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Lo que hay que tener en cuenta a la hora de elegir lentes de sol: con filtro y grandes

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lentes de sol

SALUD OCULAR

Lo fundamental es que tengan filtro 100% UVB y UVA y que sean grandes y envolventes; el color no incide, solo interesa para la comodidad del usuario.

No solo la piel debe cuidarse de los rayos ultravioletas UVA y UVB, también la vista. Es decir que así como apelamos al uso de protectores o bloqueadores al exponernos al sol, también debemos tomar precauciones para los ojos y no solo en el verano; debemos hacerlo durante todo el año.

“¿Por qué? Porque el sol puede producir cáncer u otros crecimientos anormales benignos en la superficie del ojo, como el pterigion (crecimiento anormal de tejido de la conjuntiva sobre la córnea), por ejemplo. Se puede alterar el cristalino y exacerbar la formación de una patología que se llama cataratas o podemos tener daños agudos, como quemaduras en la córnea. Por último, también se puede afectar la retina y tener un daño agudo o un daño más crónico como la degeneración macular”, explicó a El País la oftalmóloga Paola Pacheco.

El daño que producen los rayos ultravioletas puede ser agudo o acumulativo, por eso es importante proteger a los niños desde edades tempranas, desde los 2 o 3 años, cuando comienzan a jugar a la intemperie.

La forma de hacerlo no es solo con lentes con filtros ultravioletas 100%, sino también con sombreros.

“Está comprobado que un sombrero de ala ancha o con visera protege 70% de los rayos que entran en los ojos”, indicó la especialista.

También es importante saber que los días nublados nos dan una sensación de falsa seguridad. “Pensamos que estamos protegidos y, en realidad, no lo estamos de la luz ultravioleta. Hay que ponerse los lentes porque estos rayos atraviesan la bruma y las nubes”, advirtió.

Qué pedir al elegir lentes de sol.

A la hora de elegir un lente de sol son tres los puntos claves a tener en cuenta: el filtro, el tamaño y el color.

Por lo general uno se fija mucho en la estética del armazón, cuando lo que realmente importa es pedirle al vendedor que el lente tenga filtros ultravioletas de 100%, tanto para los rayos UVA como para los UVB. Eso tiene que venir marcado en una etiqueta.

Similar a ese filtro es lo que se llama un filtro de absorción de 400 nanómetros, que es la longitud de onda de esos rayos ultravioletas que daña.

“Una cosa que es importante saber es que el precio del lente está más asociado al diseñador o a la marca, pero no a la protección. Con lo cual con un lente barato se puede tener una protección ocular de 100%”, aclaró Pacheco.

En cuanto al tamaño, tenemos que procurar que los lentes sean preferentemente grandes y envolventes, para que los rayos UVA y UVB no lleguen a los ojos por los costados ya que podrían producir daño ocular si ingresan en forma lateral.

“Un mito que hay es que si me compro una gafa más oscura me va a proporcionar una mayor protección. Eso no es cierto. La protección la brindan los filtros y esos filtros tienen que estar en la etiqueta del lente”, apuntó la oftalmóloga.

Finalmente está el tema color que, en general, elegimos por estética. Existen tonalidades grises, ámbar, rosa o marrones. “Lo que dice la Academia Americana de Oftalmología es que en la elección del lente el color importa poco, pero sí puede ocasionar algún beneficio en lo que se llama la sensibilidad de los contrastes, que hace que una persona pueda ver mejor o esté más confortable”, señaló Pacheco.

Lo ideal es probar todos los colores antes de comprar y hacerlo en un día soleado.

Lentes de sol. Foto: Pixabay.
Lentes de sol. Foto: Pixabay.

Lo que el lente no protege.

Los lentes con protección 100% no nos protegen de todo. Por ejemplo, no se puede mirar directamente el sol u observar un eclipse porque eso puede provocar un daño muy grave en los receptores de la retina, lo cual es irreversible.

Tampoco previene daños si usamos aparatos de bronceado artificial. “El uso de camas solares no se recomienda ni a nivel dermatológico ni oftalmológico, pero si las vamos a usar, el lente tiene que ser completamente envolvente y no un lente de sol convencional”, señaló Pacheco a El País.

Los lentes de sol no protegen cuando se hacen trabajos de soldadura. Si se realizan sin la debida protección provocan fotoqueratitis, un daño agudo en la córnea que es muy doloroso y que aparece horas después de la exposición. “Al paciente se le quema literalmente la córnea que, si bien es un daño reversible, duele mucho y la persona no ve por unas 24 horas hasta que cicatriza”, dijo.

En cuanto a los lentes de contacto, como en general no tienen filtros ultravioleta, deben usarse con lentes de sol con protección por delante.

No es aconsejable nadar con los lentes de contacto puestos porque están expuestos a toxicidad por el cloro de las piscinas y también a infecciones por parásitos que después son muy difíciles de diagnosticar y hasta de erradicar”, apuntó la oftalmóloga.

Otros lentes a tener presente son los polarizados, que se recomiendan para quienes hacen actividades en el agua o en carreteras porque protegen del resplandor de estas superficies. Si se van a usar hay que asegurarse que vengan con filtro.

Incluso los deportistas deberían procurar el uso de lentes hechos con policarbonato, un plástico especialmente resistente para este tipo de actividades.

Prueba casera para saber la calidad del lente

Tenemos que poner el lente a una altura que nos quede cómodo, alejarlo un poco, taparnos un ojo y mirar a través de uno de los cristales. Debemos mirar una estructura rectangular, como un piso de baldosas, y mover el lente de un lado hacia el otro y de arriba hacia abajo. Si las líneas de la baldosa se mantienen rectas, el lente está bien. Si la línea se ondula o se mueve, hay que descartarlo.

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