Que se hizo de abajo nadie lo duda. Christian Quijano empezó limpiando pisos, baños y lo que tocara en el edificio de TV Ciudad en la calle Javier Barrios Amorín, además de cumplir diversas tareas de mantenimiento, cuando entró en 1999 como parte de un convenio entre el entonces flamante canal de televisión de la Intendencia de Montevideo (IMM) y la ONG Vida y Educación. Él tenía 16 años de edad, venía de un hogar obrero y arrastraba una adolescencia algo conflictiva: había estado internado en la Colonia Berro. Pero, dicen, también tenía ganas de aprender y enderezarse.

Dos décadas y media más tarde, quiso el destino —y él seguramente lo ayudó— que Quijano (42 años de edad) sea hoy el nuevo director de TV Ciudad, tras la salida de Alejandra Casablanca el 3 de marzo pasado, nombrada directora de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente por el gobierno de Yamandú Orsi. En una resolución de la entonces intendenta interina María Elena Mazzotti, se indica que “se entiende oportuno” que Quijano sea el director del canal al menos hasta que el 9 de julio asuma el próximo intendente y designe al nuevo director (ver recuadro más abajo). Pero no es extraña su designación: en la gestión de Casablanca él ya era el coordinador general, o sea el número dos del canal de la intendencia capitalina.

Foto: IMM.

Fueron 26 años: pasó de todo entre aquellos primeros pasos de un adolescente del Cerro recién salido de la Berro que llegaba a un canal de televisión y este presente como número uno del canal de la IMM. Su figura es algo polémica y Quijano, aunque cultiva un bajo perfil, tiene una historia digna de ser contada. Una historia que está llena de matices: nada es blanco o negro, como ya veremos. Algunos, como su “hermano de la vida” Rafa Cotelo, lo definen como “un loco súper humilde y solidario” que “se ganó estar donde está a fuerza de laburo” y que en realidad no es un “bicho político”. Otros, en cambio, lo presentan como “un tipo con un historial algo violento” (aunque, también admiten, en la gestión Casablanca era el que tenía el rol de dialogar con el personal, dado el carácter fuerte de la directora) y que llegó a donde llegó en parte porque puso muchas ganas y empeño y en parte por el apoyo del Partido Comunista, grupo político en el que es un cuadro firme hace años.

Quijano no aceptó una entrevista para este perfil, pero El País habló con gente de su entorno.

Vivió en el Cerro toda la vida; su padre —como tantos en el barrio— trabajaba en un frigorífico y su madre era empleada doméstica, además de ama de casa.

Por qué llegó a la Colonia Berro es algo de lo que él ha hablado mucho con su gente más cercana pero no suele mencionar en público porque lo considera una etapa superada en el tiempo y no le interesa “hacer bandera” de ello. Pero está claro que participó de un delito. A algunos les ha contado que fue por “encubrir” a unos amigos que realizaron un asalto (“hice de mensajero de amigos del barrio; me rodeé mal y ta”) aunque un referente que lo conoce del sindicato municipal dice que en una época él solía contar que de chico “robaba radios” de autos con otros muchachos del barrio.

Lo cierto es que no estuvo mucho tiempo en la Berro —“un mes o poco más”, ha dicho—, cuando se dio la oportunidad de entrar a TV Ciudad, el canal que entonces se emitía solo en la televisión por cable montevideana y pasaba por una etapa fermental. Su trabajo iba desde cambiar una bombita hasta limpiar los pasillos. Pero digamos que el adolescente Quijano estaba en el lugar indicado, en el momento justo. Y, si bien muchos de los compañeros que entraron por el mismo convenio se fueron ni bien terminó, él se las ingenió para ser contratado en un canal que hoy considera fue una escuela que lo formó tanto en lo “técnico como lo humano”. Cuentan que era de esas personas que con simpatía se paraba a saludar a cada uno que entraba y se mostraba interesado por aprender de televisión. Además, claro, el canal precisaba personal en una época en la que había poca gente formada: entonces a los meses y aún siendo adolescente quedó como asistente de cámara, es decir el que ayuda al camarógrafo en los programas, le lleva los equipos y corrobora que estén con todos los materiales necesarios. Es una tarea que hasta el día de hoy se mantiene en el estudio de TV Ciudad: es el único canal uruguayo que la tiene en los informativos.

