Peñarol ganó con 10 jugadores en el Franzini y una genialidad de Leo Fernández premió su tenacidad

La bajada de línea de la hinchada de Peñarol estuvo clara. Ni siquiera había comenzado el partido ante Defensor Sporting y ya imploraban una victoria copera. “Solo una cosa quiero antes de morir… ganar la sexta junto a toda esta gente”, cantaban forzando la garganta mientras los equipos ingresaban a la cancha y el cielo empezaba a quedar cubierto por el humo de las bengalas.

De inmediato llegó el aliento de Defensor Sporting a puro color violeta y la noche del Franzini ya había presenciado su primer duelo de hinchadas.

Después llegó el fútbol y un inicio frenético con ida y vuelta constante hasta la expulsión prematura de Leo Coelho, que reaccionó de forma infantil ante Guillermo de los Santos en un tiro de esquina a favor y dejó a su equipo con 10 para jugar así durante 82’. Desde entonces el plan de Diego Aguirre se trastocó: minutos después debió prescindir de Diego García en el esquema y pasó a una línea de cinco con el ingreso de Javier Méndez.

Sin apabullar al aurinegro, el local tuvo las ocasiones más claras y se topó con buenas reacciones de Martín Campaña: primero para taparle el gol a Patricio Pacífico y luego para ahogarle el grito a Maxi Gómez tras un potente remate al ángulo.

Foto: Estefanía Leal.

El Mirasol probó de media distancia sin inquietar. Pero aportó compromiso y se llevó los aplausos del técnico por un quite en el cierre.

Ya en el inicio del complemento la visita lo intentó a puro vértigo por las bandas, pero Defensor tuvo la primera con un remate de Montoya que volvió a sacar Campaña. Y el posterior despeje de Méndez sobre la línea tras un cabezazo de Gómez.

El error de Coelho obligó a Peñarol a hacer un desgaste mayor al esperado antes de viajar a Bolivia para jugar por Copa Libertadores. Por eso debió sacar a Maxi Silvera a los 67’ y optar por el aire fresco de Alexander Machado. Lo distintivo en su juego pasó por los pies del 10, que con dos remates sin carrera puso a prueba a Kevin Dawson. En un contexto adverso por jugar con inferioridad, Ignacio Sosa se lleva un párrafo aparte por ser el termómetro del Carbonero y aportarle templanza en momentos calientes.

Y, por si fuera poco, comandó un contragolpe letal con un pase filtrado para Machado, quien la sirvió en bandeja para la genialidad de Leo Fernández, que la clavó en el ángulo y, si bien ya no pelea por el Apertura, le dio tres puntos claves a Peñarol para la Anual. Y lo hace llegar de racha a un partido vital en Cochabamba.