Era el paso que coronaba un ascenso sostenido. Locura, el quinto disco de Virus, no solo consolidó al grupo en la escena argentina: con el impulso de “Pronta entrega” y “Una luna de miel en la mano”, su audaz y bailable apuesta de synth pop amplió el alcance de la banda más allá de las fronteras. Integrado al movimiento “Rock en tu idioma” junto a Zas, Soda Stereo, Enanitos Verdes y Charly García, Virus se proyectó por toda Latinoamérica, y Uruguay no fue la excepción.
Por eso, cuando el grupo hoy liderado por Marcelo Moura ideó una gira para celebrar los 40 años de aquel disco, la capital uruguaya no podía quedar fuera. Este viernes, la banda llegará a Montevideo Music Box para interpretar Locura de principio a fin y sumar clásicos como “Wadu Wadu”, “Amor descartable” y “Dame una señal”. Moura anticipa “un show muy arriba, muy movido”, y el repertorio está a la altura de esa promesa. Las entradas se venden en RedTickets, y los precios van de 2.080 a 2.680 pesos.
“Locura es un disco muy redondo, muy hitero; por eso tuvo el éxito que tuvo”, comenta Moura a El País. “Las canciones siguen vigentes, y en eso pusimos mucho énfasis desde el comienzo: hay gente que trasciende más por cuestiones de exposición personal, pero nosotros pusimos todas las fichas en nuestra obra. Nosotros somos finitos, pero los discos son inmortales”, asegura.
Locura, que vendió 200 mil copias, es el ejemplo más claro de la capacidad del grupo para trascender generaciones. A casi 37 años de la muerte de Federico Moura, el cantante original de Virus, cinco de las 10 canciones más escuchadas del grupo en Spotify provienen de ese disco. Incluso “Pronta entrega” o “Una luna de miel en la mano” suelen ser versionadas como si fuesen parte del cancionero obligatorio del rock argentino de los ochenta, y aparecen en series y películas.
Para Marcelo, ese es un triunfo al paso del tiempo que, también, sabe a revancha. “Nosotros tuvimos unos comienzos muy resistidos porque aparecimos con algo muy distinto”, dice en referencia a Wadu Wadu, de 1981. “En esa época se escuchaban cosas más contracturadas, y nosotros salimos con una impronta completamente distinta. Eso nos trajo muchísimas críticas, pero si hay algo por lo que nunca nos pudieron criticar es por parecernos a alguien. Virus es un sello personal”.
El grupo de los hermanos Moura —además de Federico y Marcelo, la tríada incluía a Julio— había logrado su primera gran conquista con Relax, de 1984. Allí, el impulso rockero de discos anteriores como Agujero interior fue reemplazado por un pop sostenido en muros de sintetizadores y baterías electrónicas que eran símbolo de la época. El éxito de canciones como “Amor descartable” y “Dame una señal” parecía marcar el camino a seguir. Locura iba a ser el golpe definitivo para cristalizar la identidad sonora de Virus.
El disco se gestó durante la gira de presentación de Relax, que llevó al grupo a nuevos territorios. “Teníamos un contrato por tres años que nos obligaba a hacer un disco al año”, recuerda Moura. Su sello era CBS, el responsable de la campaña “Rock en tu idioma”, que sería esencial en su expansión continental.
“A medida que Virus se hacía más popular, se extendían las giras y los tiempos para componer se acortaban. Y no hay peor enemigo que la presión, pero enfrentar esas situaciones es parte de la vida de un artista. Uno tiene que tratar de despojarse de eso y fluir”, asegura.
Tal vez sea por eso, junto con la confianza de saber que su propuesta finalmente había sido comprendida por el público, que la banda se permitió grabar su disco más libre. Canciones como “Sin disfraz” —con el imborrable “En taxi voy, Hotel Savoy”— y “Tomo lo que encuentro” condensan esa energía: una combinación de deseo, ironía y la soltura con la que Federico moldeaba cada melodía, siempre atravesada por un pulso erótico.
En enero de 1986, luego de que Locura se volviera un éxito, Federico fue entrevistado por Revista Pelo y habló sobre el punto de contacto entre canciones: “El tema es el amor, pero no habla específicamente de eso”, aclaró. “Habla del deseo físico, del cliché cinematográfico del amor, de los pecados, de las ataduras y dependencias psicológicas en una pareja. Le propone al público que se masturbe con otra imagen en vez de desear y sentir angustia. Habla del mal y el bien y de las frustraciones”.
Sobre el furor en torno a Locura, aseguró: “Se puede querer ser la Reina de la Primavera del rock argentino ‘86 o consagrarse como para tener más libertad... Yo lo veo de la segunda manera”.
La mayor parte del álbum se grabó en los estudios Sicamericana de Buenos Aires, entre ellas “Pronta entrega”, que supera los 108 millones de reproducciones en Spotify.
El tema, cuenta Marcelo, nació de un método de venta clásico en Brasil. “Viajábamos mucho para allá y en muchos negocios de la época había carteles que anunciaban que, cuando había stock de un producto, hacían ‘pronta entrega’”, recuerda. “A veces uno puede tener la hoja en blanco y pasar horas buscando ideas, pero cuando aparece un disparador, todo fluye. Eso pasó con esta canción”.
El origen de “Una luna de miel en la mano” es similar, aunque esta vez el disparador fue la urgencia. El grupo estaba a punto de viajar a Nueva York para mezclar el disco cuando el productor Oscar López los detuvo. “Como teníamos poco tiempo para componer, grabamos siete temas para Locura. Cuando faltaban dos días para viajar, el productor nos dijo: ‘No, tiene que haber un tema más’”.
La banda, entonces, se aferró a un riff de teclado que surgió durante una de las sesiones. La música se terminó en el vuelo rumbo a Estados Unidos. “En aquel momento, en la parte de atrás de los aviones se podía fumar y tocar la guitarra; era todo más laxo”, cuenta Marcelo. “Así que ahí seguimos armando la música, y cuando llegamos a Nueva York, Eduardo Costa escribió la letra inspirado en el Ulises de Joyce”, narra.
No lo dice en esta entrevista, pero en un diálogo de hace años con TN comentó que la letra “habla de la masturbación, pero poéticamente”. Para quien no lo sabía, el título de la canción dice todo. Así nació el máximo hit de Virus, con 128 millones de escuchas en Spotify.
El álbum, que salió en octubre de 1985, se presentó en países como Chile, Paraguay y Perú. En Buenos Aires tuvo tres funciones agotadas en el Estadio Obras, el símbolo de consagración de toda banda de la vecina orilla. Allí se grabó Virus vivo, cuya edición se completó con un hit de estudio: “Imágenes paganas”.
En las tomas en vivo se confirma por qué Virus era una banda de potencia inconfundible. “La gente que nos escuchaba decía: ‘qué raro esto’, pero a la vez destacaba lo ajustado que sonaba todo... Y eso tenía una sola respuesta: se llama ensayo”.
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