Foto: Darwin Borrelli.

Un grupo de funcionarios del canal casi que lo adoptó entonces, “lo cuidó” y le empezó a enseñar, dice un veterano empleado.

Así contó tiempo atrás Casablanca, en una entrevista en La Diaria, los inicios de Quijano: “Christian se enamoró de los fierros, estudió y llegó a ser jefe de operaciones. Ese tipo entró hace 20 años a limpiar y se quedaba a dormir abajo para ver cómo funcionan los aparatos. Yo creo en eso. No creo en iluminados”.

El paso siguiente era el natural: de asistente a camarógrafo. También estuvo en el sonido.

Y unos pocos años después entró a la empresa Tenfield a trabajar de cámara, donde conoció y se hizo amigo de Rafa Cotelo, quien se estaba haciendo conocido como conductor de radio y televisión. “Ahí vimos que teníamos conocidos y familiares en común en el Cerro y de a poco nos hicimos muy amigos”, cuenta Cotelo a El País, “hoy somos hermanos de la vida”.

Un viaje de Agarrate Catalina a Europa consolidó el vínculo. TV Ciudad mandó un equipo a cubrir la gira de la murga y Quijano fue uno de los elegidos. “Ahí se hizo amigo de toda la murga”, recuerda Cotelo.

Ni él ni Quijano están más en Tenfield aunque tiempo después volverían a trabajar juntos en el programa Por la camiseta, donde visitan a jugadores de fútbol en diferentes partes del mundo. El programa es conducido por Cotelo y forma parte de la productora La Guitarrita. Quijano hizo allí de cámara y editor.

Pero su carrera tendría otros condimentos porque sobre 2007 inició su etapa sindical, primero en el comité de base de TV Ciudad (donde llegó a ser el referente principal) y después en Adeom, donde desde 2013 integró el consejo ejecutivo.

Foto: El País.

En el medio se afilió al Partido Comunista: es habitual que los sindicalistas de carrera se integren a alguna de las corrientes políticas que están en la central obrera; y la de los comunistas es una de las más fuertes del Pit-Cnt.

Una fuente que estuvo vinculada al Partido Comunista asegura que Quijano ha estado en lo que se conoce como “tareas de autodefensa” (esto es, la seguridad), algo que está en las sombras pero existe. Y dice que es “un soldado” del partido: es decir, un militante que participa en todas las actividades, acata todo lo que se decide pero no aspira a cargos en la organización ni nunca se lo verá, por ejemplo, hablando en actos públicos. Quijano le ha comentado a cercanos que más bien participa en diversas tareas: lo que le pidan, desde organización a seguridad o realización de videos, siempre en la medida de sus posibilidades. Pero niega tener una tarea ni cargo específico, y menos cobrar por ello.

En la gestión de Daniel Martínez (2015-2020), el entonces director Federico Dalmaud lo nombró director de operaciones, que es quien coordina de alguna manera las tareas logísticas del canal y cumple con los requerimientos de cada proyecto.

Quijano era referente del sindicato y en ese lugar quieren “a gente que gestione cosas”, dice un trabajador del canal.

Pero el salto grande vino a fines de 2020, cuando asumió Casablanca y lo nombró coordinador general. Se supone que para la designación la directora tomó en cuenta su profundo conocimiento de la interna de TV Ciudad pero algunos están convencidos que el apoyo comunista impulsó su carrera en el canal de la intendencia (”ella lo conocía poco, desde hacía unos meses”, dice un referente del canal). Él hoy niega que el Partido Comunista lo haya puesto en ese lugar ni en el actual y afirma que su cargo no es “por cuota política”, tanto que no tiene el sueldo topeado como otros dirigentes comunistas.

Dicen que la propia Casablanca sugirió que Quijano quedara en su lugar en marzo pasado y las autoridades lo aceptaron porque conoce bien al personal del canal. “Hay que lidiar con Adeom y con el sindicato de TV Ciudad; él eso lo hace muy bien, tiene carácter, temple y don de mando”, opina una persona que trabajó en el canal.

