Cuando el '10' se enchufa, Peñarol juega con el dos de la muestra: así fue el clásico de Leo Fernández

Había pasado poco más de media hora de partido y Peñarol perdía por dos goles. Tenía que ganar este partido en su Estadio Campeón del Siglo, pero visto el trámite el resultado final fue positivo por “la reacción”. Lo declaró el propio Diego Aguirre y también vieron todos.

Fue una reacción colectiva, pero la lideró Leo Fernández. Porque dio la asistencia para el gol de Matías Arezo, en los descuentos del primer tiempo y para el descuento del Carbonero: un centro perfecto al primer palo que el delantero desvió de cabeza.

Y convirtió el segundo con su receta favorita: recibió sobre la banda derecha, enganchó hacia el medio para zafar de la marca de Boggio y buscó el arco desde muy lejos. La pelota picó y se le metió a Mejía, de floja respuesta.

Ese gol, que fue el empate de Peñarol e hizo explotar las tribunas del Campeón del Siglo, fue una inyección anímica para el equipo y para el ‘10’, que olfateó sangre y fue por más.

A pesar de la marca constante que tuvo encima, empezó a encontrar los espacios para rematar desde afuera. Tuvo dos tiros directos con pelota en movimiento que complicaron al arquero tricolor, quien sufrió el sol de frente aunque salió al complemento con visera. Y también tuvo un tiro libre que sacudió el palo.

“Hizo un muy buen partido. En el comienzo nos costó a todos entrar en el juego, Leo fue creciendo con el partido y fue totalmente decisivo. No solamente por el gol que hizo, sino porque participó en muchas jugadas que generamos", dijo Aguirre sobre el rendimiento del '10'.

Y se ilusionó: "Es una muy buena noticia que Leo esté en un buen momento y esperemos que pueda repetir el domingo”.

Cuando Leo Fernández se enchufa, Peñarol tiene el dos de la muestra. Porque es una amenaza constante con la pelota en sus pies y genera espacios a sus compañeros. Peñarol lo necesita y también espera por él.