Redacción El País
De cara a la 11a ronda del Consejos de Salarios —en la que se convocarán 185 mesas, que comprenden a 745.000 trabajadores del sector privado—, el Poder Ejecutivo presentó este jueves los lineamientos para las remuneraciones para los próximos dos años. Se anunció cómo será el esquema de aumento diferenciado según el nivel de ingreso, estructurado en tres franjas, y cuál es la expectativa del gobierno para cada una de ellas.
Los Consejos de Salarios —en los que participan empresarios, trabajadores y el gobierno— se realizarán tras el vencimiento de los convenios de 166 mesas, lo que también sucederá con otras 19 entre julio y diciembre.
La primera de las tres franjas comprende a los salarios que van hasta los $ 38.950 nominales —previo a los descuentos. El porcentaje de ajuste será de 6,9% en el primer año, y de 6,3% en el segundo.
La segunda franja corresponde a las remuneraciones que van desde los $ 38.951 a $ 165.228, para las que en el primer año acumularán un ajuste de 5,8% y en el segundo de 5,1%.
Por último, la tercera franja incluye los salarios mayores a $ 165.229, con un ajuste acumulado de 4,5% el primer año y 4,4% en el segundo.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo, indicó que el primer tramo comprende al 30% de los asalariados, el segundo al 64% y el tercero al 6%.
Castillo, además, indicó que la idea es que en un plazo máximo de 90 días “se puedan alcanzar los acuerdos máximos”. Luego, dijo el ministro, se deberá “discutir” el pagó de la “retroactividad” de los salarios en las empresas, lo que “genera otro tipo de problema y normalmente es motivo de preocupación”.
Los tres niveles “tienen una lógica”, indicó, y explicó: “La prioridad es el empleo —que se mantenga y crezca la generación de trabajos dignos— y el crecimiento de los salarios más bajos —porque estamos discutiendo mejorar el poder adquisitivo”.
Por otra parte, el subsecretario de Economía y Finanzas, Martín Vallcorba, aseguró que los lineamientos del Poder Ejecutivo son “consistentes” con la “meta de inflación” que definió el gobierno y que “priorizó y estableció como un compromiso central” el Banco Central del Uruguay: “Trabajar para mantenerla” en un nivel “bajo y estable con una meta 4,5%”.
Vallcorba, a su vez, indicó cuál será el “aumento del salario real acumulado en los dos años” para las distintas franjas. La primera tendrá un incremento de 4,2%, la segunda de 2% y, “cuando se considera el promedio ponderado del conjunto de los trabajadores” de las tres, de 2,3%, señaló.
En el Consejo Superior Tripartito el Poder Ejecutivo, por otra parte, puso sobre la mesa algunas iniciativas no salariales.
Una de ellas —según un documento del gobierno— es la promoción de la “integración de cláusulas de igualdad y no discriminación en el acceso, ascenso y sostenibilidad de las personas en sus puestos de trabajo”. Así como el “fomentar la valoración de puestos de trabajo sin sesgo de género”, y “promover espacios saludables, atendiendo a propuestas de salud mental”.
Otra propuesta es “articular con el Sistema Nacional Integrado de Cuidados propuestas que promuevan la corresponsabilidad social de los cuidados (horas para cuidados y licencias especiales, considerando el ciclo de vida, de forma remunerada)”.
Tras le reunión, el representante de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, Juan Mailhos, planteó que quedan “dudas” a “situaciones que están vinculadas a qué se consideran salarios nominales”, de qué manera se van a hacer los correctivos y la “dinámica” de los lineamientos.
Ante la consulta de si se está muy lejos de lo que pretendían los empresarios, respondió: “No sabemos si estamos lejos o no. Impactan un poco el nivel de los aumentos previstos y lo que nos preocupa es que es una fórmula demasiado homogénea y nos genera la duda cómo se va a plantear ante la heterogeneidad de las empresas, sobre todo de distinto tamaño”.
El Centro de Estudios de Desarrollo publicó en la tarde del jueves un informe sobre los lineamientos. Allí criticó: “La pérdida de empleo entre 2015 y 2019 no fue homogénea entre los distintos tipos de ocupaciones, sino que afectó principalmente a aquellas de menor calificación. Dada su baja productividad, los aumentos reales encarece especialmente el costo de estos trabajadores, lo que puede derivar en la destrucción de empleo en los sectores más vulnerables de la economía”.
En esa línea, entendió “necesario actuar con prudencia en los aumentos previstos para la primera franja, que comprende justamente a los trabajadores de menor productividad”. “El objetivo debe ser evitar que la mejora salarial se traduzca en una pérdida de puestos de trabajo”, concluyó.
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