Redacción El País
El primer diálogo fue en el centro del campo. Los jugadores de Real Madrid reclamaron inmediatamente que la pelota entró y se convirtió en el 2-2 parcial en los penales para Atlético de Madrid.

Algunos protestaban de manera más efusiva y otros algo más tímidos, pero acompañando a los primeros, porque claro está que el objetivo era común: que el penal se anulara.

¿Cuál fue el motivo del reclamo del Merengue? Que Julián Álvarez había rematado su penal, pero le había pegado en los dos pies, algo que invalida un tanto en esa instancia porque sería dos toques y no uno solo, lo que corresponde.

Justo en el momento en el que le tocaba rematar a Federico Valverde, el árbitro polaco Szymon Marciniak lo detuvo y le intentaba explicar que algo pasaba y de hecho le estaba indicando que el VAR estaba analizando la situación.

Sin demorar demasiado, al árbitro central le confirmaron que eso era lo que había ocurrido y a diferencia de lo que alguna vez ocurrió con Martín Palermo, en este caso el penal se anuló.

Es cierto que no fue el único marrado, porque Marcos Llorente estrelló el suyo en el horizontal, pero fue una particularidad más de una serie que tuvo de todo y que terminó clasificando a Real Madrid.

Finalmente Federico Valverde remató su penal y lo convirtió, mientras que José María Giménez no disparó. El Merengue ahora se apronta para disputar los cuartos de final ante el Arsenal de Inglaterra.