Una larga mesa espaciosa de madera que estuvo plagada durante más de dos horas de reunión por diferentes voces quedó solamente con algunas migajas de masitas, la billetera del dirigente Bari Monzeglio en una punta, el celular del presidente Alejandro Balbi a un costado y una hoja borrador de la carta que Nacional le enviará a Ignacio Alonso, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, en la que se establece que la directiva resolvió retirarle la confianza a la Comisión de Árbitros y solicita un “cambio estructural” en la “organización del arbitraje profesional”, con énfasis en la capacitación.

Sobre las 20:15, la sala de reuniones, ubicada en la Tribuna Atilio García del Gran Parque Central ya estaba despoblada. Solo quedaba Balbi, un puñado de periodistas que apareció para tomarle la palabra, algunos encargados de la seguridad y el dirigente Monzeglio y el secretario Pablo Durán que lo esperaron afuera.

El silencio y los aprontes de las cámaras de televisión a la espera del abogado -que previamente había pedido “por favor” hablar una vez para todos los medios- se contrastaba con la música a todo volumen del gimnasio del club social y los bocinazos que se sentían afuera. Incluso, un hincha pasó en camioneta a los gritos: “Pónganse las pilas y no le den para atrás al club”, le advirtió a la prensa.

Balbi atendió a todas las consultas durante unos salpicados 18 minutos y dejó en claro que la remoción del Colegio de Árbitros no es negociable para Nacional, que, aunque no le retiró la confianza al Ejecutivo de la AUF como sí lo hizo Peñarol en 2023, barajó la idea mediante algunos integrantes de la directiva. Finalmente, dejó el asunto en manos de Alonso, explicó el presidente, que centró su disconformidad en el árbitro VAR del clásico, Antonio García, quien sería sancionado, pero hoy viajará a Paraguay para dirigir por Copa Sudamericana, según pudo saber Ovación: “Apostamos a la sabiduría e inteligencia política del presidente de la AUF. Él sabrá los cambios que tendrá que hacer, pero, como dice algún compañero: si seguimos haciendo lo mismo, vamos a tener los mismos resultados”.

Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

A propósito de esto último, en Nacional entienden, aque “los reiterados, sucesivos e impactantes” errores arbitrales terminan “distorsionando el desarrollo de una legítima competencia deportiva”, dice la carta. Basan parte de su argumento en el hecho de que al equipo no le cobran un penal clásico a favor desde mayo de 2016. Sin embargo, al ser consultado, Balbi no sugirió que sea por “mala intención”, sino que habló de “capacidad”.

También hubo tiempo para el cruce de opiniones y mientras los camarógrafos se desesperaban porque su ángulo no fuera obstruido por los brazos de los entrevistadores, la charla se centró en el momento en que el presidente de Peñarol, Ignacio Ruglio, declaró ayer por la tarde que Nacional había “incumplido con el protocolo” de seguridad durante el operativo clásico al demorar en su salida del hotel rumbo al Campeón del Siglo y lo mismo al retirarse del estadio.

“Mañana lo llamo a Nacho y le explico cómo funciona”, chicaneó Balbi, que le atribuyó la responsabilidad a Peñarol, dijo que Nacional “se ajustó al protocolo” y vinculó el atraso a la falta de “precaución necesaria” de parte de las autoridades para disuadir a los hinchas que se arrimaron hasta el hotel a realizar un banderazo. “Quedó demostrado que no pueden organizar un partido con hinchada local. La posición altruista de Nacional de renunciar a usar nuestro derecho de locatario en el Parque Central nos dio la razón. El estadio natural para jugar los clásicos es el Centenario”.

Es año de elecciones en el tricolor, los dirigentes defienden su gestión, salen al cruce si es necesario y esta vez eligieron no quedarse callados.