El propio Quijano consideró que la designación formaba parte de la “responsabilidad” que le habían dado cinco años atrás y que el proceso iniciado debía ser terminado. No tenía sentido que la transición de cuatro o cinco meses la hiciera otro.

En el canal varios pensaron que sería por una o dos semanas pero estará hasta el fin del período. “Hay desidia, hay desgaste, no hay plata y la idea es más que nada esperar hasta julio a ver quién asume”, cuenta un empleado con larga trayectoria, con una visión más negativa que otros.

En cambio, Leonardo Pérez, el director de programación y contenidos, dice que Quijano está en el cargo por sus méritos y trayectoria (“tiene todo para estar acá; es uno de los tipos con más años en el canal y muy respetado por los compañeros”) y que tampoco es tan alocado pensar en la posibilidad de que siga en el cargo más allá del 9 de julio.

Pero esa es una alternativa que el propio director, según supo El País, descarta de plano.

La mañana del lunes 8 de julio de 2024 quedará marcada para siempre en la vida de Christian Quijano. Le llevaría un tiempo entender qué pasó por la cabeza de su hijo de 24 años, quien —tras una discusión familiar, en principio normal como cualquier otra entre padre e hijo— tomó un revólver calibre 38 y le disparó cuatro o cinco veces. La trágica escena ocurrió en la casa donde vivían juntos en el Cerro. Herido, Christian logró correr a lo de un vecino y desde ahí llamar a la Policía. Estuvo internado pero logró salvarse (”me saqué el cinco de oro”, ha contado en estos meses) y luego se concentró en luchar para —a pesar de todo— poder sacar a su hijo de la cárcel: estuvo cerca de un mes en Punta de Rieles.

Según se dijo en una audiencia judicial el 9 de julio, en la casa se incautaron 33 cartuchos calibre 38, cinco vainas y un revolver sin numeración. También que un testigo dijo que eran “buenos vecinos” y que “nunca había presenciado incidentes previos entre el padre y el hijo” en la casa.

En TV Ciudad hubo una colecta para juntar fondos para la defensa del hijo de Quijano, promovida por el sindicato y por la propia directora. También lo ayudaron amigos.

Y organizaron un concierto benéfico en la Sala Zitarrosa el 12 de setiembre, llamado “Solistas en concierto”, donde participaron diferentes músicos, conductores del canal y otros artistas como el propio Rafa Cotelo. La actividad, promovida en redes pero sin informar la causa para la que se recolectaba el dinero, fue incluida en la programación de los 300 años de Montevideo.

La sala fue cedida gratis por la IMM para recaudar fondos, dice la directora Cecilia Canessa. ¿Es habitual que la intendencia ceda esta sala en esas condiciones? La jerarca responde que a veces se hacen funciones por causas benéficas —aunque dice que se estudia “caso a caso”, que la decisión suele venir de la dirección de Cultura— y que esa vez la sala fue pedida por “compañeros de TV Ciudad, que se organizaron para hacer un show para colaborar con Quijano”. La sala se prestó sin costos, pero los gastos de logística y producción quedaron a cargo de los organizadores. Las ganancias fueron para financiar la defensa de Quijano.

Con los fondos recaudados más otros apoyos logró contratar al abogado Jorge Díaz, hoy prosecretario de Presidencia, quien asumió el caso en una audiencia el 19 de agosto. En la primera audiencia el 9 de julio, de todos modos, ya había participado Florencia Mazzei, quien trabaja con Díaz, y Oscar Brum, del mismo estudio jurídico.

Díaz dijo al juez Marcelo Souto que el padre no quería que el hijo estuviera preso. Con el paso de las semanas y tras pericias psiquiátricas, se comprobó que el muchacho había sufrido un brote psicótico y, ya con tratamiento psiquiátrico, estuvo primero en prisión domiciliaria en la casa de su abuela y luego en libertad al ser declarado inimputable porque en ese momento “no comprendía lo que es lícito”.

