Desde el pasado viernes la flota pesquera industrial nacional se ve impedida de salir al mar desde el puerto de Montevideo, ya sus barcos no pueden cargar combustible. Estas embarcaciones utilizan gasoil marino, un combustible que solo comercializa Ancap y que hoy no se puede conseguir, a consecuencia de medidas gremiales que viene aplicando la Federación Ancap (Fancap). Así lo había afirmado el lunes la Cámara de Industrias Pesqueras del Uruguay, junto a una advertencia de posibles impactos que esta situación podía generar en el abastecimiento de pescado a la población.

La situación se da en plena Semana Santa, cuando se produce el mayor consumo de este alimento en el año. “Entiendo que la preocupación de la gente es si el Viernes Santo va a haber pescado”, reconoció Juan Riva-Zucchelli, el presidente de la cámara, que en diálogo con El País este miércoles señaló que, a pesar de la situación, el abastecimiento para esta fecha especial está asegurado.

Según explicó, se hará a través de tres vías: una es la de la pesca artesanal, que no está siendo afectada por la falta del combustible. Por otro lado estará la oferta de lo que tradicionalmente se dispone para la exportación y que, en ocasiones como esta, se destina al mercado interno. Finalmente, indicó, el abasto se dará a través de pescado importado desde Argentina.

La diferencia con otros años, señaló el presidente de la gremial, será que tal vez este viernes no haya tanta disponibilidad de pescado fresco, que deberá ser sustituido por el congelado.

Riva indicó que, en lo que respecta a la cámara pesquera, la semana está perdida. Por más que las medidas de Fancap se levanten este mismo miércoles, será imposible para los barcos salir y volver con pesca antes del fin de semana, si se toma en cuenta que cada embarcación permanece por lo menos siete días en alta mar.

Desde el viernes pasado los barcos no reciben combustible y, suponiendo que la situación se normalice el lunes con el retorno a la actividad en la órbita pública, se completarán diez días sin que los buques haya podido salir por falta de suministros. Según la Cámara Pesquera la situación afecta a más de 300 marineros y otras 1.000 personas que trabajan en la planta de procesamiento que se ven impedidos de ganar los jornales correspondientes.