De la cantera del Barcelona y la MLS a las formativas de Peñarol: las historias de Sergi Oriol y Juan Quevedo

Se sientan a dialogar con Ovación y no le hacen falta preguntas para romper el hielo. De inmediato expresan su fascinación con la hinchada de Peñarol. “En España hay una frase que dice: 'Te llevan en volandas', que significa que la afición te empuja. Y uno lo ve desde afuera pero la manera en que la hinchada de Peñarol lo vive es increíble, me pareció una cosa descomunal”, inicia Sergi Oriol, volante mixto de 21 años nacido en Barcelona, quien hace más de un mes fue fichado por la Tercera División del aurinegro.

Su amigo Juan Pablo Quevedo, extremo norteamericano de 19 años, también quedó perplejo. “Vi la final del Torneo Intermedio en el Estadio Centenario y una jugada defensiva la celebraban más que un caño; eso es muy bonito como hincha”, narra sorprendido. Y valora estar en Uruguay para incorporar una dosis más de garra a su juego. “Al final del día la necesito y no hay mejor lugar que Peñarol para poder mejorarla”.

Foto: Darwin Borrelli.

Aunque entiende que lo primordial es ser uno mismo, Quevedo se identificaba mucho con el juego que supo mostrar Eden Hazard en Chelsea, sobre todo por la gambeta. Y, a la hora de hablar de un atacante uruguayo, el exjugador del Orlando City B no tiene dudas. “En Orlando hay una cultura latinoamericana, entonces había jugadores uruguayos y brasileños. Había calidad, la competencia era muy exigente. Allá conocí a Facundo Torres, que salió de Peñarol. Lo que me sorprendía de él era cómo definía desde afuera del área, le quedaba para la zurda y era gol”, dice el jugador de la Cuarta División de Peñarol.

Respecto de las diferencias entre la MLS Next Pro y el fútbol uruguayo, Quevedo destaca los duelos físicos en el ámbito local. “Te presionan, no tienes tiempo para pensar y en un momento se pierde el partido y estás peleando ahí afuera básicamente”.

Sergi arribó al Mirasol tras finalizar contrato en junio con CF La Nucía, equipo que compite en la Tercera Federación, la quinta categoría del fútbol español, y se mostró entusiasmado con seguir conociendo el mundo Peñarol. “En España la gente que se dedica al fútbol evidentemente sabe qué club es Peñarol, pero cuando llegas aquí ves realmente lo que significa este escudo. Julio Mozzo me lo hizo sentir desde el inicio. Es el equipo más importante del país y cuando sales al campo tienes que representarlo de la manera debida”, expresa con visible emoción.

Su espejo futbolístico a nivel internacional es Frenkie de Jong, volante del Barcelona de Hansi Flick, por la función táctica que cumple. Y su admiración por ese estilo de juego no es casualidad ya que durante cinco años formó parte de la cantera del Barcelona. “Jugué desde los siete a los 13 años. Nos ponían un taxi en función de la parte de Barcelona o de Cataluña en la que vivieras y nos pasaban a buscar para ir con cuatro o cinco jugadores. Pero yo no vivía en La Masía porque esa es la residencia donde viven los chicos que son de afuera de Barcelona”.

Durante aquella etapa de formación tuvo la posibilidad de enfrentar a Gavi, una de las actuales figuras del culé, que le dejó una anécdota imborrable: “Nosotros éramos el Barcelona, entonces íbamos a los torneos y siempre ganábamos, incluso contra el Real Madrid. Después de ganarle la semifinal del Mundialito de Portugal al Benfica con un gol mío en el último minuto, jugamos la final contra el Real Betis de Gavi y nos ganaron 5-0. Fue algo muy poco frecuente y bestial. Yo fallé un penal, un compañero erró otro y, después del gran partido que hizo Gavi, el Barça lo terminó fichando”.

Foto: Darwin Borrelli.

Eduardo Juárez, representante de ambos futbolistas y miembro de la agencia Scion Sports Managment con base en Atlanta, Estados Unidos, elogia las cualidades que los distinguen: “Son muy buenos futbolistas, pero mejores personas”, manifiesta orgulloso.