AFP, EFE
Mokgweetsi Masisi, el presidente de Botsuana, amenazó con "regalar" 20.000 elefantes a Alemania como protesta ante la prohibición de introducir trofeos de caza al país europeo.

Masisi, en declaraciones al diario Bild, indicó que él ve los paquidermos y la caza controlada de estos como un recurso económico que además impide que aumente exorbitantemente el número de elefantes con peligro para la población.

Ahora, según el mandatario, la ministra de Medioambiente alemana, Steffi Lemke del partido Los Verdes, quiere prohibir el ingreso de trofeos.

"Si Los Verdes y Lemke saben más de todo que los demás, tienen que mostrar entonces cómo se convive con elefantes. Propongo enviar 20.000 elefantes salvajes a Alemania, no es un chiste", declaró Masisi, quien sostiene que en la actitud de Los Verdes hay tendencias racistas.

El gobernante del país africano apuntó que su territorio cuenta con más de 130.000 elefantes, la población crece anualmente en 6.000 y han donado miles de animales a países vecinos como Angola y Mozambique. "Queremos hacer una oferta similar a Alemania y no aceptaremos una respuesta negativa", afirmó.

Foto: EFE

Una vocera del Ministerio de Medio Ambiente de Alemania aseguró este miércoles que actualmente no hay ningún plan a nivel nacional, aunque sí a nivel europeo, sobre restricción de importaciones de trofeos de caza.

"En la Unión Europea (UE) llevamos a cabo discusiones con el objetivo de ampliar la exigencia de permisos de importación a otros trofeos de caza de animales protegidos", dijo a la AFP el martes. Al ser Alemania uno de los mayores importadores de trofeos de caza en la UE, tiene "una responsabilidad particular", añadió.

Lo que se estudia es ampliar la lista de especies protegidas, lo que no cambiaría nada en el caso de los elefantes, que ya están calificados como tales.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores, en tanto, manifestó que de momento no hay ninguna acta sobre donación de elefantes de Botsuana a Alemania.

En 2019, Botsuana levantó la prohibición total de caza —instaurada cinco años antes— para reducir la baja de la población de elefantes y otras especies. Este levantamiento de la prohibición causó furia entre defensores del medio ambiente. El país decide cada año una cuota de animales que pueden ser cazados, una actividad que constituye una fuente importante de ingresos locales.