Varina De Cesare: la tensión en terapia, el desnudo que le generó un conflicto y el programa de TV que la marcó

Redacción El País
Soñaba con ser actriz y verse en la pantalla desde que tenía uso de razón, pero nunca con ser modelo. Sin embargo, esa terminó siendo la profesión principal de Varina De Cesare. Todo sucedió por azar: a los 10 años, la vieron bailar en un club de su barrio, Malvín, la invitaron a protagonizar una publicidad de granadina y no paró de hacer comerciales.

No reniega del modelaje, porque fue lo que le permitió recorrer el mundo y viajar, una de sus grandes pasiones. Además, fue también el trampolín que la llevó a la televisión, donde se lució en ciclos como Planta Baja (Teledoce), Día Perfecto (Teledoce) y la recordada La columna de la gente (Teledoce), donde hizo dupla con Juanchi Hounie.

Pero su sueño de verse en la pantalla grande también se cumplió: actuó en El Chevrolé, Plata Quemada, El viaje hacia el mar y Joya, y también brilló sobre las tablas. Su debut teatral fue con Monólogos de la vagina, e incluso trabajó bajo la dirección de José María Muscari en El secreto de la vida.

Hoy está alejada de la televisión, pero hace algunos años protagoniza el éxito teatral La obra que sale mal, en el Teatro del Notariado, junto a Leo Pacella, Alejandro Martínez y un gran elenco. La comedia fue vista por más de 30 mil espectadores y obtuvo el Premio Florencio a Mejor Espectáculo y Dirección de Comedia en 2022.

Cumplió años el pasado 25 de setiembre y, para celebrarlo, te contamos cinco curiosidades que quizás no sabías sobre esta actriz, comunicadora y modelo.

Formó parte del recordado Planta Baja, conducido por Fernando Tetes y Guillermo Ameixeira. Y, según dijo a Sábado Show, ese ciclo marcó un antes y un después en su carrera. “Era un programa a la noche, distendido y al que todo el mundo quería ir. No volvió a haber otro como ese. Ahí le hice notas a Alejandro Dolina y José Mujica. Yo venía de hacer otras cosas en la tele, pero ahí me hice mucho más conocida”, comentó.

Luego fue panelista de Día perfecto y le costó superar ese final cuando Canal 12 decidió darlo de baja. El cierre de La columna de la gente también le dejó un gusto amargo, porque sentía que daba para continuar.

Desde entonces, no está en pantalla. En esa misma nota confesó que no le gustan los realitys y opinó que Gran Hermano “debería estar prohibido”. Y fue contundente: “Me parece un experimento muy triste. Es sumamente violento”.

Foto: Gabriel Parra

A los 18 años, pasó un castings y quedó seleccionada para ser la cara mundial de Kodak. En el rodaje debía entrar al agua con el bikini y dejarlo flotando con el fin de promocionar las cámaras sumergibles. “Nunca me había visto un hombre desnudo, entonces tenía un conflicto”, se sinceró en Historias Propias (Canal 5).

Consultó con su padre y él la tranquilizó: “Varina, no vas a aparecer desnuda, no se te va a ver nada, relájate”. Esas palabras fueron clave y decidió aceptar. La filmación se hizo en una isla paradisíaca del Caribe y resultó un trabajo tan hermoso como agotador. Otra anécdota es que la condición sine qua non del contrato era saber nadar, así que tuvo que tomar clases en el Defensor Sporting antes de viajar.

Sorprendió en PH (Canal 4) al recordar una experiencia negativa con una psicóloga. “Me dijo cosas muy feas. Por suerte yo estaba bien, porque otra sale de ahí y se tira abajo de un ómnibus”, expresó. El episodio ocurrió en medio de un susto de salud: “Me habían diagnosticado que podía llegar a tener cáncer de mama. Soy extremadamente positiva, pero todo tomó un revuelo”.

Relató que al faltar a una sesión para priorizar los estudios médicos, la terapeuta se ofendió. “Yo salí diciendo: esta mujer está más loca que una cabra”. Por fortuna estaba sana y con el tiempo, retomó la terapia con otra profesional. Entre risas, reveló que al llegar consultorio le dijo a la profesional: “Ustedes son una raza muy compleja”.

Foto: Gabriel Parra

Nunca soñó con ser modelo: todo sucedió por azar. A los 10 años, mientras bailaba en el club Unión Atlética, alguien la vio y la convocó para un comercial de granadina. “Se me acercó, me dijo que buscaban una chica con mis características y le contesté: ‘Le tengo que preguntar a mi mamá’”, recordó a El País. Desde entonces no paró.

Su gran deseo siempre fue actuar, y lo cumplió en teatro y cine, pero el modelaje le abrió puertas inesperadas. Jamás desfiló con Roberto Giordano porque prefería veranear en Aguas Dulces con su familia. “Nunca quise ser modelo. Nunca me interesó. Pero las cosas llegaron de determinada manera y supe aprovecharlo”, contó en Historias propias.

Todo se dio sin que lo planeara ella ni sus padres. Salía del liceo, hacía castings, quedaba y se convirtió en su trabajo. La profesión fue su pasaporte para conocer el mundo: París, Milán, Barcelona, México. “Estoy súper agradecida porque gracias al modelaje pude ganar dinero y viajar, que era lo que realmente me interesaba”.