Atentado contra Ferrero genera diferencias entre gobierno y oposición: matices y reproches en reunión con Orsi

El atentado contra la fiscal subrogante de Corte, Mónica Ferrero, que sorprendió al Uruguay en la madrugada del domingo produjo un golpe duro al sistema político y la Justicia locales. Al día siguiente de este inédito ataque, el presidente Yamandú Orsi convocó dos reuniones de cierta urgencia en la Torre Ejecutiva, con las que se buscó mostrar un abroquelamiento del gobierno y los partidos en defensa de la máxima autoridad de Fiscalía, y para mostrar una señal de dureza en el combate al narcotráfico.

En ambas se repitieron dos figuras clave: Orsi y el ministro del Carlos Negro. Pero su contenido y sus formas variaron bastante.

A la primera asistió la protagonista. Ferrero ingresó a la sede de Presidencia por la puerta de atrás, y no se permitió a la prensa tomar imágenes de un encuentro en el que también participaron la ministra de Defensa Nacional, Sandra Lazo, el secretario Alejandro Sánchez y el prosecretario Jorge Díaz. Esa reunión, que en resumidas cuentas abordó los entretelones del caso que está en plena fase de investigación, fue calificada “de coordinación” por uno de sus participantes de El País. Y fue seguida por una conferencia del presidente Orsi, en la que el mandatario transmitió un específico pedido a la oposición: que se profundizara en el tratamiento parlamentario del proyecto que envió este año el Ejecutivo y que introduce varias modificaciones a la vigente ley de lavado de activos. Él, a su vez, se comprometió a “estrechar las formas de protección” de los objetivos del narcotráfico “y mejorar las condiciones de trabajo de la Fiscalía” y la Policía.

Foto: Estefanía Leal.

Minutos antes de las 17:00, casi que coordinados, arribaron a la casa de gobierno los actores de la segunda reunión: los representantes de los partidos políticos con representación parlamentaria, salvo Identidad Soberana —pues el diputado Gustavo Salle dijo que no fue notificado debidamente sobre el encuentro.

Esta cumbre duró alrededor de una hora y media, y participaron el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, y su vicepresidenta Verónica Piñeiro; el presidente del directorio del Partido Nacional, Álvaro Delgado; el secretario general del Partido Colorado, Andrés Ojeda; Pablo Mieres por el Partido Independiente; y Guido Manini Ríos por Cabildo Abierto.

El diálogo que allí se mantuvo, en el piso 11 de la Torre Ejecutiva, más allá de mantener un clima de cordialidad, dejó de manifiesto diferencias políticas sobre varios temas, según pudo reconstruir El País.

Uno de ellos tuvo que ver con el anuncio de Orsi sobre la priorización del proyecto sobre el lavado, y que, presentado como una solución a la escalada de violencia narco, no fue compartido por los partidos de la oposición. Esto mereció un ida y vuelta por momentos tenso, sobre todo entre Pereira y Ojeda, ya que el primero sostuvo que esa era la manera de detener a “los narcos verdaderos y pesados” en ámbitos sociales hoy de difícil alcance, y el colorado, en respuesta —compartida por el Partido Nacional y el Independiente, cuyos representantes también lo manifestaron— dijo que esa iniciativa no atacaba “el centro de la cuestión”, y que lo esencial pasaba por “la gestión de la política de gobierno”.

Foto: Ignacio Sánchez/El País

También hubo un intercambio con reproches por parte de la oposición al abordar la manera como Negro había llamado públicamente al cargo de Ferrero: “La fiscal de Estupefacientes”. Es un cargo que sigue ostentando, es cierto, pero para la oposición no se puede soslayar que los atacantes tuvieron siempre presente que su objetivo era la fiscal adjunta de Corte. “Ellos saben muy bien que una cosa es atacar a una fiscal general y otra a una fiscal de drogas”, le espetó Mieres a Negro, señalaron participantes de la reunión.

El respaldo institucional a Ferrero fue unánime en el sistema político, aunque fue en la oposición donde hubo muestras más enfáticas de apoyo, ya que para la mayoría de sus sectores políticos Ferrero es quien debe seguir conduciendo el Ministerio Público, y no acordarse en el Parlamento la designación de un titular, como quiere hacer —y negocia desde hace meses para lograr esto— el gobierno.

Orsi y Negro también adelantaron a los presentes que Ferrero, y otros actores institucionales que pueden ser objetivos de los narcos, ya tuvieron refuerzos en su seguridad. Concretamente sobre la fiscal de Corte, se adelantó que aumentó la cantidad de policías que la custodian, que se integraron más funcionarios de la Guardia Republicana para escoltarla, y que se incorporaron cámaras de videovigilancia en los alrededores de su casa en el barrio Brazo Oriental.

También se acordó la creación de una nueva fiscalía de Estupefacientes —actualmente hay cuatro—, iniciativa que fue presentada por Negro y compartida por todos los referentes partidarios.

Foto: Ministerio del Interior

Tras la reunión, el secretario general del Partido Colorado dio “casi por seguro que el gobierno va a reformular el Presupuesto” —hoy a estudio en la Cámara de Representantes, que luego irá al Senado— para “agregar mínimamente” esa nueva fiscalía “dentro del magrísimo presupuesto que le dio a la Fiscalía”.

Por el Frente Amplio, Pereira hizo referente ante los medios que había “muchas posiciones sobre cuál es la mejor manera de combatir” la delincuencia organizada y en la coalición de izquierda estaba el convencimiento de que una de ellas es “siguiendo la ruta del dinero”. “Tenemos limitaciones presupuestales producto de un déficit mayor al que esperábamos. Cuando uno quiere redistribuir, tiene que sacarle a otro. Pero se verá cuáles son las mejores herramientas pero no en esta reunión sino en el Parlamento”, afirmó.