Redacción El País
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer lunes una orden ejecutiva que obliga a Washington DC y otras ciudades a eliminar la fianza sin efectivo para sospechosos arrestados.
“Le estamos poniendo fin”, dijo Trump sobre la fianza sin efectivo, e instruyó a la fiscal general, Pam Bondi, a identificar jurisdicciones del país que tienen políticas de este tipo para “revocar subvenciones federales”.
La medida anunciada por Trump se centra, principalmente, en la capital del país que cuenta con una fianza sin pago desde 1992 y que permite a los jueces liberar personas sin pagar por su libertad si consideran que los delitos cometidos no conllevan un riesgo significativo.
La nueva orden ejecutiva llega 15 días después de que Trump tomara el control federal del Departamento de Policía Metropolitana de Washington DC argumentando que el crimen se encuentra “fuera de control” e impugnando las cifras oficiales que aseguran que la capital presenta el índice de homicidios más bajo en las últimas tres décadas.
Además, el presidente firmó ayer lunes otra orden ejecutiva para que los manifestantes que quemen una bandera de Estados Unidos sean enviados a prisión durante un año.
Unos 2.000 agentes de la Guardia Nacional han sido desplazados en las calles de Washington DC y desde podrán patrullar armados.
Choque con demócratas
El presidente amenazó el domingo con desplegar la Guardia Nacional en otro bastión demócrata, la ciudad de Baltimore, Maryland, con el fin de ampliar su ofensiva contra la delincuencia y la inmigración. Esto ha suscitado la ira de dirigentes demócratas, incluido el gobernador de Maryland, Wes Moore.
En junio, el presidente ya había ordenado el envío de casi 5.000 soldados a Los Ángeles, en principio para sofocar las protestas contra las redadas antiinmigración. La medida había desencadenado una feroz oposición del gobernador de California, Gavin Newsom, considerado como un posible candidato presidencial demócrata para 2028.
Medios en Estados Unidos también han informado que el gobierno federal además tiene entre sus planes un despliegue sin precedentes de miles de efectivos de la Guardia Nacional en Chicago.
La disputa del presidente con el gobernador de Maryland se ha intensificado esta semana. Moore criticó a Trump por sus despliegues de tropas y Trump le respondió tildándolo de “desagradable” y amenazando con revocar los fondos federales para ayudar a reparar un puente derrumbado.
El domingo, Moore declaró a CNN que había invitado a Trump a recorrer juntos las calles de Baltimore con el fin de dejar en claro “esta dichosa ignorancia, estos clichés y estas tácticas de miedo de los años 80” utilizadas por el presidente.
“Oye, Donald, podemos conseguirte un carrito de golf si eso facilita las cosas”, ironizó.
“Preferiría mucho más que (Moore) limpie este desastre antes que irme de paseo”, contestó el presidente.
Moore replicó asegurando que la tasa de homicidios en Maryland disminuyó más del 20% desde que es gobernador. “La última vez que (...) fue tan baja en la ciudad de Baltimore yo aún no había nacido”, indicó el dirigente de 46 años.
Trump dijo el viernes que Chicago y Nueva York, importantes ciudades lideradas por gobernadores demócratas, recibirían tropas de la Guardia Nacional como ya lo ha hecho Washington.
“Vamos a hacer nuestras ciudades muy, muy seguras”, declaró en la Casa Blanca. “Creo que Chicago será la próxima y luego ayudaremos con Nueva York”.
El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, y el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, ambos demócratas, rechazaron rotundamente la idea.
“Donald Trump y los republicanos MAGA (por el movimiento Make America Great Again de Trump) intentan presentar a su partido como un partido de ‘ley y orden’”, publicó Pritzker en X. “Está lejos de la realidad”, apuntó, y señaló que en 2024 Chicago registró 573 homicidios, 8% menos que el año anterior. EFE, AFP
“No me gustan, no soy un dictador”
El presidente Donald Trump sostuvo ayer que no es “un director”, aunque reconoció que tal vez a muchos en Estados Unidos les gustaría tener a uno. Trump habló luego de firmar órdenes que endurecen la represión federal en Washington y para procesar a quien queme la bandera del país.
En un evento en el Despacho Oval, Trump se quejó de que ni los medios ni sus críticos le reconocen suficiente mérito por su ofensiva contra la delincuencia y la inmigración, ahora respaldada por la Guardia Nacional. “Dicen: ‘No lo necesitamos a él. Libertad, libertad. Es un dictador. Es un dictador’. (Pero) mucha gente dice: ‘Quizás nos guste un dictador’”, comentó Trump. Luego matizó: “No me gustan los dictadores. No soy un dictador. Soy un hombre con gran sentido común y una persona inteligente”. Trump firmó una orden que endurece los procesos para quienes quemen la bandera de EE.UU.
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