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Márquez & Díaz, o Graciela Bianchi y Arbeleche: con las protagonistas del carnaval

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Jimena Márquez y Emilia Díaz. Foto: Estefanía Leal
ESTEFANIA_LEAL

ENTREVISTA

Jimena Márquez y Emilia Díaz se lucen en Queso Magro y Doña Bastarda. Antes de actuar en la segunda rueda, hablan de sus personajes, Varones Carnaval y lo político

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Hay, se dice, dos carnavales: el del concurso, el que pasa con su brillo por el Teatro de Verano y se ve por televisión; y el que se vive en los tablados, donde la experiencia, para los carnavaleros y para el público, es otra cosa.

Pero hay, ahora, tres carnavales: el del concurso, el de los tablados y el que transcurre en las redes sociales, donde un par de minutos de video o dos líneas de texto construyen la polémica de la semana. Amores, insultos, odios y debates forman un tejido inmediato que se expande en paralelo a lo que ocurre en los escenarios.

Hay, entonces, tres carnavales. Y en todos ellos, dos artistas acaparan la atención, cosechan risas y son figuras sobresalientes: Emilia Díaz y Jimena Márquez, o bien la ministra Achurena (por Azucena Arbeleche) y Graciela Bianchi. La primera integra la murga Doña Bastarda, la segunda sale en Queso Magro y ambas llegarán hoy al Teatro de Verano.

Emilia Díaz volvió a salir en murga después de 20 años, porque quería que sus hijos vivieran la fiesta “desde adentro” y porque entendía que este era un momento político para estar ahí, de pie sobre un escenario. Se luce en Doña Bastarda, donde protagoniza dos momentos claves del espectáculo Fiesta clandestina: una recreación hilarante de la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, y la canción “Fiesta igualitaria” que interpreta junto a Camila Sosa y que sirve de proclama para un carnaval paritario.

Jimena Márquez, letrista en Queso Magro hace cuatro años, se encontró pasando al frente por un cuplé que había escrito —el de Graciela Bianchi— y que no le había dado a ninguno de los conjuntos con los que trabaja (también escribe para la comparsa Valores, por ejemplo). Todo ocurrió en este año en que Cyranos, los humoristas a los que defiende, decidió tomarse un receso del concurso, una pausa.

La dramaturga llevaba varios años sin actuar en murga y la familia también pesó en su decisión: en los “Lácteos” sale Luz Viera, su pareja, que además está embarazada y que al momento de esta entrevista, acondicionaba las cajas de cartón que usan en Acartonados.

Además de la vuelta al carnaval, Díaz y Márquez comparten varias cosas. Ambas son actrices, mujeres de teatro con pasajes por televisión (la primera en profundidad, la segunda de manera esporádica). Evitan leer los comentarios en las redes sociales porque las opiniones ajenas les dan dolor de panza. Son centro de elogios y miradas por encarnar a dos mujeres políticas de la coalición. Y hoy vuelven al Teatro de Verano, para actuar en la segunda rueda: Queso Magro va a las 23.05 y Doña Bastarda cierra pasada la medianoche. Antes estarán C1080 y Madame Gótica.

Jimena Márquez de Queso Magro en el Desfile de Carnaval 2022. Foto: Marcelo Bonjour
Jimena Márquez de Queso Magro en el Desfile de Carnaval 2022. Foto: Marcelo Bonjour

Tienen, además, una química instantánea que en este encuentro, apenas deja tiempo para un respiro entre las carcajadas y los abrazos.

Lo que sigue es parte resumida de una larga conversación con, o más bien entre, dos mujeres, dos artistas de este carnaval.

—Emilia, ¿cómo llegaste a Doña Bastarda?

Emilia Díaz:

Pinocho (Routin) puso en Instagram que iba a un ensayo, le pregunté si había un lugar y a la semana ya nos estábamos reuniendo con los Abellá. Me mostraron el texto y me encantó.

Jimena Márquez: ¿Y el personaje de Arbeleche lo metiste vos?

Díaz: Estaba casi todo el espectáculo escrito, entonces había que ver qué hacía yo, que ya estaba feliz de estar ahí en el coro. Pero surgió lo de la conferencia, estábamos en el living de la casa de Imanol (Sibes, director artístico), y ahí me paré, “viste que la ministra de Economía es como nerviosa, ¿no?”, empecé a improvisar y se cagaron de risa.

—¿Y en el caso de la canción “Fiesta igualitaria”, que demanda un carnaval renovado? Porque ese texto lo hiciste vos.

