La primera mujer que llenó el Centenario: 40 años del show de Mercedes Sosa que hizo posible Víctor Hugo Morales

Antes de Shakira, otra mujer llenó el Estadio Centenario: en diciembre de 1985, Mercedes Sosa cantó para 50 mil personas en un recital incluyó un inesperado abucheo a Víctor Hugo Morales. Esta es su historia.

Mercedes Sosa y Victor Hugo Morales.
Mercedes Sosa y Victor Hugo Morales en diciembre de 1985.
Foto: Archivo El País.

Hoy Shakira volverá a cantar en Montevideo luego de 25 años y, esta vez, para entrar en las páginas de gloria. La colombiana, que llega con la gira Las mujeres ya no lloran, se convertirá en la primera artista en ofrecer dos conciertos con aforo completo en el Estadio Centenario: 100 mil personas en dos días que confirman a estos shows como el acontecimiento musical del año. Su desembarco, además, activa un eco inesperado: el viernes se cumplen 40 años de otro hito escrito en ese mismo escenario.

El 5 de diciembre de 1985, Mercedes Sosa cantó ante 50 mil personas y se convirtió en la primera mujer en llenar el Centenario. Aquel concierto, organizado por el periodista Víctor Hugo Morales, tuvo un simbolismo particular: marcó el reencuentro de la argentina con Uruguay luego de 12 años. A su vez coronó un proceso de regresos artísticos que había comenzado antes del retorno democrático, y que se consolidó tras la asunción de Julio María Sanguinetti el 1º de marzo de 1985.

En mayo de 1984 —y con apenas seis días de diferencia— Alfredo Zitarrosa primero y Los Olimareños después celebraron su vuelta en recitales multitudinarios en el Estadio Centenario. Más tarde, en noviembre, el Frente Amplio presentó Juntos, un espectáculo que reunió a figuras recién regresadas del exilio, entre ellas Daniel Viglietti, Yamandú Palacios y Numa Moraes, y que tuvo entre sus protagonistas al brasileño Chico Buarque.

El siguiente paso, ya con la democracia restablecida, era la vuelta de Mercedes Sosa. Según relató la argentina al diario El Día, su última actuación en Montevideo había ocurrido en 1973 —año en que empezó la dictadura— y la experiencia fue amarga: “Sufrí algunas presiones que hicieron que no quisiera volver a pasar estas cosas en este país”.

Sosa, que en esa época tenía 50 años, atravesaba una etapa de renacimiento musical. Tras su regreso a Argentina en 1982 luego de tres años de exilio, ya tenía estatus de leyenda viva. Su llegada a Montevideo —originalmente planeada para marzo de 1985, pero pospuesta para diciembre— ocurrió en un período de plenitud creativa. Acababa de publicar Vengo a ofrecer mi corazón, un disco precioso donde versionaba a figuras como Fito Páez y Víctor Heredia, y protagonizaba el documental Será posible el sur, del alemán Stefan Paul.

En ese marco, Víctor Hugo Morales le propuso producir su regreso a Montevideo. “Mercedes era una querida amiga y amaba a Uruguay porque sentía que le debía, en parte, sus comienzos”, cuenta el periodista deportivo a El País. Morales, que no tenía experiencia en producción de espectáculos, se lanzó a la aventura gracias a una serie de “charlas” con Sosa y “al empuje” de Luis Cella, histórico productor de televisión argentina que trabajaba con Morales en El espejo, de Canal 13, y que sería clave en la carrera de Susana Giménez.

“Fue muy esforzado hacerlo. Nunca repetí la experiencia; hay que saber”, admite el uruguayo sobre su efímera incursión como productor de espectáculos. Además del concierto en el Centenario, Morales y Cella coordinaron una conferencia de prensa en el Columbia Palace Hotel y un encuentro con Sanguinetti en el Edificio Libertad.

Julio María Sanguinetti y Mercedes Sosa, en 1985.
Julio María Sanguinetti y Mercedes Sosa, en 1985.
Foto: Archivo El País.

Tras esa reunión, realizada un día antes del show, Sosa declaró a El Día: “Me siento feliz de haber dialogado con un mandatario que ha asumido luego de una larga noche”. También le deseó a Sanguinetti la “tranquilidad y paz que necesita para gobernar a la gente, para quienes yo canto”. Durante su estadía también visitó a Líber Seregni.

El País, además de publicar una foto de la conferencia de prensa de Sosa en tapa, incluyó avisos del recital, que se promocionaba con “precios populares”. Para que eso fuera posible, el auspicio de una marca de cigarros fue clave. Sin embargo, el acuerdo trajo complicaciones. “La noche del recital hubo discusiones para aceptar que hubiera una gigantografía de la marca en el escenario”, relata. “En la discusión, demoramos bastante el inicio del concierto. La empresa se portó genial, pero a muchos no les gustaba que se pusiera un aviso. No había mucha experiencia en la materia”.

