Fue una de las primeras cabezas que rodaron en el inicio del Torneo Apertura, pero en poco tiempo Alejandro "Turco" Apud ya estaba de vuelta. Fue Wanderers quien le abrió las puertas y sobre ese nuevo desafío, los problemas que ve en Danubio y el cese tempranero de algunos entrenadores habla en esta entrevista.

-¿Deseabas volver a dirigir?

-Sí, en mi casa pasan dos semanas y ya me quieren echar rápido, je. Me entra la ansiedad y es mejor que esté trabajando. Además, yo vivo de esto. Necesito trabajar y cuanto más tiempo esté, mucho mejor. No soy un entrenador que tenga US$ 10 millones; tengo que remarla y salir a pelearla todos los días. El estrés del entrenador es grande y a veces necesitás de una pausa, pero, en mi caso, no me puedo dar ese lujo mucho tiempo.

-¿El tiempo te dio la razón en que no eras el problema de Danubio?

-Te soy sincero: nosotros armamos el plantel, por supuesto de acuerdo a las posibilidades económicas que tenía Danubio, y me preocupa que hoy no esté funcionando. Teníamos una fe bárbara. No te digo para salir campeones, pero con esos jugadores podíamos por lo menos armar un equipo para estar entre los ocho. Nos sacaron muy al inicio del campeonato, entonces no es fácil para el que viene hacer lo suyo con lo que armamos nosotros y lo que quiere toda la hinchada, que te exige todo el tiempo.

Estefania Leal/Archivo El Pais

-Hay quienes dicen que la hinchada está metida. ¿Tiene jugadores?

-Es normal hoy en el fútbol uruguayo... Es algo que se trajo de Argentina y que se impuso en Danubio. Creo que en Peñarol y en Nacional también existen. Es realmente un problema y nosotros como entrenadores lo sufrimos. Son cosas que tenés que saber manejarlas muy bien. El presidente (Arturo del Campo) también está lidiando con cosas difíciles. El club perdió mucho tiempo desatendiendo a juveniles mientras otros crecieron y mejoraron.

-Hablemos de Wanderers. ¿Cuál es el objetivo real de este año?

-Mi objetivo es sacarlo de la situación en la que está hoy, que es último en el campeonato y con riesgo de entrar en zona de descenso. Si esto nos lleva a clasificar a una Copa, mucho mejor, pero no es el objetivo principal. Además, me gustaría que tuviera una identidad futbolística y que la gente se sienta identificada con los jugadores. En el camino veremos qué sucede.

-¿Tenés algún anhelo personal?

-Mi anhelo personal es que mis equipos jueguen como entrenamos. Que sean equipos que a la gente les gusten y que vean que el que está en la cancha es un equipo mío. Eso me gustaría.

Foto: @mwfc_oficial.

-¿Es cierto que no tenés buen feeling con los jugadores?

-No es así. De hecho, recibí llamados de varios para saludarme por este nuevo trabajo. Muchas veces, la exigencia que tratamos de imponer hace que les cueste un poquito, pero después que nos conocen los jugadores nos agradecen. Trabajar con seriedad e intensidad también los ayuda a ellos como profesionales. El futbolista es muy especial y su contexto hace que a veces no tenga claridad para valorar a la gente que trabajó con ellos. Tienen influencia de todos lados.

-¿Hay una cultura desmedida por cesar a entrenadores a la primera de cambio en Uruguay?

-Es en todos lados. Lo que sí veo es que últimamente se ha agravado la situación. En este año han salido técnicos a los tres, cuatro partidos. A mí, por ejemplo, me sacaron sin haber perdido; a Darío (Rodríguez) le dieron tres partidos y el Chino Navarro iba segundo en el campeonato. Están pasando cosas que ya no tienen tanto que ver con que el equipo esté mal. Es muy difícil y no entendés lo que está pasando. También hay una cosa que se da en los clubes más populares y es que las redes sociales y la parte mediática hacen que los dirigentes a veces se sientan muy influenciados y tomen decisiones apresuradas, como sacar a un entrenador tan rápido.

Estefania Leal/Archivo El Pais

-A ver si entiendo... ¿Decís que las redes han sacado técnicos?

-Sí, sí. Yo soy uno.

-¿Y hay algún equipo al que no dirigirías?

-No, no; yo vivo de esto. Aparte, estoy recontraagradecido con todos los equipos que me dieron trabajo.