Díaz:

Lo primero que pregunté cuando me mostraron el guion, fue si iban a tocar el tema de Varones Carnaval, y me dijeron que tenían ganas pero que no sabían cómo. Después vi que eso se tiraba para adelante y un día le dije a Camila (Sosa) que todo se cocía esa noche. Ahí empezamos a tirar músicas y una noche me colgué; esa canción que dura dos minutos, ¡a mí me llevó siete horas! Y cuando la presentamos, la canté y quedaron los tres conmovidos, emocionados, pensando. Sobre todo Pinocho. Y dijeron: “Va”. Pero no se dan naturalmente las cosas, tiene que haber una voluntad para que exista y una voluntad creativa. En este caso, ellos dijeron: “No estamos nosotros maduros para poder crear sobre este tema, todavía”.

Márquez: Es que es muy difícil. El otro día escuchaba a un conjunto integrado 100 por ciento por hombres, cantando una canción sobre el tópico Varones Carnaval. Y está bien, están en su derecho. Pero no hiciste un movimiento, no abriste un espacio… Cantá otra cosa. Me pareció raro, entonces entiendo que les costara encontrar un punto para escribir de eso.

Díaz: Pero decime si no te reirías con un cuplé del macho en vías de deconstrucción.

Márquez: Pero no se animan. A mí me llama la atención que hay temor sobre el tema y nos preguntan solo a las mujeres. En las notas, siempre nos preguntan a las mujeres por Varones Carnaval, y a ningún varón le preguntan nada. Y podés no tocar el tema pero accionar el discurso. Queso Magro no habla de eso, pero es un conjunto con tremenda participación de mujeres, superrespetuoso. Una murga entera de hombres que canta eso, se queda en el discurso. No es acción.

—No querías que el cuplé de Bianchi terminara interpretado por un hombre. ¿Que lo hicieras vos fue un paso natural?

Márquez:

Yo estaba haciendo la puesta de Diablos Verdes, no estaba para salir, pero me costó 10 minutos aceptar. Carnaval para mí es un juego de brocha gorda, en el buen sentido. No es que la estudié a Graciela: me quedo con una primera impresión y juego a eso. Una peluca, una voz apretadita, un cuerpo parecido a ella y unos movimientos que yo invento, y después tenés que creer. Es el juego del teatro. Emilia es idéntica a Arbeleche; yo no hago más que jugar.

"Carnaval para mí es un juego de brocha gorda, en el buen sentido (...) Yo no hago más que jugar"

Jimena Márquez

—Emilia, vos partiste de esa improvisación, pero después, es claro que hubo estudio.

Díaz:

Yo soy una obsesiva mal. Vi muchas conferencias, en distintos idiomas, y llego a admirarla. Me parece una brillante mujer.

Márquez: ¿En serio, Emilia?

Díaz: Me parece una persona brillante. Más allá de la ideología que sustenta su accionar técnico y que no la comparto, es brillante. Y además tengo algunos datos personales de ella, de que es buena compañera de trabajo, una madraza, cosas que me generan empatía.

Márquez: A mí no me pasó nada de eso, evidentemente. Miraba a Bianchi en los ZIN TV y sus momentos border, porque yo iba a ir al ridículo.

—Igualmente su reacción ante tu cuplé ha sido medida.

Márquez:

Yo tenía miedo del disparate que pudiera decir.

Díaz: (Interrumpe) Pará, ¿y te la imaginás en la platea viéndote?

Márquez: No, ni yo quiero ni ella quiere.

Díaz: Ah, a mí me encantaría.

Márquez: Bianchi reaccionó primero por Twitter, dijo que más la sorprendería que la halagaran. Hoy en un programa me pusieron un audio de ella y fue un poquito más dura. Dijo que le gustaba Les Luthiers, el humor inteligente y estaba enojada con el chiste que aludía a las drogas y el presidente. Estaba esperando que Fiscalía actuara.

"Azucena Arbeleche me parece una persona brillante"

Emilia Díaz

—Interpretar o caricaturizar a una mujer en un cargo de poder, ¿le agregó algún peso extra a su proceso artístico?

Márquez:

Yo no lo pensé así en ningún momento.

Díaz: A mí comentarios me han llegado, del tipo: “Mirá la feminista”, “¿Qué tipo de feminista caricaturiza así a una mujer?”.

Márquez: ¿Y qué querés, que hagamos de hombre? No pasa por un tema de género sino porque somos mujeres y son los personajes que hay para hacer. Y está buenísimo que seamos mujeres haciendo de mujeres. Viste que este año no se ve, en murga, hombres que hagan de mujeres.

