinado, el Directorio no esperaba por saber qué haría el Parlamento. Hubiera preferido que tomara una decisión hoy”, remarcó.

Adentro, en el intercambio con sus correligionarios -lo que incluyó al propio Iturralde, que asistió a la reunión de bancada en atención a la importancia de la agenda- dijo lo mismo y se abrió la discusión, pues hay blancos que entienden que la espera de la suspensión de Penadés “no se acompasa a la realidad que exige la gente”.

Pero también se mencionaron otras diferencias, generadas también en salidas públicas que mostraron a la colectividad descoordinada, reconocieron los legisladores.

Una de ellas fue a raíz de un título publicado por La Diaria días atrás, que indicaba que los blancos esperaban un “pacto de caballeros” con el Frente Amplio para evitar un debate político en el Senado sobre las acusaciones que pesan sobre el dirigente del Herrerismo.

Esto le permitió a la oposición encontrar un frente de ataque viable, para “indignación” de varios senadores del partido de gobierno. “Eso cambió el eje de la discusión y nos hizo quedar como una tapadera”, resumió uno de los molestos.

El senador Juan Straneo reconoció que fue él el autor de esa frase, y marcó que no creía que ello hubiera despertado a los frenteamplistas, pues estos encontrarían igual la forma de capitalizar políticamente este caso. De hecho, señaló, hicieron eso al criticar que este partido analizaba pedir que el Senado abordara el desafuero en “sesión secreta”, como había declarado Carmen Asiaín a Canal 10 y esto dio pie a otro de los episodios que se discutieron ayer. La senadora aclaró que ella había simplemente dado una opinión personal.

En principio, aunque los ánimos están caldeados y la tensión no cesa, los nacionalistas buscarán no generar más olas y evitar una confrontación dura con el Frente Amplio, aunque hay algunos que no seguirán esta línea, como el senador Straneo, que ya adelantó que reprochará a los dirigentes de la coalición de izquierda la polémica que ya iniciaron a nivel de los medios.