Aunque de fernandino tiene solo el apellido, Ignacio Maldonado quedó en la historia del departamento y del ciclismo uruguayo porque con los colores del Club Ciclista Punta del Este en el lomo se coronó como el gran campeón de Rutas de América 2025, y puso fin a la racha de siete ediciones consecutivas que ganó el Club Ciclista Cerro Largo con diferentes protagonistas.

El olimareño de 34 años fue justo ganador porque se mantuvo durante toda la semana entre los primeros de la general individual, ganó la contrarreloj del sábado en la Pista Walter Moyano de Maldonado, y defendió a capa y espada la malla líder durante la última etapa de ayer con demostraciones de carácter y autoridad ante los ataques de sus rivales.

Mientras las cámaras apuntaban a los arachanes porque ganaron las primeras cuatro etapas al hiloy parecía que no tenían rival, Maldonado se mantuvo al acecho algunos segundos por detrás, pero sabiendo que la carrera se decide con el correr de los días y cuando los kilómetros empiezan a pesar en las piernas.

La receta era clara: correr adelante, no ceder terreno a los otros favoritos y esperar que la contrarreloj defina. La siguió al pie de la letra: durante la cuarta etapa (tercer día de carrera porque se suspendió la segunda) un ataque suyo a 40 kilómetros de Cerro Chato partió la general en siete punteros y, dos minutos atrás, el resto del pelotón, donde quedaron favoritos como Agustín Alonso (ganador de la sexta etapa) o Roderyck Asconeguy (ganador de la subetapa del sábado). Adelante quedaron él, Matías Presa, Leonel Rodríguez, el argentino Sergio Fredes, Lucas Gaday y el brasileño Vinicius Costa.

Después llegaron a Melo, pegaron la vuelta y empezaron la bajada. Rodríguez y Gaday sacaron unos segundos a Treinta y Tres porque no eran amenaza en la crono. Pero enseguida pasó el pinchazo de Rodríguez y habló la contrarreloj.

Porque la “trabajó muchísimo” para perfeccionarla y porque “conocía muy bien” el circuito (ver entrevista), Nacho Maldonado rompió los cronómetros y se vistió de líder con una etapa para defenderla.

Foto: Ignacio Sánchez

Y ayer amaneció despejado, pero el viento —muy fuerte y cruzado en contra desde el Este a Montevideo— vaticinó una etapa dura, de escaleras cerradas contra la banquina, y de palo y palo porque solo quedaba una bala más.

Como era previsible, se cortaron adelante los más fuertes sobre el final. Y el malla, ya sin compañeros de equipo, bancó los ataques de todos e incluso ganó el último embalaje bonificado en una muestra de autoridad. Para decir, con 20 kilómetros más por recorrer, que ya nadie podría privarlo de cumplir su gran sueño.

Foto: Eduardo Schaucoski