El público del show de Mercedes Sosa en el Estadio Centenario.
El público del show de Mercedes Sosa en el Estadio Centenario.
Foto: Archivo El País.

Cuando Morales finalmente salió a escena para anunciar a Sosa, fue abucheado, un episodio que el periodista Leonardo Haberkorn rescató en 2012, a partir de una entrevista que Morales dio en 1987 a La Razón.

Ahora, Víctor Hugo relativiza el hecho y lo define como “irrelevante”. “Había bronca por las demoras y por ahí yo mismo, el tipo mimado que se había ido sin que se entendiese por qué —mi nuevo libro Un ciudadano común en dictadura lo explica—, mis viejas peleas con Peñarol y Nacional, la acusación de aporteñado... Todo eso pudo generar que algunos me silbaran”, analiza.

“Genero divisiones, ya se sabe. Recuerdo más el hecho periodístico que el hecho en sí, porque había la mala fe del que no te quiere, que llega siempre solapada”.

Mercedes Sosa durante su show del 5 de diciembre de 1985 en el Estadio Centenario.
Mercedes Sosa durante su show del 5 de diciembre de 1985 en el Estadio Centenario.
Foto: Archivo El País.

Más allá de aquel mal trago inicial, Morales se ilumina cuando evoca a Sosa interpretando “Yo vengo a ofrecer mi corazón” de frente a un Centenario colmado. “Nos abrazamos con Luis. Sentados en el pasto, con el Estadio por delante, oyendo esa voz y esa canción, sentimos que al final lo habíamos podido hacer”, cuenta. “Fue memorable”.

El concierto fue filmado, y en julio de este año el Archivo Prisma de Argentina rescató una hora del show y lo publicó en su canal de YouTube. Es una joya que documenta una noche histórica. Vestida de poncho, Mercedes Sosa parece abstraerse del público mientras entrega —con esa voz tan profunda, tan comprometida— esa conmovedora interpretación del clásico de Fito Páez que Morales no puede olvidar.

El repertorio de la noche fue tan potente como la declaración de principios de “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Cantó canciones de enorme simbolismo para la época como “Razón de vivir”, “Solo le pido a Dios”, “Sobreviviendo” y “Ventanita de laurel”; homenajeó al cancionero uruguayo con delicadas versiones de “El violín de Becho” (Zitarrosa) y “Ky Chororó” (Aníbal Sampayo); y hasta se calzó el bombo legüero para las bailables “Entre a mi pago sin golpear” y “Al jardín de la república”.

Mercedes Sosa en el Estadio Centenario.
Mercedes Sosa en el Estadio Centenario.
Foto: Archivo El País.

Con la gigantografía de la discordia a los costados del escenario, el concierto de Sosa dejó otras postales: el Centenario iluminado por miles de encendedores del público mientras cantaba “Unicornio”, el canto colectivo de “Todo cambia” y el puño en alto en el estribillo de “La maza”, de Silvio Rodríguez. Esa canción, además, la enlaza con Shakira, quien está a punto de llegar al Centenario: en 2009, ambas grabaron una versión extraordinaria de “La maza” para Cantora, el último gran proyecto discográfico de Sosa antes de morir.

El cierre del concierto del Centenario, “María, María”, tuvo a la argentina revoleando un pañuelo mientras caminaba por una pasarela que la dejó frente al público. Desde las primeras filas le tiraban flores y la gente saltaba mientras coreaba el “aé aea” del estribillo, cuando una mujer de poncho blanco se acercó a entregarle un ramo de flores y terminaron bailando juntas frente a 50 mil personas. Casi en éxtasis, y con una sonrisa, Sosa dijo: “Nunca olvidaré esto. Valieron la pena 12 años. ¡Vamos, vamos, compañeros!”.

Mercedes Sosa y Víctor Hugo Morales en Ley Seca.
Mercedes Sosa y Víctor Hugo Morales en Ley Seca.
Foto: Archivo El País.

Tras el concierto, el festejo siguió en el ya extinto boliche Ley Seca. Una crónica de El Día, escrita por Claudio Rappalini, describió una escena de “estampido de corchos y copas de champagne” que adornaron “risas y canciones” con baile incluido. Entre la “larga comitiva” que acompañó a la argentina en el festejo se incluía “gente del arte, de la televisión” y hasta la Miss Uruguay, Andrea López. Y claro, Morales.

“Su brindis final por los productores y su mirada de rocío configuran uno de los recuerdos maravillosos de mi vida”, dice. “Que me eligiera para entrar al Uruguay por primera vez en tanto tiempo fue sublime. Nunca más quise hacer de empresario. Ya estaba hecho con eso: con Mercedes”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar