Habla de Peñarol empleando la primera persona del plural. Y no es casualidad. Guzmán Rodríguez tiene grabada la pasión por el club y, aunque su actualidad está en Red Bull Bragantino, tiene la casa vestida de amarillo y negro. Se llevó todas las camisetas a Bragança junto con la medalla de campeón uruguayo 2024 y lamenta no haber podido intercambiar una con Leo Fernández, su amigo personal.

“El día previo a uno de los festejos por el Campeonato Uruguayo, Leo me mandó un mensaje diciendo: 'Llevate una camiseta tuya a la comida, yo llevo la mía y las intercambiamos'. Yo loco de la vida la llevé, pero por una circunstancia u otra se fue antes y quedó pendiente. Apenas vaya para Uruguay las vamos a cambiar”, dice esperanzado.

Foto: Red Bull Bragantino

Su historia con Peñarol está repleta de revanchas. En 2016 estuvo en las formativas del club, pero el pase desde Bella Vista no llegó y permaneció un año sin poder jugar mientras competía en la Liga Universitaria con sus amigos. Ocho años después cumplió su anhelo de jugar en el Carbonero y alcanzó las semifinales de la Copa Libertadores.

Su deseo de obtenerla sigue intacto desde aquel 2011 cuando asistió como hincha a todos los partidos de local. Le quedó la espina de no ganar la final ante Santos y algún día buscará quitársela. “Creo que sería una de las finales soñadas poder jugar contra el Santos de Neymar y ganar la Libertadores justo contra ellos que fueron los que nos la sacaron en 2011; sería una revancha divina”, le confiesa a Ovación.

El pasado 2 de marzo lo enfrentó por los cuartos de final del Campeonato Paulista y el astro brasileño marcó un gol en el triunfo 2-0 del Peixe. Allí no dejó pasar la oportunidad de dialogar con el 10: “Fue un sueño haber jugado contra Neymar, lo vi toda mi vida jugando en el Barcelona y en las mejores ligas, entonces poder enfrentarlo es un orgullo gigante. Le hice saber en el medio del partido que nos había robado la final del 2011 contra Peñarol. Él sonrió y me dijo que nos había ganado bien”.

Foto: Federação Paulista de Futebol.

Todavía agradece que Diego Aguirre fue “como un padre” durante su paso por Peñarol y revela una anécdota en la antesala de la vuelta ante Botafogo, donde el Mirasol intentaba remontar el 5-0 sufrido en Brasil. “El día previo estábamos haciendo pelota quieta y, cuando terminó la práctica, Diego nos dijo: 'Vamos a practicar penales porque mañana es muy probable que lo ganemos por esa vía', y enseguida todos nosotros nos miramos como diciendo: '¿Qué dice? ¿Está loco?'. A partir de eso empezamos a darnos manija, Maxi Olivera empezó a gritar, luego seguimos todos y dijimos: '¡Qué penales, lo vamos a ganar durante el partido!'. Y eso es lo que Diego transmite: creer aunque parezca imposible, y más viniendo de él, que hizo un gol agónico para ganar la Copa Libertadores en 1987”.

Foto: Estefanía Leal/Archivo El País.

Foto: Ignacio Sánchez.

Juan Rodríguez acaba de hacer su debut en la Primera División de Peñarol como zaguero titular y está en el centro de las miradas por su buen desempeño a pesar de que no fue acompañado por el equipo. Guzmán Rodríguez lo vio y no tarda en llenarlo de elogios: “No llegué a compartir con Juanchi en Boston River, pero de mirar tanto al club el año pasado y de charlar con mis excompañeros sé que está despegado. Si bien aún es joven, es tremendo jugador y le ven cosas parecidas a mí en el tema de ser un zaguero rápido y ágil”, comenta sonriente.

No duda en destacarlo incluso por encima de él, que en su paso por el Manya fue figura, disputó 45 partidos e hizo dos goles. “Viéndolo a él en la selección uruguaya Sub 20 lo noto muchísimo más técnico, no es común ver un zaguero de casi dos metros y zurdo. Está despegado, creo que en Peñarol va a andar muy bien y en un futuro mucho mejor cuando logre dar otro salto”.

