Redacción El País
Tres meses después de su estreno y atendiendo la demanda de un público que no llegó a verla por lo rápido que se agotaron las entradas, a razón de 150 por día, la Comedia Nacional confirmó ayer algo que había manejado públicamente tiempo atrás: el regreso de Frankestein.

La puesta de Andrea Arobba, uno de los principales desafíos de 2023 del elenco municipal, regresará este mes a la cartelera, en su locación original. Se la volverá a ver en la sala de la Facultad de Medicina, desde el jueves 9 y hasta el 1 de diciembre. Las funciones serán de martes a viernes a las 21.00 y las entradas ya están a la venta en Tickantel y en boletería de Sala Verdi, a 500 pesos. Hay 2x1 para socios de Club El País; cupos limitados.

En total, y contando las dos primeras (del 9 y 10) a las que se ingresará solo por invitación, la reposición de Frankestein programó 14 noches.

La obra ha sido uno de los puntos altos de la temporada Nuevos clásicos de la Comedia Nacional, sobre todo por la innovación que implica.

La novela clásica de Mary Shelley, Frankenstein o el moderno Prometeo, es llevada a la escena de la mano de la bailarina y coreógrafa Andrea Arobba, que con su impronta se hace cargo de un entramado singular. Arobba firma la versión junto con Pablo Casacuberta, su socio creativo en el centro GEN, y con la escritora Gabriela Escobar, con quienes hace dialogar la historia, la ficción y algunas inquietudes de este presente, la inteligencia artificial sobre todo. Es una combinación de disciplinas con fuerte énfasis en lo lumínico y lo sonoro, aspectos que completan toda una experiencia.

A decir de la propia Arobba, este Frankestein suyo —que opera como un Frankestein en sí mismo, por todo lo que articula en su dispositivo— pretende estar “entre las fronteras del teatro y la danza contemporánea, explora esa tensión y reivindica el ámbito que nunca dejará de ser el centro de la experiencia y la interacción humana: el cuerpo y la vivencia sensorial de estar vivos, compartiendo tiempo y espacio”.