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El niño incrédulo, los mil pedidos de fotos y un legado: así fue la tarde de Marcelo Bielsa en el Capurro

El entrenador de la selección de Uruguay fue a ver el partido entre Fénix y Peñarol y se robó toda la atención de los más chicos, pero también de jóvenes y adultos.

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Ya dejó de ser una novedad y se transformó en una particularidad, pero la presencia de Marcelo Bielsa en los diferentes escenarios del fútbol uruguayo no hace más que reafirmar que no vino a Uruguay de paseo y que además de su distintivo sello futbolístico, quiere dejar algo más en la gente y sobre todo, en los más chicos.

El Loco volvió a decir presente en un partido y este martes se fue al Parque Capurro, donde Fénix enfrentó a Peñarol. Llegó con el encuentro ya iniciado junto a Jorge Giordano —director de selecciones nacionales— y ambos se ubicaron en la tribuna principal. Minutos después se sumó Marcelo García —presidente del Consejo Juvenil de la AUF— y ante la atenta mirada del público local observaron las incidencias de un encuentro que por lo mostrado por los dos equipos, seguramente se haya convertido en un dolor de ojos para el DT rosarino.

El entrenador de la selección de Uruguay hizo gestos, habló con Giordano y con García, y jamás dejó de observar la cancha. “Mirá, está Bielsa ahí”, decían.

Mientras tanto, un funcionario de Fénix le acercó al argentino una bebida hidratante ya que el sol pegaba fuerte y la temperatura superaba los 30°. Pero hubo algo que marcó la escena: el respeto. Nadie se acercó a Bielsa hasta que Esteban Ostojich pitara el final de la primera parte.

Marcelo Bielsa en el Parque Capurro.
Marcelo Bielsa en el Parque Capurro.
Foto: Estefanía Leal.

Y a partir de ese momento, Capurro fue una locura. “Marcelo, ¿una foto?”. El argentino de 68 accedió a todos y cada uno de los pedidos y hasta incluso, tuvo varias charlas con veteranos, jóvenes y niños, quienes se desesperaron por capturar ese momento especial.

Un grupo de chicos vestidos con camisetas de Fénix, Uruguay y varios clubes internacionales, optó por una especie de interrogatorio a Bielsa. La primera consulta fue preguntarle quién era su ídolo. El entrenador contestó: “Yo no tengo ídolo”, antes de preguntarle en tono de broma: “¿Pero vos sos periodista?”. Y uno de esos gurises no quería terminar el momento. Fue por más: “¿Cómo te sentís?”. El rosarino, descolocado, replicó: “¿Y vos?”. El pequeño contestó: “Re bien, excelente”. Ante esa respuesta, el Loco agregó: “Yo re bien, excelente”.

Con mucha alegría, los pequeños dejaron su lugar a más personas que deseaban una foto con Bielsa y el argentino no dejó pasar la oportunidad para darle un consejo a un niño, aunque no sin antes preguntarle primero y entre risas si se haría de Newell’s —su equipo— a cambio de una bicicleta o alfajores: “Te voy a decir una cosa. Te ofrezcan lo que te ofrezcan vos sos de Fénix para toda la vida, pero lo que te ofrezcan eh. Ni Newell’s, ni alfajores, ni bicicletas, nada. Arriba Fénix”.

Pero había más, unos minutos después de comenzado el segundo tiempo, otro niño que estaba junto a su padre pegado al alambrado de la tribuna principal del Parque Capurro, se acercó al entrenador de la Celeste.

Primero se ubicó unos escalones más abajo y como de reojo, mirando lo que pasaba en la cancha, cuando el partido se frenó, se le presentó al argentino y con celular en mano mantuvo un corto diálogo con Bielsa, que fue el encargado de sacar la foto.

Incrédulo, sonriendo y con la mano en la boca como quien no acredita lo que había pasado, el niño corrió más de 50 metros para volver a su lugar —contra el alambrado— y mostrarle el celular a su padre con esa foto que tanto buscó.

Marcelo Bielsa en el Parque Capurro con juveniles de Fénix.
Marcelo Bielsa en el Parque Capurro con juveniles de Fénix.
Foto: Enrique Arrillaga.

El fenómeno Bielsa ya se transformó en una locura. El argentino revoluciona la escena en cada cancha que visita. Ya se metió a los uruguayos en el bolsillo por su forma de ser, pero también por su forma de actuar.

Humilde, sencillo y muy humano, el Loco accede a cada pedido de foto, dialoga con el público que así se lo pide y hasta brinda consejos.

Bielsa devuelve cada muestra de cariño y más allá de resultados deportivos —muy buenos hasta hora— y una idea de juego que crece viento en popa, en el contacto con el pueblo uruguayo, el rosarino busca dejar un sello, un legado.

Y no está demorando mucho en conseguirlo. El futbolero uruguayo está cada día más enamorado de Marcelo Bielsa y por ahora, los motivos sobran.

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