Enviado / Asunción - Paraguay
Una joven abraza a su padre, esconde la cabeza y no mira el penal. Un hincha agarra el celular y filma la acción. La Barra Ámsterdam canta y el resto del Defensores del Chaco está en silencio. Leonardo Fernández patea y Lucas Verza la manda al córner. Iban 51 minutos de partido. Peñarol fallo un penal y además, todas las otras chances claras de gol que generó. Pudo ganarlo. También pudo perderlo. Se volvió a Montevideo con un punto valioso pero que sabe a poco en la siempre difícil y complicada Copa Libertadores.

Pero la acción del penal no fue la única. Apenas iban 2 minutos cuando Leandro Umpiérrez apareció con una de sus virtudes: un robo de pelota por la banda derecha en la salida de Olimpia. Luego, Maxi Silvera se la dejó a Leo Fernández y el 10 le puso un gran pase entre líneas a Jaime Báez, que picó en diagonal y ya dentro del área, cuando tenía para mandársela a Silvera, optó por rematar y Lucas Verza contuvo el disparo.

A este nivel y sin mostrar una gran producción futbolística, fallar no puede ser una opción. Peñarol lo hizo, desperdició la situación más clara de peligro que generó en la primera parte y luego tuvo que defender, a los ponchazos, pero defender al fin.

Es que el local comenzó a ganar terreno y empezó a generar peligro. Y, aunque sin profundidad, evidenció problemas en la zaga de un Peñarol que no estuvo firme, que sufrió y que por momentos la pasó mal atrás.

Foto: AFP.

Y como por si eso fuera poco, de mitad de cancha hacia adelante, careció de ideas porque Olimpia le cerró bien los caminos, Leo Fernández no pudo desnivelar y tanto Umpiérrez como Báez no ganaron nunca en el uno contra uno.

Con ese panorama, el partido fue cayendo en un pozo grande como el Río Paraguay, a tal punto que en la primera parte –de los 48 minutos que hubo– se jugaron solo 21, hubo 21 faltas (11 del local y 10 de la visita) y las chances escasearon.

Pero después de esa nefasta primera parte, la historia dio un giro de 180 grados en el Defensores del Chaco. Aguirre sacó a Leandro Umpiérrez y puso a Diego García. Peñarol ganó en explosión y a los 49’ Maxi Silvera quiso superar a Lisandro López en el área, hubo contacto y tras revisión del VAR, Jesús Valenzuela cobró penal. Leonardo Fernández remató y Lucas Verza se lució tapándole la pena máxima al 10.

Foto: AFP.

Esa jugada despertó el partido. Despertó a la hinchada de Olimpia e hizo enfurecer a todos los fanáticos de Peñarol que en ningún momento dejaron de alentar al equipo, pero que veían cómo el aurinegro no paraba de errar goles.

El juego se hizo de ida y vuelta y el Decano también empezó a tener sus chances, pero la figura de Martín Campaña se fue agigantando con el paso de los minutos.

El golero tuvo su partido consagratorio con un complemento bárbaro. Luego de una primera parte en la que estuvo a punto de ser expulsado en una jugada que luego fue anulada por fuera de juego, el guardameta de 35 años tuvo intervenciones de lujo para evitar el gol de Olimpia, que con algún empuje de su gente y cambios ofensivos, lo fue a buscar.

El mirasol, con ese trámite, sabía que iba a tener espacios y aparecieron. Pero otra vez falló a la hora de definir. A los 54’ lo tuvo Maxi Silvera en una buena acción colectiva y a los 62’, el aurinegro sacó una contra en la que terminaron cuatro ante un solo defensor y otro que llegaba de atrás. Jaime Báez se perdió un tanto increíble nuevamente y la tribuna de Peñarol se le vino encima.

Aguirre lo mantuvo en cancha. El atacante jugó los 90’, pero esta vez no estuvo fino en la definición porque de lo contrario, hoy se estaba hablando de un triunfo.

En el cierre del encuentro, Peñarol no generó más chances de peligro y se dedicó a defender para buscar otra vez los espacios que no aparecieron.

Olimpia fue el que tuvo las más claras en la agonía del encuentro. A los 85’, Alberto Espínola quedó de frente a Campaña y el golero se mandó la atajada del partido para evitar el 1-0. A los 89’ se lo perdió Derlis González de manera poco creíble y la ilusión de Olimpia se fue desvaneciendo.

Foto: AFP.

Peñarol tuvo absolutamente todo para ganar un partido en el que la efectividad faltó a la cita. Erró un gol claro a los 2’, falló un penal a los 51’ y desperdició una inmejorable contra a los 62’.

Sumó un punto, es verdad. Y además le impidió a su rival crecer en la tabla, pero se perdió la chance de ganar afuera y encaminar la clasificación, algo que deberá buscar en Bolivia porque ayer quedó en el debe.