La guerra en Ucrania cumple hoy domingo tres años y medio sin que Rusia parezca interesada en poner fin a los combates. Su principal argumento en las negociaciones de paz es precisamente que la victoria está a la vuelta de la esquina, algo que refutan los escasos éxitos cosechados por el ejército ruso en la actual batalla por el control de Donetsk, aunque sí está avanzando en el terreno.
Según la prensa estadounidense, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró hace una semana en Alaska a su homólogo de EE.UU., Donald Trump, que Moscú puede conquistar en breve todo el Donbás. También es verdad que el ejército ucraniano, lastrado por una crónica falta de hombres, no tiene al día de hoy opciones de recuperar el terreno ocupado. Eso lo reconoce el propio presidente Volodímir Zelenski, quien de todas formas se niega a aceptar las exigencias territoriales del Kremlin, que significarían una capitulación.
El ejército ruso ocupa aproximadamente 115.000 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano, lo que es menos que la superficie de Grecia (131.000) o Nicaragua (130.000) y un 20 % de la superficie total del país vecino.
En realidad, un tercio de ese territorio -la anexionada península de Crimea y las zonas prorrusas de las repúblicas popular de Donetsk y Lugansk- ya las controlaba antes de iniciar su campaña militar el 24 de febrero de 2022. En el caso del Donbás, Moscú controla hoy unos 46.500 kilómetros cuadrados, con lo que le faltarían unos 6.500 kilómetros cuadrados en Donetsk para dominar toda la región, escenario de la sublevación prorrusa en 2014. Además, las tropas rusas han tomado más de 400 kilómetros cuadrados en las regiones norteñas de Járkov y Sumi con el objetivo, según Putin, de crear una franja de seguridad.
Mientras, los ucranianos perdieron el control en mayo del trozo de territorio que tomaron en agosto de 2024 en la región rusa de Kursk, que llegó a alcanzar 1.400 kilómetros cuadrados. Los analistas creen que a este ritmo al ejército ruso le llevará aún muchos meses sólo acercarse a las plazas fuertes del norte de Donetsk, mientras Zelenski estima “en cuatro años” lo que necesitará Moscú para tomar el tercio de la región bajo control ucraniano. “Las historias de que van a ocupar nuestro Donbás para finales de año no son más que cháchara”, dijo.
El pesimismo cunde entre los expertos de uno y otro bando sobre una pronta paz. Pronostican que lo más probable es que los combates continúen en 2026, ya que Putin no tiene intención de reunirse con Zelenski, a no ser que sea para negociar la rendición.
A pesar de que el término de la guerra se ha alejado, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) no cesan sus esfuerzos por acercar a las partes y que se logre algún tipo de acuerdo o alto al fuego. La cumbre en Alaska había generado muchas expectativas de avances, pero no se correspondieron a la realidad, con un Putin que, mientras dice querer la paz, sigue avanzando con sus tropas en terreno.
No entregará tierras
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo, en un mensaje por el día de la bandera ayer sábado, que no entregará el territorio ucraniano al ocupante.
“Esta bandera es la meta y el sueño de muchos de nuestros compatriotas en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania. Y ellos la protegen, la mantienen a salvo, porque saben que no entregaremos nuestra tierra al ocupante”, dijo Zelenski en un mensaje en su cuenta de X.
La bandera, según Zelenski, da a quienes regresan del cautiverio la sensación de estar en casa y algo que les da fe a quienes viven en los territorios temporalmente ocupados.
“Esta misma bandera encarna un sentimiento de liberación para quienes rescatamos del cautiverio ruso. Cuando ven los colores ucranianos comprenden que el mal ha terminado”, afirmó.
“Esta bandera representa todo lo más preciado para cientos de miles de nuestros combatientes, hombres y mujeres de toda Ucrania, que defienden no sólo una zona en particular, no solo Vovjansk o Dobropillia, sino toda nuestra Ucrania, y que arriesgan sus vidas para conquistar el derecho a la existencia de todo nuestro estado”, reafirmó ante comentarios de que podría llegar a negociarlas.
Más presión militar rusa en el Donetsk y otras zonas
Rusia reivindicó ayer sábado la toma de dos localidades en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, intensificando la presión militar sobre el terreno, en momentos en que aumentan los esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución al conflicto. En un comunicado en Telegram, el ministerio de Defensa ruso afirmó que capturó las localidades de Sredneye y de Kleban-Byk en esta región. La captura de Kleban-Byk marca un nuevo paso hacia la ciudad de Kostiantynivka, un importante bastión en la carretera que conduce a Kramatorsk, que es a su vez un centro logístico ucraniano clave en el frente de la región de Donetsk. El ejército ruso incrementa sus avances territoriales en los últimos meses frente a unas fuerzas ucranianas menos numerosas.
Misiles de largo alcance, uso vedado
El Departamento de Defensa de EE.UU. impidió a Ucrania atacar con misiles de largo alcance estadounidenses contra Rusia para poder acercar posturas con Moscú con el objetivo de lograr un acuerdo para poner fin a la guerra, avanzó en exclusiva The Wall Street Journal ayer sábado.
Desde finales de primavera, el Pentágono ha vetado el uso de sus sistemas de misiles tácticos (ATACMS, por sus siglas en inglés) contra objetivos dentro de Rusia, según dos funcionarios al periódico. Defensa creó un “mecanismo de revisión” para decidir si las fuerzas ucranianas podían utilizar estas armas, previa solicitud, para atacar a Moscú. Esta decisión afecta tanto a las armas de largo alcance fabricadas en EE.UU., como a aquellas suministradas por aliados europeos que dependen de tecnología estadounidenses.
De esta manera, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, tiene la última palabra en los ataques con ATACMS, que tienen un alcance de unos 300 km. Hace unos días, el presidente Trump cargó contra su predecesor, Biden, por frenar la capacidad de ataque de Kiev. Trump criticó a Biden por no otorgar a Ucrania recursos para responder a la invasión de Rusia con ataques sobre territorio ruso.
EFE, AFP/ Moscú, Kiev, Berlín