Casi treinta investigadores firmaron un comunicado alertando sobre la gravedad de "los recientes episodios de alta mortandad de abejas melíferas registrados en distintas zonas del país", un aspecto crítico considerando que "las abejas son utilizadas globalmente como monitores ambientales".
En Uruguay hay unas 560.000 colmenas de abejas melíferas, que son atendidas por unos 2.200 apicultores, según detalla el texto difundido por el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable. Los investigadores advierten que "el número de apicultores ha venido disminuyendo en los últimos años, lo que refleja una tendencia preocupante que afecta directamente a la estructura económica y social del sector".
A pesar de la importancia de la apicultura —en la medida en que el 95% de la miel producida en Uruguay se exporta—, los expertos aseguran que se trata de "un rubro especialmente vulnerable".
"La genética, la sanidad y las buenas prácticas apícolas son responsabilidad del productor apícola, pero la nutrición de las abejas, la calidad del entorno y su exposición a agroquímicos dependen casi exclusivamente de las condiciones del ambiente donde se ubican las colmenas", teniendo en cuenta que las abejas "recorren cientos de kilómetros cuadrados en busca de alimento".
Señalan que se han reportado "pérdidas anuales de colonias cercanas al 30%", asociados principalmente a "estrés nutricional y la exposición a pesticidas". "Quienes suscribimos esta nota vemos con preocupación que nuestro país está perdiendo parte de su riqueza natural y vulnerando el derecho de sus ciudadanos a vivir en ambientes sanos y seguros", subrayan los investigadores y sostienen que estos eventos no deben interpretarse como "hechos aislados ni como un problema exclusivo del sector apícola".
El grupo exhorta al sistema político "a tomar esta situación con la seriedad y urgencia que merece" y dice que la comunidad científica está dispuesta a "trabajar de forma colaborativa, horizontal, genuina, en un diálogo de respeto y responsabilidad con todos los sectores productivos y gobierno, para generar insumos que permitan mejorar las prácticas agropecuarias y fortalecer la sostenibilidad del país".
"Creemos firmemente que es posible continuar siendo un país agroexportador mientras se protege la salud de los ecosistemas y de la población, pero para ello es necesario actuar con decisión, responsabilidad y visión de futuro", concluye el texto.