Foto: El País.

La vida de Christian Quijano siguió, como se puede en medio de una situación tan dramática como aquella. Y este año lo encontró, además de estar a cargo de TV Ciudad, con tareas en la campaña de la candidata a intendenta Verónica Piñeiro. Él se dedica a hacer grabaciones de video y fotos de varias de las recorridas de la candidata y, según dice, lo hace por su militancia en el Partido Comunista. Son asesoramientos como militante, al igual que lo hace en actividades que no son electorales, incluso sindicales.

Una publicación de la Departamental de Montevideo del Partido Comunista, el 21 de marzo pasado, incluye una imagen de Quijano, que lleva colgada una cámara de fotos, abrazado al ministro Juan Castillo y a la candidata Piñeiro (la imagen se puede ver arriba en esta nota).

“Con estos cuadros, tremendo Partido. Juan y Christian acompañando a Vero en la recorrida del Cerro de Montevideo”, se lee en ese posteo.

A pesar de ser el director de un canal de televisión pública, Quijano también difunde spots e información de la campaña en sus cuentas personales, por ejemplo en Instagram y Facebook. La foto principal de su muro en Twitter es una foto de banderas frenteamplistas en la rambla de Montevideo con el logo de “Vero intendenta”.

“Yo confío más en él que en mí”, dice por teléfono su amigo Rafa Cotelo. “Es íntegro y honesto, tiene capacidad de laburo y don de gente. Es un loco súper humilde, solidario; da una mano al que lo necesite, sea una colecta, plata para un merendero o una olla popular, esa es su mejor carta de presentación. Se ganó estar donde está a fuerza de laburo”. Y dice que viene “saliendo de una situación jorobada con una entereza emocional gigantesca”, en referencia al episodio con el hijo.

Luego va un paso más. Asegura que “Christian no es un bicho político” y que él mismo le ha recomendado “que salga cuanto antes de donde está porque no gana nada con la exposición; le va a generar más problemas que satisfacciones”.

Eduardo Preve, quien en 2022 fue director del informativo de TV Ciudad pero —según trascendió— se fue tras chocar con empleados por la forma de trabajo, también habla con cariño sobre Quijano. “Chris es un buen pibe, laburador, no tiene nada que esconder; yo lo conocí hace añares cuando era camarógrafo y él aprovechó las oportunidades que la vida le dio”, dice Preve, quien, igual que Cotelo, se comunicó con El País para contar su impresión al enterarse que se iba a publicar este perfil. Lo define como “un loco muy zurcidor” y que “no tiene un formato Partido Comunista cuadrado”.

Otros, que prefieren el anonimato, tienen visiones encontradas. “Es un tipo de reabajo, de barrio, que se abrió camino”, dice un empleado de TV Ciudad, quien cuenta que por un lado Quijano ha sido puerta de entrada al canal de “talentos” como los murguistas Yamandú Cardozo y Maxi Pérez hasta de gente de su barrio con un perfil “más marginal” para tareas técnicas. Esto último es remarcado por varias fuentes.

Foto: Darwin Borrelli.

Un empleado que lo conoce desde los inicios habla de su “vivacidad” para aprovechar las oportunidades, algo que mostró desde el arranque mismo en TV Ciudad. “Éramos poquitos y nosotros lo vimos crecer acá”, cuenta.

Otra persona que lo conoce, suelta: “Por su historia podría haber terminado en la banda del Betito y sin embargo está liderando TV Ciudad, integrado totalmente a la sociedad y en un lugar relevante”.

Hoy en el canal Quijano está inevitablemente asociado a la gestión Casablanca, que en la interna tiene detractores y también gente a favor. Dice un funcionario de toda la vida: “Bueno, él apoyó esta administración, fue parte y mirá que no tuvo nada de gestión, se metieron amigos al grito y con una persona”, en referencia a Casablanca, “que trataba muy mal a la gente”. En eso, muchos coinciden, Quijano tiene un diferencial a su favor, un plus evidente: quizás por el origen barrial o por su forma de ser, su fuerte es la relación mano a mano.

Algo que no necesariamente tenía la directora anterior.