Redacción El País
El Congreso brasileño canceló sus sesiones de ayer martes tras el boicot que emprendieron parlamentarios de la oposición hasta que los dirigentes no pongan en votación un proyecto de ley de amnistía a los acusados por golpismo, entre los cuales está el expresidente Jair Bolsonaro.
El boicot, encabezado por los integrantes del Partido Liberal (PL), liderado por Bolsonaro, tuvo lugar en respuesta a la decisión del lunes del Suprema Tribunal Federal (STF) de ordenar la prisión domiciliaria del expresidente mientras concluye el juicio en el que es acusado de golpismo.
Los legisladores que pusieron en marcha el boicot se taparon la boca con esparadrapo en una referencia a la censura que, aseguran, el STF le impuso a Bolsonaro, que tiene prohibido transmitir mensajes en sus redes sociales o en las de terceros.
La decisión de la máxima corte de confinarlo en prisión domiciliaria se produjo luego de la publicación de un mensaje de Bolsonaro en las redes sociales de sus aliados y de la lectura del mismo durante las marchas que sus simpatizantes realizaron el domingo en varias ciudades.
El magistrado Alexandre de Moraes, instructor del proceso contra el exmandatario por golpismo, afirmó que la publicación del mensaje constituyó una violación a las medidas restrictivas que le impuso el mes pasado al presidente y que le impiden expresarse en redes sociales.
Los parlamentarios de la oposición condicionan la normalización de los trabajos en el Congreso a la votación de una serie de proyectos que llamaron el “paquete de la paz”, entre los cuales figura una amnistía que beneficie a todos los condenados o procesados por golpismo.
El “paquete de la paz” también incluye un proyecto para destituir a Alexandre de Moraes como magistrado de la Corte y una enmienda constitucional para acabar con el fuero privilegiado, para que los legisladores y expresidentes sean juzgados por tribunales de primera instancia y no directamente en el Supremo, como sucede actualmente.
Los legisladores bolsonaristas acusan a los presidentes del Senado, Davi Alcolumbre, y de la Cámara, Hugo Motta, de negarse a poner en votación estos proyectos para no enemistarse con el Gobierno de Lula.
En casa y fútbol por TV
El primer día del expresidente Jair Bolsonaro bajo arresto domiciliario estuvo marcado por muestras de apoyo político y escasas visitas.
Detenido en su domicilio en Brasilia por orden del juez De Moraes, Bolsonaro pasó el martes con su esposa Michelle Bolsonaro y viendo partidos de fútbol por televisión.
Según fuentes del diario OGlobo, Michelle lo acompañó de cerca y fue quien recibió a las visitas autorizadas. El senador Ciro Nogueira (PP-PI), exjefe de Gabinete, y sus abogados también estuvieron en la residencia del expresidente.
Según las fuentes, Bolsonaro se mostró algo desanimado durante todo el día y ni siquiera quiso ver los vídeos de la conferencia de prensa que dio la oposición anteriormente.
Autorizado por Moraes para visitar al expresidente, el senador Ciro Nogueira, ex ministro de la Casa Civil, estuvo en la residencia durante toda la tarde.
“No diré que no estaba triste, pero es una persona que todavía cree profundamente en nuestro país y en Dios. Espero que podamos superar esta situación lo antes posible”, dijo el senador al retirarse del lugar.
Imperturbable ante las medidas cautelares impuestas a su marido, Michelle recibió llamadas de aliados, quienes ofrecieron solidaridad ante la nueva fase de la crisis judicial que enfrenta Bolsonaro.
A pesar del movimiento de aliados y abogados a lo largo del día y de su desánimo, el expresidente mantuvo la televisión encendida con los partidos de fútbol, una costumbre de siempre y un refugio frecuente en momentos de presión.
La rutina de Bolsonaro ahora se adapta a las restricciones impuestas por los tribunales: lleva un monitor electrónico en el tobillo y sus comunicaciones y visitas están controladas por orden judicial.
El encuentro con Ciro Nogueira fue emotivo. Bolsonaro se alegró de reencontrarse con un aliado cercano.
Se esperan otras visitas en los próximos días: el senador Flávio Bolsonaro (PL-RJ), el diputado Sóstenes Cavalcante (PL-RJ) y el presidente del partido, Valdemar Costa Neto, ya solicitaron autorización al Supremo Tribunal Federal para reunirse con él.
Tras bambalinas, los aliados se movilizan para garantizar que Bolsonaro no quede aislado y se espera que se turnen en los próximos días para intentar acompañarlo. Políticamente, intentan contener el daño a su imagen.
El senador Flávio Bolsonaro, uno de los hijos del expresidente, señaló que la medida contra el mandatario era una “aberración jurídica” y atribuyó la decisión del magistrado Moraes a una deseo de “venganza”.
“La solución a los problemas de Brasil está aquí en el Congreso”, declaró en referencia a la ley de amnistía que promueven. EFE, OGlobo (GDA)
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