La Santa, la banda uruguaya que logró el éxito, sufrió una estafa, presenta disco y canta con sus ídolos

Gabriel Goyén, vocalista de La Santa habla del presente la banda uruguaya y del show que realizarán en Sala del Museo para presentar su tercer disco, "El fuego que nos mantuvo vivos".

La Santa.
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Foto: Difusión.

Gabriel Goyén fue uno de esos gurises que, a inicios del 2000 soñaban con una guitarra pero sin un peso para ir a un show. Juntaba chapitas de cerveza del piso para canjearlas por una entrada para ver a las bandas de rock uruguayas que comenzaban a sonar fuerte en las radios. “Era chico, no laburaba, no tenía un mango, y cuando terminaban de ensayar los Zíngaros, quedaban chapitas por todos lados. Juntaba dos para ver a Buitres, dos para La Trampa…”, recuerda entre risas el cantante de La Santa. El plan funcionó. “Me fui caminando hasta las canteras y vi por primera vez a No Te Va Gustar. Me partió la cabeza y dije: yo quiero hacer esto”.

Antes de grabar en Romaphonic, de llenar salas y lanzar discos, Goyén era un gurí del Reducto con una guitarra imaginaria colgada al cuello. Eso fue el principio de todo.

Desde hace más de 10 años Goyén está al frente de La Santa, una banda que sobrevivió a estafas y se adaptó a cambios y silencios, pero que hoy celebra la constancia con su tercer disco, El fuego que nos mantuvo vivos. El próximo 23 de octubre, el grupo lo presentará en la Sala del Museo, en un show que promete repasar toda su historia junto a invitados y sorpresas. Entradas en Redtickets.

“Es el cierre de una etapa y el comienzo de otra”, dice Goyén en una cafetería del MAM, cerca de la casa de su infancia. “Vamos a tocar el disco entero, pero también canciones de Días como hoy y Corazón en reparo. Van a ser casi dos horas de show. A esta altura, ya no nos guardamos nada”.

La Santa.
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Foto: Difusión.

De la caída al renacer

El camino hasta este presente de La Santa no fue lineal. Fueron una banda de amigos que comenzó a tocar en la playa, algo de ska y reggae, y poco a poco fueron escribiendo más canciones para cumplir la meta: tener un álbum.

“Nos costó mucho llegar al primer disco, y cuando lo estábamos grabando, sufrimos una estafa. Habíamos juntado la plata, grabamos una toma de batería y el productor se fue a Buenos Aires con todo el dinero”, cuenta. “Fue un golpe durísimo, tuvimos que recomponernos psicológica y económicamente, pero dijimos: vamos a hacerlo igual. Ahí apareció Sebastián Peralta (No te va gustar), que nos ayudó a ordenar todo y pudimos terminar Días como hoy”.

Paradójicamente, el tema que casi queda afuera del disco terminó siendo su mayor éxito. “Al principio algunos no estaban convencidos, pero la probamos en vivo y la gente empezó a reaccionar. A la tercera vez ya la coreaban, y dijimos ‘acá pasa algo’. Y pasó: fue el nombre del disco, el sencillo, y ahí entendimos que teníamos algo real entre manos”.

Cuando La Santa ya tenía dos discos en la calle, Corazón en reparo salió en 2018, la pandemia frenó la rutina de ensayos, giras y festivales. Pero también les dio tiempo para repensarse. “Con Ariel (Flynn, baterista y compositor) nos mandábamos audios por WhatsApp con ideas de canciones. Así empezó este disco”, explica Goyén. El fuego que nos mantuvo vivos nació de esa distancia: de la necesidad de no apagarse y mantenernos unidos.

El álbum se grabó en Romaphonic, el estudio argentino que es de los más icónicos de Sudamérica, con producción del exNo te va gustar, Mateo Moreno. “Fue increíble. Llegamos y estaban descargando el equipamiento del show de Metallica del día anterior, y había otros que habían sido de Soda Stereo. Estábamos en Disney”, recuerda.

La experiencia también marcó un cambio en la forma de trabajar. “Con Mateo fue todo más libre, más crudo. Antes llegábamos con todo anotado, muy estructurado, cada nota en cada sección. Esta vez fue distinto. Dejamos que las canciones respiraran. Mateo nos decía: ‘toquen como si estuvieran en vivo’, ‘no piensen tanto’. Y tenía razón: las mejores tomas fueron las más espontáneas”.

La Santa.
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Foto: Difusión.

De ídolos a colegas

En el nuevo disco participan Gabriel Peluffo (Buitres), y Bambi Moreno Charpentier (ex Tan Biónica), y en los anteriores colaboraron Emiliano Brancciari y Denis Ramos, de No Te Va Gustar. “Para nosotros es un orgullo enorme”, dice Goyén. “Son músicos que admiramos desde gurises. Yo los iba a ver juntando chapitas, y ahora tenerlos grabando con nosotros es una locura. Uno crece escuchándolos y soñando con eso, y de repente estás en el estudio al lado de ellos”.

Sobre la participación de Peluffo, uno de los ídolos con los que les faltaba tocar, Goyén dice: “Es un crack, un tipazo. Humilde, generoso, sin poses, y le dio una impronta tremenda a “De Hong Kong a Madrid”. Y cuando vino Garo (Arakelian) al ensayo fue emocionante, porque era como tener un pedazo de La Trampa en la sala. Todos quedamos mirando y filmando. Lo mirábamos todos con una mezcla de respeto y emoción. Son esas cosas que te recuerdan por qué empezaste”.

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