TORNEO APERTURA
El equipo carbonero volvió a la victoria después de tres partidos sin triunfos y ahora tendrá un duro desafío por Copa Libertadores.
En el partido frente a Liverpool, Mauricio Larriera arriesgó. Puso un equipo alternativo a pocos días del juego ante Olimpia por Copa Libertadores y a pesar de los vaivenes que tuvo el encuentro del sábado, Peñarol logró su objetivo: ganar.
El entrenador arriesgó porque mandó a la cancha a jugadores que no son habituales titulares y en la previa despertó varias críticas, pero en los hechos, los futbolistas respondieron y estuvieron a la altura de la circunstancia. El mirasol ganó 2-1 en el Estadio Campeón del Siglo y volvió a la victoria luego de tres partidos sin triunfos si se tiene en cuenta el plano local e internacional.
Y si bien resulta difícil creer y mucho más explicar cómo jugadores profesionales en el fútbol uruguayo aún no pueden jugar dos partidos por semana, es válido que el técnico los reserve y además, le de la chance a otros futbolistas del plantel.
Pero por esa vía optó Mauricio Larriera el sábado. Cuidó a los titulares, intentó no utilizar jugadores que vienen algo complicados y los que ingresaron tuvieron su oportunidad para mostrarle al entrenador por qué están jugando en Peñarol.
Esa maniobra le salió bien al técnico carbonero porque los futbolistas respondieron, estuvieron a la altura, superaron a un rival que venía arriba y el equipo sumó los tres puntos de oro para seguir soñando con pelear por el título de campeón del Torneo Apertura.