Redacción El País
A un mes de que comenzara el gobierno de Yamandú Orsi, el economista Javier de Haedo hizo énfasis en la importancia del crecimiento económico después de que resultados bajos se “cargaran” dos gobiernos. Y adelantó que, si se repite la tasa de un 5% o 6%, el FA no va a ser reelecto. En tanto, el director de Opción Consultores, Rafael Porzecanski, señaló como uno de los activos del mandatario su “popularidad” y como un riesgo la “incógnita” de su “liderazgo presidencial ante un escenario de crisis”.
Así lo indicaron en el evento Un Balance Anticipado, organizado por El País, que se realizó en la mañana del miércoles en el Club de Golf y estuvo moderado por el director de Redacción, Martín Aguirre.
La importancia de que Uruguay tenga un crecimiento económico, además de para generar “oportunidades en el mercado de trabajo", se debe dar —indicó De Haedo— porque es clave “para generar recursos fiscales, puesto que hay una relación del orden de uno a uno” con la recaudación de impuestos. En ese sentido, advirtió que el gobierno deberá ser “cuidadoso” al proyectar el Producto Bruto Interno en el Presupuesto.
Ante la consulta de Aguirre sobre si hay espacio para políticas moderadas o gradualistas en los cinco años de gobierno sin que se genere una crisis económica, respondió: “No soy optimista en cuanto a que se vaya a acelerar el ritmo, ni preveo cambios abruptos. No solamente se requieren reformas estructurales profundas, sino ajustes de corto plazo importantes (...) ¿Podríamos vegetar cinco años en (las mismas) circunstancias? Sí, salvo que el mundo no nos lo permita, y es creciente el riesgo de que esto suceda”.
El economista marcó que hay un “complejo punto de partida”, porque hay un mundo que tiene ciertas características, dado que no tiene las “reglas de juego que rigieron por 80 años”. Además de que es un mundo “muy inconveniente y peligroso para un país pequeño”, hay un “proteccionismo y menor crecimiento mundial”, y un Estados Unidos con un “mercantilismo que conduce a la estanflación”.
El economista, a su vez, dio las “primeras ‘pinceladas’ de lo que se viene”. Por un lado, “mejorará la situación fiscal, pero sin apuro y de manera insuficiente”, lo que “implicará ir despacio con la agenda de compromisos”. En ese sentido, dijo que “mesura” es la “palabra más escuchada en el gobierno”. También señaló que para el Ministerio de Economía y Finanzas se vienen dos instancias clave: los Consejos de Salarios y el Presupuesto.
Vinculado al dólar, consideró que, “salvo un shock externo imprevisto, el tipo de cambio real seguirá bajo”.
A su turno, Porzecanski señaló que la opinión pública ve dos “problemas centrales”: la seguridad y la economía.
El gobierno de Orsi arranca con un escenario diferente al que existía cuando asumió Luis Lacalle Pou. Mientras que en febrero de 2020 el 28% tenía como principal preocupación lo económico y el 48% la inseguridad, ahora estas cifras pasaron a ser de 41% y 37%, respectivamente.
De la seguridad, Porzecanski consideró que los “uruguayos siguen sin estar conformes con la situación”, y que la ciudadanía ve que es un “problema que no ha sido solucionado por los últimos dos periodos”. Además, repasó que, aunque el gobierno de Lacalle Pou comenzó con una “buena percepción de la gestión en seguridad”, después tuvo una caída al mismo tiempo que creció la visión negativa.
En ese sentido, continuó: “La ciudadanía se siente desesperanzada porque ha probado diferentes fórmulas que creen que no han dado resultado”.
De las expectativas de la gestión de Orsi, el presidente empieza con “más positivas que negativas”, y con un “optimismo económico” similar al que tuvo Lacalle Pou.
En cambio, el escenario de la seguridad es diferente: mientras que el presidente blanco empezó con una expectativa positiva de un 38%, el frenteamplisa inició con un 33%. En esa línea, continuó el director de Opción Consultores: “Hace cinco años había un clima de esperanza. Un 69% de la población creía que iba a mejorar —y terminó insatisfecha— y un 8% que empeoraría. Ahora solo un 28% espera que mejore y un 29% que empeore”.
Por otra parte, Porzecanski se refirió a los activos y riesgos que tiene Orsi.
Dentro de los activos indicó que es “uno de los líderes mejor posicionados en cuanto a la simpatía y popularidad, junto al expresidente Lacalle Pou”. Otro es el “peso” que logró el MPP, sector del presidente. Un tercero es que “no hizo muchas propuestas en campaña”, hecho que también se vivió en la coalición. Un cuarto es que “no aparece un alto porcentaje” de la población que “demande cambios radicales”.
Dentro de los riesgos, uno “central” es la "mala suerte" de un “contexto internacional adverso”, por las “tasas de interés de Estados Unidos y los precios de las commodities”.
Pero no es el único. Otros riesgos “relevantes” son los “desacoples" entre la visión del MEF y el "corazón" del Frente Amplio, la “incógnita del liderazgo presidencial ante un escenario de crisis” —es decir, “cómo funcionaría su estilo, porque venimos de líderes muy fuertes”—, y el constante “gradualismo”, porque es un “país que va cambiando de a poco”. También marcó que hay un “escenario brasileño incierto, con elecciones en 2026, donde cambiaría radicalmente” la situación con un “triunfo de la oposición”.
El evento fue presentado por El País y contó con el auspicio de Air Europa, Fiserv, Katoen Natie - Terminal Cuenca del Plata, Abitab y Fábrica Italiana.
Ante la consulta de Aguirre de cómo puede impactar la demanda de un liderazgo más fuerte de Orsi, Porzecanski contestó: “Es un riesgo potencial de un Orsi que no conocemos, que está por verse por una crisis relevante que pueda tener Uruguay —que ojalá que no suceda. El país está acostumbrado a un líder fuerte que marque la cancha y ese no es el perfil de Orsi. El riesgo es que, en algo que requiera una señal resolutiva, la ciudadanía quede con gusto a poco. Es muy hipotético, pero hay que marcarlo: venimos de estilos más resolutivos en crisis. Orsi tiene su modo de gobernar, no en vano fue intendente del segundo departamento más importante del país por población y recursos”.
“Venimos de un país donde todas las generaciones hemos tenido crisis, altos y bajos, pero hemos crecido a 2,5%. Sin embargo, los que hoy tienen 28 años están en un país que no crece tanto, que crece al 1% y monedas. Esto es serio para las decisiones que las personas toman, como quedarse o emigrar, o de cuántos hijos tienen”, indicó De Haedo con un gráfico donde se exponía cuál había sido el crecimiento anual promedio del PIB para los uruguayos de diferentes edades desde sus 18 años.
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