Gerardo Pelusso y Juan Manuel Olivera protagonistas de la escena más emotiva en despedida de Walter Montillo

Redacción El País
En el año 2010, Universidad de Chile enfrentaba a Unión San Felipe por el cameonato chileno y Walter Montilllo tenía a su hijo recién nacido peleando por su vida en el hospital. La Ardilla decidió jugar, marcó un gol y Juan Manuel Olivera lo levantó en andas frente a la hinchada que tenía un mensaje especial. 15 años después Santino también saltó a la cancha y fue parte del festejo.

A pocos días de nacer, uno de los hijos del argentino tuvo una serie de complicaciones y fue sometido a una cirugía por megacolon y otra en el corazón para seguir luchando por su vida. Durante esos días de incertidumbre y dolor, su padre saltó a la cancha con la U mientras los hinchas hacían cadenas de oración para Santino.

No hay hincha contemporáneo a la Ardilla Montillo que no recuerde aquel gol. Emocionado hasta las lágrimas el argentino fue llevado sobre los hombros por Olivera hasta la hinchada que lo estaba esperando con una bandera que decía: "Aguante Montillo. Fuerza Santino".

Después de ese acto de apoyo y de amor, el lazo entre Walter Montillo y los hinchas de la Universidad de Chile se volvio inquebrantable y perdura como aquel día aún 15 años después. Este martes, en su despedida en el Estadio Nacional que tantas veces lo vio brillar, la Ardilla tuvo su despedida y recrearon aquella iconica celebración, pero esta vez con Santino de protagonista.

Gerardo Pelusso, entrenador del equipo azul, mandó a la cancha al hijo del medio de Montillo y lo primero que hizo Santino al entrar a la cancha fue correr hacia donde estaba Juan Manuel Olivera que lo llevó en andas, como a su padre hace más de una década, hasta la popular de la U que volvió a desplegar aquella bandera de aliento para la familia del futbolista argentino.

Mientras Walter Montillo aplaudía emocionado, la hinchada de Universidad de Chile desplegó una enorme bandera con forma de camiseta y el dorsal del argentino grabado. Fue una noche inolvidable para la familia del argentino, que es padre de dos niños y una niña y Valentino, de 17 años, también fue parte del homenaje.

"Estar con mi familia y sentir el cariño de la gente es algo inolvidable. Es un sueño haber estado acá, esta es nuestra casa", dijo el más grande de los hijos de la familia Montillo que reside en España y juega en el Fuenlabrada, con el sueño de algún día seguir los pasos de su padre en la U. La Ardilla se retiró en medio de la pandemia de COVID-19, sin público, pero tiempo después tuvo la mejor despedida que pudo haber imaginado.