El triunfo de la derecha en Alemania es cónsono con lo que está ocurriendo en otros países del Europa, pero ahora esa tendencia se profundizará más con esta fuerza en el poder en la mayor economía europea.
Estas elecciones generales germanas ocurren cuando las negociaciones de la Unión Europea (UE)-Mercosur están entrando -según los análisis más auspiciosos- en un punto de inflexión a favor de su concreción, a pesar de los esfuerzos de Francia de formar una coalición de bloqueo. En este contexto, El País conversó con Ignacio Bartesaghi, director del Departamento de Negocios Internacionales de la Universidad Católica (UCU), quien comparte su visión sobre qué puede pasar con el tan esperado acuerdo.
- ¿Cómo puede incidir la victoria de Friedrich Merz en la Unión Europea y en la relación de ese bloque con el Mercosur?
- Uno podría decir que la coalición que se está generando en Alemania podría ser menos europeísta y que podría generar más choques con la Comisión Europea y sus políticas, aunque dependerá de la posición de la coalición que forme Merz. Con respecto al Mercosur, una coalición del partido de Merz con el partido Verde o con el partido de extrema derecha (aunque esta última opción ha sido negada por los electos), podría jugar en contra de un Scholz que apoyaba más las decisiones de la Comisión Europea. La nueva coalición alemana, una vez se termine de consolidar, seguramente tendrá otra visión, porque su foco va más a los aspectos nacionales, a atender las demandas de una sociedad que claramente pide un cambio de rumbo y todo lo otro que se venía haciendo -como el acuerdo con el Mercosur- empezará a tener menos importancia, incluyendo también algunas otras políticas de la Comisión Europea. Yo creo que ahí hay una señal bastante clara de hacia dónde va Alemania.

- ¿Estas elecciones ponen en evidencia que la población busca soluciones a sus problemas en partidos opositores, como ‘voto castigo’?
- Sí, es un cambio que se viene dando en otros países de la Unión Europea, un fenómeno que hay que observar con mucha atención. Evidentemente, no se están contemplando los intereses de las sociedades. En Europa hay una preocupación por la migración, el desempleo, el crecimiento económico. También hay gran preocupación por el rol que tiene Europa en los conflictos internacionales, en qué va a pasar respecto a la reconstrucción de Ucrania. Los gobernantes actuales no están ‘dando en el clavo’ a la hora de solucionar esos problemas y ahí se llega a este tipo de fenómenos. Por supuesto que Merz tiene posicionamiento distinto a Scholz en muchos temas, y ahora se suma cómo va a tener que gestionar con una extrema derecha que ya tendrá un rol mayor en el parlamento alemán. Esto es lo que estoy viendo con los resultados que hoy tenemos, hay que ver cómo se terminan dando las alianzas. Pero lo que sí veo ahora es que la visión de Merz sobre algunos temas de Europa tendrá diferencias respecto a cómo relacionarse con América Latina, o con otros países del mundo. Las políticas de Merz serán más para resolver los temas nacionales y regionales y quizás, otorgarle menos importancia a lo internacional. Vamos hacia una Alemania de más confrontación, de más diferencias con respecto al gobierno actual para afrontar asuntos sobre el rol de Alemania en Europa y cómo levantar a ese país de los problemas de competitividad que registra, con la demanda del pueblo alemán también sobre ese estar constantemente dando fondos. Hay una sociedad que pide un cambio hacia el conservadurismo, más hacia la derecha, pero también más hacia la extrema derecha.

- ¿Esto consolida el viraje a la derecha que se ha estado viendo en varios otros países europeos?
- Las extremas derechas no surgen de la nada, sino de una verdadera incapacidad de los gobiernos actuales de responder a demandas de la sociedad. Ahí hay una señal de un fenómeno que por supuesto se consagró en Italia (con Giorgia Meloni), que tiene sus particularidades en Hungría (con Viktor Orbán) y que su cada vez tiene mayor presencia en Alemania. También la tuvo en Francia, más allá de la victoria de Emmanuel Macron, porque el presidente francés quedó totalmente debilitado en la interna de su gobierno con todo lo que ha pasado con su primer ministro (N. de A.: se refiere a la dimisión del Michel Barnier del pasado diciembre y el escándalo sobre el hecho). Entonces, existe una señal clara de una Europa que cambia a partir de la demanda de otras políticas, en especial en torno al problema migratorio, que me parece que es uno de los puntos centrales. El resultado de las elecciones de Alemania no sorprende, es un golpe al canciller actual y una respuesta a crisis sociales no resueltas. Scholz no logró mostrar liderazgo, ni dar las garantías que necesita Europa en este momento tan particular de guerra en Ucrania. Evidentemente, no logró ocupar el lugar de liderazgo que dejó Angela Merkel. Hay que ver cómo pacta también el partido de Scholz, que quedó tercero, y los otros pactos que se vayan dando en las próximas semanas.
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