Redacción El País
El presidente Donald Trump habló por teléfono esta semana pasada con Nicolás Maduro, el dictador venezolano, y discutió una posible reunión entre ellos, dijeron varias personas con conocimiento del asunto, incluso mientras Estados Unidos continúa amenazando con acciones militares contra Venezuela.
La conversación incluyó una discusión sobre una posible reunión entre ambos en Estados Unidos, según las personas con conocimiento del asunto, quienes solicitaron el anonimato por no estar autorizadas a hablar públicamente. No hay planes por el momento para tal reunión, dijo una de las personas.
La llamada telefónica, en la que participó el secretario de Estado, Marco Rubio, se produjo días antes de que entrara en vigor la designación del Departamento de Estado de Maduro como líder de lo que la administración Trump considera una organización terrorista extranjera, el Cártel de los Soles.
Estados Unidos ha establecido una importante presencia militar en el Caribe dirigida contra Venezuela. Funcionarios de la administración estadounidense han declarado que su objetivo es disuadir el narcotráfico, pero también han dejado claro que desean que Maduro sea derrocado, posiblemente por la fuerza.
El New York Times informó en octubre que Maduro había ofrecido a Estados Unidos una participación significativa en los yacimientos petrolíferos del país, junto con otras oportunidades para empresas estadounidenses, en un esfuerzo por reducir las tensiones.
Sin embargo, Maduro buscaba mantenerse en el poder, y los funcionarios estadounidenses interrumpieron esas conversaciones a principios del mes pasado.
Un portavoz de la Casa Blanca se negó a comentar sobre la llamada entre Trump y Maduro. El gobierno venezolano no respondió a una solicitud de comentarios. Dos personas cercanas al gobierno venezolano confirmaron que se había producido una llamada directa entre ambos líderes. Prefirieron no ser identificadas por no estar autorizadas a hablar públicamente.
Queda por ver qué implicaciones tendrá esta llamada en el enfoque de la administración hacia Maduro. Trump tiene un largo historial de doble vía con sus adversarios: conversaciones por un lado y amenazas de fuerza por el otro. La administración Trump ha estado utilizando misiles para bombardear barcos venezolanos que, según funcionarios estadounidenses, traficaban drogas.
Estos ataques forman parte de una postura agresiva más amplia contra Venezuela, donde Maduro se ha mantenido en el poder tras las elecciones de 2024 que Estados Unidos ha calificado de corruptas. Estados Unidos ha enviado un grupo de portaaviones a las aguas cercanas a Venezuela, ha desplegado bombarderos de la Fuerza Aérea sobre la región, ha preparado planes de acción encubierta y ha amenazado regularmente con el uso de la fuerza.
En la noche de Acción de Gracias, Trump, rodeado de líderes militares, anunció que los esfuerzos para frenar al narcotráfico se trasladarían a operaciones terrestres.
“En tierra es más fácil, pero eso comenzará muy pronto”, declaró Trump en Mar-a-Lago, su finca de Florida.
Y ayer viernes, Trump publicó en Truth Social sobre las elecciones del sábado en Honduras, respaldando a Nasry Asfura del Partido Nacional y describiendo a dos de sus rivales como controlados por Maduro. “¿Maduro y sus narcoterroristas tomarán el control de otro país como lo han hecho con Cuba, Nicaragua y Venezuela?”, escribió Trump.
“Quien defiende la democracia y lucha contra Maduro es Tito Asfura, el candidato presidencial del Partido Nacional”.
El gobierno de Estados Unidos ha examinado diversas opciones para Venezuela, incluyendo la confiscación de los yacimientos petrolíferos del país. Rubio, líder de los esfuerzos contra Maduro en el gobierno de Trump, lo ha calificado de presidente ilegítimo.
Pero las conversaciones directas entre Trump y Maduro podrían ser el comienzo de un esfuerzo para crear una salida a un uso creciente de la fuerza, aunque la administración parece decidida a lograr un resultado que requiera que Maduro deje el cargo.
La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, confirmó que el Ejército de Estados Unidos está instalando un nuevo radar en el país, próximo a la costa de Venezuela. El radar se ubica en la isla de Tobago y tiene el objetivo de monitorear actividades dentro y fuera del país, según las declaraciones de Persad-Bissessar publicadas este viernes por los medios locales.
Persad-Bissessar señaló que las tropas estadounidenses siguen en el país y que han estado colaborando en la modernización del aeropuerto y la vigilancia en Tobago, pese a que el miércoles afirmó que los marines ya se habían marchado.
“La instalación nos ayudará a mejorar nuestra vigilancia de los narcotraficantes en nuestras aguas”, dijo la primera ministra, con un discurso similar al utilizado por Washington en esta crisis con Venezuela. The New York Times, EFE
Avianca suspende vuelos a Venezuela
La aerolínea colombiana Avianca anunció ayer viernes la suspensión de la venta y la operación de vuelos desde y hacia Venezuela, luego de que el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) de ese país revocara la concesión de vuelo a seis aerolíneas.
“Siguiendo la decisión del INAC, Avianca informa que suspendió la venta y operación de vuelos desde y hacia Venezuela. Para la aerolínea, la prioridad es y será siempre la seguridad de pasajeros y colaboradores”, señaló la compañía.
El régimen de Nicolás Maduro revocó el miércoles la concesión de vuelo a las aerolíneas Iberia (España), TAP (Portugal), Avianca, Latam Colombia, Turkish Airlines (Turquía) y Gol (Brasil), al acusarlas de “sumarse a las acciones de terrorismo” de Estado promovidas por Estados Unidos y cancelar sus vuelos “unilateralmente” hacia y desde Venezuela, según el Ministerio de Transporte y el INAC. Esto ocurrió luego de que Venezuela diera un plazo de 48 horas, que venció el miércoles, a las compañías para que retomaran sus operaciones. EFE
“Mucha presión” al régimen en Nicaragua
Los esposos y dictadores de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, aliados del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, pueden enfrentar mayor presión por parte de la Administración de Donald Trump, que mantiene un despliegue aéreo y naval en el mar Caribe. “Vendría una etapa de mucha presión y mucho estrés para el régimen” de Nicaragua si Estados Unidos decide intervenir en Venezuela, dijo a EFE el sociólogo Javier Meléndez, un fuerte crítico del régimen sandinista y a quien las autoridades despojaron de su nacionalidad.
Para Nicaragua este eventual escenario “sería particularmente complejo porque, geopolíticamente, ya prácticamente no tiene aliados con quienes montar una campaña colectiva de denuncia”, pues “sólo le quedaría Cuba y la alianza con Rusia y China para montar una narrativa de condena a las operaciones de Estados Unidos”, apuntó Meléndez, especialista en temas de defensa y seguridad y director del organismo de investigación Expediente Abierto.
Nicaragua “dejaría de contar con el apoyo de Venezuela en varios sentidos. Sin acceso a recursos, porque entre los autoritarios siguen ayudándose, y sin posibilidad de seguir explotando los mercados ilícitos que le permite hacerlo con recursos de Venezuela”, comentó.
En opinión del opositor desnacionalizado que reside en Estados Unidos, “vendría una etapa de mucha presión y mucho estrés para el régimen” de Ortega y Murillo, “porque también el exilio redoblaría exponencialmente los esfuerzos para que el régimen entienda que ya las opciones se están acabando para su sobrevivencia”. EFE
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