Redacción El País
Por 2022 el nombre Sebastián Marset comenzó a resonar tanto en el ámbito policial como político, ya que el gobierno uruguayo dio aval para la entrega de un pasaporte con el que consiguió salir de Dubái, donde había estado detenido tras intentar ingresar con documentación paraguaya falsa. Mientras que la Justicia intenta reconstruir el detrás de la entrega de esta documentación a uno de los narcotraficantes uruguayos más buscados de la región, la exvicecanciller Carolina Ache presentó pruebas que hicieron que volviera a explotar esta tormenta política y que derivaron en la renuncia del canciller Francisco Bustillo.

La exvicecanciller Carolina Ache aportó nuevas pistas al caso cuando declaró este miércoles ante el fiscal de Delitos Económicos Alejandro Machado que el asesor presidencial Roberto Lafluf le pidió a ella y al subsecretario del Interior, Guillermo Maciel, borrar una conversación de Whatsapp entre ellos dos en la que hablaban, en 2021, de la peligrosidad del narcotraficante.

Pero las pruebas de Ache no quedaron solo ahí, porque la exvicecanciller había grabado conversaciones telefónicas que mantuvo con Francisco Bustillo, en las que él le pidió que se abstuviera de entregar tal conversación con Maciel a la Justicia.

En detalle, Bustillo le pidió a Ache que “aguante” ya que él intentaría “enderezar esto porque es un desastre”. “Dejame que hable con Carlos Mata (director de Asuntos Jurídicos) a ver si tiene algún tipo de influencia sobre la tipa; que por lo menos no guaranguee con las preguntas. Me dijiste que te mandó dos mails... Que mande un tercero y que no sea tan incisivo... Que nos dé una salida para evitar dar los WhatsApp”, fueron las palabras del canciller que renunció este miércoles tras la difusión pública de esta conversación.

Ache aseguró no haber tenido participación en el trámite del pasaporte. "No tuve ninguna participación ni ninguna injerencia en el trámite del pasaporte de Sebastián Marset. No estaba dentro de mis competencias y nunca actué por fuera de mis competencias. Yo no apuré nada ni para el doctor Alejandro Balbi ni para el señor Marset. Lo que sí hice fue avisar a la Dirección de Asuntos Consulares de la Cancillería que es la que se encarga del trámite, que se trataba de alguien peligroso, cuando el subsecretario (Guillermo) Maciel me lo comunica a mí. Esa dirección depende de (Francisco) Bustillo, y yo lo que me doy cuenta después es que todos ya sabían de quién se trataba, mucho antes que yo", agregó.

La exvicanciller renunció a su cargo luego de que se conociera la existencia de tal conversación con Maciel y estaba siendo duramente cuestionada por haber omitido esta información en agosto de 2022 cuando acompañó a Bustillo a la interpelación en el parlamento. Entonces, el ahora exministro de Relaciones Exteriores aseguró que las autoridades no estaban al tanto de quién era Sebastián Marset.

Marset es un narcotraficante requerido tanto por la Justicia paraguaya, boliviana y uruguaya, como por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (conocida por las siglas DEA) y la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol).

Es quien estaría detrás de hechos delictivos bajo el título de Primer Cartel Uruguayo (PCU), nombre que él mismo le habría puesto a su organización, pero que, según las autoridades bolivianas y uruguayas, no existe como tal. En 2020 hubo un atentado con una bomba molotov a la sede de la Brigada Antidrogas ubicada en el Prado de Montevideo, aunque no hubo heridos, y también la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero recibió mensajes amenazantes. La firma del cartel se hizo habitual en algunos ladrillos de cocaína incautados ese año.

El peligroso narco se dedica, especialmente, al tráfico de cocaína a través de la Hidrovía Paraná-Paraguay, cuyo destino final es el hemisferio norte. Tras dos grandes incautaciones de drogas en territorio nacional, una en diciembre de 2022 y otra en junio de este año, la Fiscalía investigó la vinculación que tenía Marset con estos cargamentos. A fin del año pasado se incautaron 265 kilos de cocaína dentro de tablones de madera en un depósito de Cerro Norte y este año se incautaron 443 kilos de esta misma sustancia en el departamento de Salto.

Hasta donde se sabe, Marset comenzó a actuar con 21 años cuando se contactó con el narcotraficante Juan Domingo Viveros Cartes, alias “Papacho” -tío del expresidente paraguayo, Horacio Cartes-, con quien coordinó la recepción, en Uruguay, de un cargamento con 450 kilos de marihuana que llegó en una avioneta piloteada por Cartes en julio de 2012. Entonces cayó preso y fue trasladado al Penal de Libertad, en San José, donde hizo más contactos con otros delincuentes, algunos de ellos extranjeros. Salió de la cárcel en 2018.

En 2021 fue detenido por la Policía de Emiratos Árabes, donde se determinó que portaba un pasaporte paraguayo apócrifo. Entonces la Justicia de Emiratos Árabes lo acusó de haber participado en la “conspiración” y en “la ayuda” de otros desconocidos en la falsificación de un documento oficial de Paraguay para viajar, pese a que la defensa de Marset alegó que el acusado no tenía conocimiento de que el pasaporte era falso. Posteriormente, un tribunal de Apelación lo absolvió y le permitió salir del país.

El cuñado de Marset, Sebastián Alberti Rossi, de 28 años y pareja de la hermana del narcotraficante, se entregó hace una semana a las autoridades uruguayas, tras haberse fugado de la cárcel de San José en 2021, donde cumplía una condena por homicidio. Tras un acuerdo abreviado por el delito de "autoevasión" se dispuso una pena de prisión efectiva de ocho meses a cumplir en el Penal de Libertad.

Alberti Rossi integra el "clan familiar" de Marset, que es como llama la Policía uruguaya a su organización criminal. Hay otros tres parientes de Marset sobre los que pesa una notificación roja de Interpol para capturarlos: Gianina García Troche (su pareja), Diego Nicolás Marset Alba (su hermano) y Mauro García Troche (su cuñado).

El pasado 29 de julio la Policía de Bolivia desplegó un megaoperativo con el objetivo de capturar a Marset, quien estaba viviendo en Santa Cruz de la Sierra. Ese sábado hubo unos 2.200 policías bolivianos trabajando en el procedimiento policial que tenía como finalidad allanar la lujosa mansión en donde el narcotraficante residía junto a su esposa y sus tres hijos pequeños. Sin embargo, Marset logró huir antes de ser capturado.

Las autoridades de Bolivia explicaron que tenían información de que el delincuente iba a jugar un partido de fútbol en Los Leones El Torno, un equipo de la Liga de Santa Cruz en el que Marset no solo jugaba, sino que también administraba. Pero, durante la operación, los escoltas del narco que estaban fuertemente armados secuestraron a un policía y mientras los efectivos intentaba rescatarlo, Marset escapó con su familia.

Según informaron las autoridades bolivianas y paraguayas, hoy no hay ninguna información certera sobre dónde puede estar Marset. Desde la Policía Nacional apuntan que el narcotraficante podría buscar permanecer en la región para continuar operando su organización criminal.

Lo cierto es que Marset tiene poder real para lograr escaparse a una isla remota en cualquier lugar del mundo, pero el hecho de tener hijos pequeños, según opinó una fuente de la Policía, hace que prefiera instalarse en sitios con servicios básicos asegurados. El director de Investigaciones de la Policía Nacional, Juan Rodríguez, aseguró que trabajan sobre la posibilidad de que Marset pueda volver al territorio uruguayo.