Foto: Leonardo Mainé/Archivo El País.

Guzmán Rodríguez está al tanto de todo lo que sucede en Peñarol y tiene muchos amigos en el actual plantel. Sobre el audio de Leo Coelho que se viralizó y el conflicto que generó con Javier Méndez, el zaguero transmitió tranquilidad: “El año pasado fue un gran plus tener varios referentes muy positivos como Maxi Olivera, Gastón Ramírez, Lucas Hernández, Camilo Mayada y Sebita Cristóforo, que nos daban tranquilidad a todos los más jóvenes y aprendimos mucho de ellos. Como dijo Thiago Cardozo, creo que se resuelve charlando puertas adentro. Ellos hicieron un asado que también sirvió para seguir afianzando el vínculo. Sé que Leo Coelho no lo hizo con ninguna mala intención porque sé lo buena persona que es, y también conociendo a Javi Méndez sé que no se lo va a tomar mal, sino como una motivación para seguir creciendo”.

Foto: guzrod04 en Instagram.

Rodríguez fue fichado por Red Bull Bragantino el 3 de enero y lleva nueve partidos en Brasil, donde ya es titular indiscutido. Cuenta que está adaptado al país en su primera experiencia fuera de Uruguay y está más que agradecido con Ignacio Laquintana y Thiago Borbas, los compañeros uruguayos que estuvieron a disposición desde el primer momento.

“Estoy muy contento, lo que vine a buscar en este primer salto es tener continuidad en una de las mejores ligas de Sudamérica”, revela con ahínco.

Hace algunas semanas, se hizo viral por defender una pelota que iba directo a la red con su propia cara: “Como a todo zaguero, esa es una jugada en la que a mí me gusta ayudar a defender el arco. Mis compañeros brasileños quedaron medios sorprendidos porque no están muy acostumbrados a eso. Me decían que estaba loco y que cómo me iba a tirar así para que me pegue en la cara, ja”.

Guzmán piensa por afuera de la caja y, más allá de las cuestiones económicas que rodean a los futbolistas de elite, le adjudica un valor supremo a lo simple. “Lo más lindo que he conseguido hasta ahora es poder dar mi primer salto al exterior y traerme a toda mi familia, que eso no tiene precio. Es hermoso poder seguir compartiendo con ellos el día a día, de esa forma se me hace mucho más llevadero”.

Desde que era pequeño y alguna vez abandonaba antes de tiempo los partidos de ping-pong contra su hermana, se define como “calentón”.
“Siempre lo fui y lo sigo siendo, pero por circunstancias del fútbol no puedo demostrar siempre que me enojo porque eso te juega en contra. No me gusta perder a nada, pero tengo más ganadas que perdidas en el ping-pong contra mi hermana, así que estoy tranquilo, ja”.

Foto: Leonardo Mainè/Archivo El País.

Su vínculo con Leo Fernández va más allá del campo de juego y suelen tener charlas cotidianas. En una de ellas, cuando el 10 acababa de firmar su nuevo contrato con Peñarol, se dio un peculiar intercambio: “Durante mi primera semana en Brasil estábamos hablando como casi siempre y él ya había firmado. En ese momento se decía que iba a haber una presentación a estadio lleno en el Campeón del Siglo, que creo que fue en el partido contra San Lorenzo, y le dije: ‘¡Pah, qué locura lo que estás viviendo, hermano! Y que todo el estadio te reconozca lo que hiciste el año pasado‘. Y él todo vergonzoso me respondió: ‘Sí, está divino, pero bueno ta, hermano, vos me conocés y prefiero que el reconocimiento sea grupal; no me gusta que sea solo para mí porque lo del año pasado lo conseguimos todos‘. Creo que esa charla refleja un poco lo que es Leo, que siempre está buscando el bien para los demás, no solo individual”, narró con admiración y el deseo intacto de algún día retornar vigente al club de sus amores.

"Quiero seguir sumando experiencia en mi carrera para que, el día que pueda volver vigente a Peñarol, lo haga con más sabiduría de la que me fui. Cuando retorne prometo seguir peleando por la Copa Libertadores", concluye con brillo en los ojos.