—Hay algo muy breve en Curtidores de Hongos.

Márquez:

Pero antes era lo usual, y ahora pasa esto. Pero yo pienso en la figura pública, no en la mujer, y no tengo mucho respeto yo por esa figura.

Díaz: Yo sí lo tengo en cuenta. Primero que le tengo respeto a cualquier persona que esté comandando una gestión pública de la cual yo soy ciudadana. Es un lugar de poder y algún respeto hay que tener. Después, mientras va desarrollando su gestión, uno puede perderle el respeto sobre todo si te faltan el respeto como ciudadano, si te pasan por arriba. Pero el lugar de Azucena es mucho más discreto que el de Bianchi, ella es una persona más discreta.

Márquez: Yo siento que ninguno de los dos segmentos de nosotras le faltan el respeto a la persona. Son ridiculizaciones. Lo de Graciela Bianchi es un disparate atrás de otro, pero en ningún momento es un ataque ni siquiera político. De hecho Queso Magro tiene un un momento que es “Carta del presidente”, que responde a un cuplé que hizo la Bastarda en otro carnaval, que es mucho más fuerte. Y nadie dijo nada de eso. Ven el personaje ahí y ya es “polémico”.

Emilia Díaz y Jimena Márquez. Foto: Estefanía Leal
Emilia Díaz y Jimena Márquez. Foto: Estefanía Leal

Díaz: Yo la hice decir a Achurena cosas que quería que dijera, que durante todo 2020 no escuché en sus conferencias y que para mí hubiera sido de una hidalguía superior que el gobierno de turno hubiera dicho. Agradecer 15 años de un gobierno progresista que te permitió tener acceso a la salud, Fonasa, un sistema inmunológico más o menos levantadito para que no caigan tres millones de personas en un ataúd en dos semanas. Porque somos un pueblo, ¿no? Y yo le hago decir esas cosas.

Márquez: Hay imitaciones de Lacalle Pou más fuertes que lo que hacemos nosotras dos, que tiende más al humor. Sin embargo pusieron en el ojo de la tormenta esto, la mujer que imita a la mujer…

Díaz: ¿Sabés lo que quieren? Crear un relato. “La mujer que imita a la mujer no es feminista”, “El carnaval está politizado y partidizado”, y eso tiene ‘me gustas’, bots, haters, y todos nos estamos creyendo esto. Vamos a empezar a desarmar esta visión, porque ni la mujer que imita a una mujer es antifeminista, ni el carnaval está politizado. El carnaval es una expresión popular, y si el pueblo está politizado como el uruguayo, que es político para tomarse un cortado… Pero el que dice que durante 15 años el carnaval no criticó a la izquierda, no fue nunca a un tablado.

futuro

Imaginar otro carnaval

—¿Con qué carnaval sueñan hoy?

Emilia Díaz:

¿Sabés lo que me pasó? Fui al Museo (del Carnaval) y me pregunté por qué no estaba La Gran Siete, y claro, porque llevan solo del carnaval oficial. Entonces sueño con un carnaval donde puedas cruzar escenarios con murgas que no concursan.

Jimena Márquez: ¿Soñás con que no haya concurso?

Díaz: No, si quiere haber concurso que haya, pero que ganemos todes. Que sea más igualitario en ese sentido y que la gente pague una entrada y vea espectáculos de Carnavalé, de MásCarnaval, que no haya un "corralito mutual" de escenarios comerciales. Y ahí ya quiero a todo el mundo: a la comparsa del barrio, al solista de no sé qué, quiero ver sainetes rioplatenses, tocarlos con dramaturgia... Quiero comedia del arte, que la gente pueda verse ahí y que entienda que esta desigualdad tiene siglos. Que no es algo de ahora.

Márquez: Pensaba en una escena de Valores, la comparsa para la que escribo, que en un momento se pregunta por el carnaval 2032, e imagina más mujeres, mucha más diversidad, pero siempre pensándolo dentro del carnaval oficial. Yo de repente para el carnaval oficial, que siempre estuve adentro y estaré y me encanta, porque me encanta estar adentro y torcerlo, o intentarlo, me gustaría flexibilizar el acceso. Me da mucha lástima que tantos grupos quieran entrar y que sea tan difícil. Yo lo viví con Cero Bola, murga de mujeres con la que hicimos un carnaval y perdimos dos pruebas, y es duro. Flexibilizaría las vías de acceso al carnaval oficial. Porque no sé si el concurso es tan nocivo: todo lo que hay alrededor me parece que sí, y correría el foco de eso.

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