Por Pía Mesa

Con anterioridad al 1° de marzo de 2005, el Poder Ejecutivo solicitará alSenado la venia correspondiente para designar miembros comunes en los directorios de Ancap y UTE. Esa propuesta, con la que se buscaba dar los primeros pasos hacia una posible fusión entre ambas estatales, formaba parte del proyecto de ley de Rendición de Cuentas del año 2002, pero la polémica que generó en su momento, llevó a que finalmente se retirara. Tanto el ministro de Industria de ese entonces, el nacionalista Sergio Abreu, como el presidente de UTE de ese entonces, Ricardo Scaglia, se opusieron a la iniciativa y coincidieron en que debía mantenerse la autonomía absoluta de cada ente.

Más de 10 años después, la posibilidad de fusionar ambas empresas está más vigente que nunca. Los cambios que atraviesa el mundo en términos energéticos, la agenda global de combate al cambio climático, la segunda transición energética a la que se enfrenta Uruguay, así como los cambios en los cometidos y las tareas de las principales empresas energéticas del país, han llevado a que la posibilidad de una fusión entre ambas empresas vuelva cobrar relevancia.

Si bien la idea no está actualmente sobre la mesa de análisis de ninguno de los dos entes, tanto el sector privado, como el ministro de Industria, Omar Paganini y algunas autoridades del directorio de UTE y Ancap, coinciden en que la sinergia de las dos empresas estatales debe ser mayor, sobre todo teniendo en cuenta el escenario actual de diversificación energética.

¿Por qué una fusión entre UTE y Ancap? ¿Cómo se implementaría? ¿Es realmente viable? Sobre esto, el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, dijo a El País que la fusión entre ambas empresas “no solo no es descabellado” de pensar, si no que además “es lo más conveniente, lo más razonable y lo más natural: debería ocurrir”, sentenció.

Para el jerarca, el hecho de que Ancap y UTE compartan el mismo dueño —el Estado uruguayo— implica que “gran parte del problema”, al pensar en una posible fusión, estaría resuelto.

Archivo El País

“El proceso (de convertir a UTE y Ancap en una única empresa) no sería diferente al proceso de fusión por adquisición que hemos visto en otras empresas del mundo, vemos (en el sector) corporaciones que se compran unas a las otras o que se unen en joint venture (empresa conjunta que trabaja en pos del mismo objetivo) y empiezan a tener un gobierno único”, explicó Stipanicic.

No obstante, el presidente de Ancap manifestó que por el “choque de culturas” que se puede dar entre “las dos empresas públicas más grandes del mercado uruguayo”, es conveniente que el proceso de fusión “sea largo” y que comience con la gobernanza.

Sobre este punto explicó: “La verdad es que da lo mismo ser director de una empresa o de la otra, mientras el directorio tenga el rol de gobierno, de director y no un rol de gerente. En ese caso, no es descabellado pensar que en la próxima administración, el presidente de una empresa sea el vicepresidente de la otra, que se crucen, que en un futuro haya más directores en común y que en algún momento tengamos un directorio entero en común”, indicó el jerarca.

Estefania Leal/Archivo El Pais

A su entender,sería conveniente terminar con “una empresa sola, coordinada, de energía, porque en definitiva UTE es una empresa de energía eléctrica y Ancap es una empresa de energía múltiples, es decir que son las dos empresas de energía y por eso tiene mucho sentido que empiece a haber un horizonte común en el futuro”, detalló el presidente de Ancap.

No es descabellado pensar que en la próxima administración, el presidente de una empresa sea el vicepresidente de la otra, que se crucen.

Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap

Por su parte, el director de UTE por el Partido Nacional, Felipe Algorta, dijo a El País que “no es para nada” descabellado pensar en una fusión entre UTE y Ancap y coincidió con Stipanicic en cuanto a que dado que las dos empresas son de energía, están preparadas para fusionar en una compañía única. “El intercambio con Ancap es permanente. Hay proyectos como los del hidrógeno verde en los que Ancap tomó la posta, pero UTE perfectamente podría encarar esos proyectos también, sin precisar de Ancap”, indicó.

Según Algorta si bien será “el futuro el que se encargue de definir si puede haber una fusión o no”, como ocurrió en su momento con la separación de Antel y UTE, “no es una locura pensar en que mañana las dos empresas más importantes de energía del Uruguay se puedan fusionar. La realidad es la que va a marcar si la eficiencia lo amerita”, manifestó.

No obstante, dijo que Uruguay “es un país muy conservador”, por lo que plantear este tipo de temas “revolucionan todo”. En este sentido, dijo que hoy no es un tema que se analice a la interna del directorio, pero sí señaló que es un planteo razonable.

“No veo a Ancap y a UTE compitiendo entre sí, los veo organizando nichos y siendo complementarios. Necesitamos adaptarnos a la velocidad de las necesidades, no a los ritmos burocráticos”, concluyó Algorta.

STIPANICIC: "CHOQUE DE CULTURAS".

“Sería un choque de culturas entre dos grandes empresas, una más monopólica que la otra. Es decir, el monopolio de UTE es natural y el de Ancap es legal, es un monopolio que está enfrentado a los vaivenes del mercado, pero las dos empresas estatales tienen algún punto de estructura monopólica”. Por tanto, para pensar en una posible fusión, “esas cosas se van resolviendo desde la cabeza y creo que sobre todo, a nivel de la gobernanza. La fusión entre UTE y Ancap sería un proceso largo y tendría que empezar con directores de una empresa que participen en el directorio de la otra. Yo como presidente de Ancap, he asumido circunstancialmente el directorio de Antel. No es descabellado pensar en que los directores puedan participar en más de una empresa pública a a la vez”.

ALGORTA: "NO CREO QUE SE COMPITA".

“No creo que se llegue a un nivel de competencia (por mismos productos de energía) entre Ancap y UTE. En todo caso, me imagino dos empresas organizando los nichos de mercado. De hecho, el Ministerio de Industria le encomendó a Ancap que liderara el proyecto de hidrógeno verde y si lo hizo, fue por una línea estratégica de saber que los combustibles fósiles van a terminarse y por tanto, de pensar en qué alternativas tiene Ancap para seguir adelante. Creo que ese fue el razonamiento y creo que ahí hay un mandato explícito del Poder Ejecutivo. Lo mismo tendrá que hacer UTE, y de hecho lo está haciendo con las distintas realidades de la tecnología y del mercado. El desarrollo de la movilidad eléctrica es un ejemplo claro”.