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La asistencia a clase llega a 69%; Primaria pide que se decrete la obligatoriedad

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Semana que viene discutirán fecha de vacaciones. Foto: Reuters

PROHÍBEN CONSIGNA EN TAPABOCAS

Siete de cada diez escolares y liceales que ya fueron convocados a las aulas han dicho presente. Eso significa un aumento de la asistencia en más de diez puntos porcentuales en 15 días.

Cada vez son más los estudiantes que dicen presente en las aulas uruguayas. Siete de cada diez escolares y liceales, de esos que ya fueron convocados a las clases presenciales, han asistido a los centros educativos. Y si bien en UTU el porcentaje es algo menor (63%), la concurrencia viene en aumento.

Las autoridades de la educación, sin embargo, no están conformes con la asistencia y temen que la brecha de aprendizajes se agrave. Ayer, Uruguay registraba solo 12 personas cursando la enfermedad de COVID-19. En este escenario, dijo el consejero de Primaria Pablo Caggiani, “es poco racional pensar que en algunas escuelas falta la mitad de los alumnos porque los padres tienen miedo”.

Ese fue el tema de discusión de la sesión ampliada del Codicen de ayer. Primaria insistió en la necesidad de decretar la obligatoriedad de la asistencia, uno de los pilares de la escuela uruguaya que el Poder Ejecutivo dejó en suspenso mientras dure la emergencia sanitaria.

En este sentido, un relevamiento preliminar, realizado en las escuelas del interior del país, muestra que existe una brecha de asistencia según el quintil de ingresos. En las escuelas de contextos más ricos, la concurrencia es entre 10 y 12 puntos porcentuales mayor que en las de zonas más vulnerables.

“Eso, que con seguridad esté asociado a los cuidados y los arreglos familiares, evidencia que la voluntariedad puede ser un problema”, admitió el presidente del Codicen, Robert Silva. Sin embargo, el jerarca es partidario “de esperar” la incorporación de la última tanda de centros educativos, el próximo 29 de junio, para luego, “si todo marcha bien, solicitarle al Ejecutivo la vuelta a la obligatoriedad”.

Recién ayer, empezaron a funcionar en un horario más extendido (cinco horas, los cinco días de la semana) las escuelas rurales más pequeñas. En esos centros educativos, los primeros que se habían sumado a la presencialidad el 22 de abril, la asistencia había empezado en un tercio y trepó hasta la mitad de los que deberían concurrir.

Como ayer buena parte del país padecía las inclemencias del estado del tiempo, Primaria prefirió no sacar conclusiones del primer día de horario más extendido. Sin embargo, los consejeros son optimistas de que el ajuste en el horario y calendario sea un impulso para que las familias tengan más chances de enviar a sus hijos a las escuelas.

La discusión de la obligatoriedad, por tanto, deberá esperar “al menos una semana”, así como la decisión de cuándo serán las vacaciones de invierno.

“Lo más probable es que se fijen para la segunda quincena de julio, pero hay que ver cómo marcha todo la semana entrante”, señaló el presidente del Codicen.

Mientras las autoridades sesionaban en el edificio central de la ANEP, a la misma hora la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) desarrollaba un conversatorio contra el proyecto de ley de urgente consideración. Pero el comienzo de la charla se vio modificado por una resolución que Secundaria había adoptado el miércoles.

Resulta que el CES prohibió el uso de tapabocas con la leyenda #EducarNoLucrar en todos los liceos públicos. Se trata de un hashtag promovido por la federación internacional de sindicatos de la educación. Ante esta decisión, que los sindicalistas tildan de “censura y autoritaria”, Fenapes hará “una denuncia ante los organismos internacionales”, dijo en el conversatorio José Olivera, secretario general del sindicato de profesores.

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