AURINEGROS
A comienzos de abril el volante venía teniendo un muy buen partido ante Liverpool, pero desde que ejecutó un penal que no debió tirar y fallarlo casi no ha jugado.
La vida se trata de tomar decisiones y en general es en ese punto en donde se abren los caminos del destino. La correcta lleva a buen puerto, pero la incorrecta significa al menos que el recorrido hacia el éxito se haga más largo. En cierta manera esto fue lo que le ocurrió a Agustín Álvarez Wallace el pasado 9 de abril y que marcó su andar en Peñarol.
Aquel sábado en el estadio Campeón del Siglo el aurinegro recibió a Liverpool por el Torneo Apertura. Mauricio Larriera, técnico mirasol, decidió utilizar una integración alternativa, con muchos habituales suplentes, pues tres días después lo esperaba un importante compromiso en ese mismo escenario ante Olimpia de Paraguay por la Copa Libertadores.
Entre los que estuvieron en la formación inicial se encontró Álvarez Wallace para hacer doble cinco con Rodrigo Saravia, conformando una mitad del campo de baja edad: 21 años cada uno. Agustín empezó muy bien, jugando a muy buen nivel, con un ritmo infernal e incluso generando alguna llegada peligrosa en los minutos iniciales. Eso le dio confianza y terminó jugándole en contra.
A los 44 minutos y luego de la intervención del VAR, Peñarol dispuso de un penal. El partido estaba 0-0 y la posibilidad de irse al descanso con tranquilidad era inmejorable. Según explicaría luego el técnico, el encargado de ejecutarlo era Lucas Viatri, quien esa tarde además fue el capitán del equipo. Sin embargo, llamó la atención que quien tomó la pelota y se paró detrás de ella para realizar el disparo fue Álvarez Wallace. Fue una decisión (en la doble acepción de firme voluntad y toma de opción) terrible.
El joven mediocampista remató suave y a media altura y el arquero Sebastián Britos le contuvo el disparo. Eso en un Peñarol que ya venía (y siguió) de fallos desde el punto blanco no debería haber sido determinante, pero sí parece haberlo sido el hecho de que no era el ejecutante designado, pues ese casillero lo ocupaba Viatri.
La cuestión fue que finalizado el partido quedó de manifiesto la molestia de Larriera con lo ocurrido, quien no obstante quiso ponerle paños fríos. "La situación que se dio se solucionó en el entretiempo, sobre todo porque el que ejecutó no debería haberlo hecho, que fue Álvarez Wallace. Igual es un jugador al que le doy un gran valor", declaró. Sin embargo, al repasar qué ocurrió con el futbolista en los partidos siguientes el final de esa "solución" no fue feliz al menos para Álvarez Wallace.
Desde ese fatídico momento de aquel 9 de abril el joven mediocampista solo ha jugado 43 minutos de los 586' que disputó Peñarol: los 34' que se mantuvo en campo luego de fallar el penal en el agónico triunfo 2-1 sobre Liverpool hasta que a los 78' lo sustituyó Ruben Bentancourt y los 9 minutos finales en la victoria 1-0 sobre Montevideo City Torque al reemplazar a Damián Musto.
No tuvo participación en el 2-1 a Olimpia por Libertadores, en el 0-0 con Cerrito, en el 0-1 con Cerro Porteño, en el 0-1 con Olimpia ni en el 1-0 a Wanderers del último fin de semana. Incluso más: estuvo en el banco en los partidos de Copa, pero en ninguno por el certamen local.
¿Casualidad o causalidad? Parece más esto último, porque en los seis partidos anteriores al juego con Liverpool había ocupado un lugar entre los relevos e incluso había ingresado al campo en tres de ellos.
¿Tendrá Álvarez Wallace su revancha con Larriera? Seguramente, pero por ahora ha perdido puntos en la consideración del técnico y pie en el equipo de Peñarol, porque los titulares son Walter Gargano y Musto, el primer suplente es Saravia y hasta ha jugado Pablo Ceppelini en el doble cinco, bajando unos metros para que Pachi Carrizo ocupe el puesto de medio punta.